13 de enero de 2010

La noticia no es la falta de luz, sino el exceso de oscuridad

Hubiera podido valerme de la metáfora del vampiro para ilustrar la actuación de la prensa antichavista a propósito del Plan de Ahorro Eléctrico que afecta desde hoy a la ciudad de Caracas y ciudades aledañas, pero ni El Nacional ni El Universal merecen ser reconocidos como seres monstruosos que cometen sus fechorías al amparo de la oscuridad.

Antes al contrario, lo que la máquina propagandística opositora produce y reproduce incansable e insaciablemente, es este discurso sobre la luz y la oscuridad; uno de raigambre eminentemente moral, pero de una eficacia política innegable y cuyos efectos son bastante duraderos. Digámoslo así: los seres monstruosos no son capaces de articular un discurso de tal naturaleza; es la propia naturaleza de este discurso la que consiste en la producción de lo monstruoso - y también de lo criminal, de eso que se mueve tras las sombras, anónima y subrepticiamente, eso que se oculta y nos acecha, esa terrible amenaza que apenas pasa desapercibida disimulando su verdadero rostro detrás de máscaras.

Es de esta oscuridad, y no del Plan de Ahorro Eléctrico, de la que nos habla la prensa antichavista. La noticia no es, como le llama El Nacional, el "sorpresivo plan" que, según El Universal, ha provocado la "confusión" entre los caraqueños. La noticia, en fin, no es la falta de luz, sino el exceso de oscuridad. Una oscuridad que, como en el principio de los tiempos, precede a la luz. Es decir, el referido Plan no implica simplemente la suspensión temporal del suministro eléctrico, o el inicio de un "período especial de racionamiento", como se apresura a celebrarlo El Nacional, sino la continuación de los tiempos de oscuridad. Si se trata de un "período especial", no lo es sólo por la intención manifiesta de asimilar la realidad venezolana con la imagen que la burguesía local difunde sobre la Cuba en la era post-soviética, sino sobre todo porque se anuncia la entrada en un período de mayor oscuridad. Si estábamos mal, pues ahora estamos mucho peor. Si ya estábamos en crisis, ahora la crisis es más severa. Si nuestra sociedad estaba enferma - aquejada por un cáncer monstruoso -, ahora entramos en la sala de emergencias.

Portada del diario El Universal, miércoles 13 de enero de 2010.

Portada del diario El Nacional, miércoles 13 de enero de 2010.

De allí, en primer lugar, el lenguaje deliberadamente dramático de la prensa antichavista. En el caso concreto de El Universal, más que la primera plana de un periódico, el titular "En emergencia" hace las veces de un aviso que nos previene de un peligro inminente. En última instancia, parece querer informarnos que una verdadera y lamentable catástrofe ha ocurrido. Tal hubiera podido ser, por ejemplo, el titular de una primera plana que tuviera como noticia más destacada el terremoto en Haití. En el caso de El Nacional, mucho más dramático que su titular ("Severos cortes eléctricos"), resulta un fragmento del sumario: el Plan es "un cierre a la vida".

Portada del diario El Nacional, miércoles 13 de enero de 2010. Detalle

En segundo lugar, el habilísimo uso de los colores y las formas. En ambos periódicos, fondo oscuro - o la oscuridad como contexto. En El Universal, una persona de edad avanzada (y por tanto en situación de vulnerabilidad) se abre paso en la oscuridad con la ayuda de una vela que alumbra tenuemente, en medio de la confusión y el desconcierto, como alumbran al lector las blanquecinas letras en fondo negro. En El Nacional, la verdad aparece iluminada por un haz de luz que ya pareciera una cosa divina, proveniente del cielo.

La verdad que ilumina el discurso antichavista es que "mientras menor es la cantidad de luz, mayores son los delitos". Igualmente, "la principal causa de la crisis eléctrica en Venezuela" no puede ser otra que la "desinversión en el sector". Es decir, que nos enfrentamos, naturalmente, a un problema de gestión. No se trata de negar - como suele acusar, con la sorna característica, el antichavista promedio - que la delincuencia es un problema o que existe, efectivamente, un problema de gestión de gobierno. Se trata, en cambio, de que la máquina propagandística opositora es eficaz sólo en la medida en que es capaz de producir un discurso según el cual no hay más alternativa que calificar al gobierno de criminal, porque dejó de invertir en el sector.

Encuesta publicada en la página web de El Universal, el 13 de enero de 2010.

No hay mejor muestra a la mano de la eficacia de este discurso, que las encuestas que periódicamente publica El Universal: al poner en marcha el simulacro de consulta a sus lectores sobre "la principal causa de la crisis eléctrica", el diario no está mostrando un abanico de posibilidades. Al contrario, lo está negando. Así, lo que enuncia El Universal es que el "incremento del consumo doméstico", el "aumento de la industrialización" y los "problemas climáticos" no pueden ser tenidos como causas de la crisis. De esta manera, la crisis pasa a tener una causa unívoca, y todo lo que contradiga esta verdad pasa a ser, por tanto y simplemente, mentira. En consecuencia, no sólo estamos frente a un gobierno ineficiente y criminal - y donde dice criminal debe leerse asesino-, sino además mentiroso.

Según esta lógica discursiva, la caricatura de Rayma que nos muestra la frase "Gestión de gobierno" salpicada de sangre, bien ha podido aparecer publicada hoy, miércoles 13 de enero de 2010. Tal vez sorprenda al lector saber que fue publicada el 12 de abril de 2002, escasas horas después del golpe de Estado contra Chávez.

Caricatura de Rayma, publicada por El Universal el 12 de abril de 2002.

Existe, como la caricatura de Rayma lo hace evidente, una línea de continuidad entre el discurso opositor de 2002 y las tácticas que emplea en el presente. Vale la pena recordar algunos pasajes del tristemente célebre editorial de El Nacional, del mismo 12 de abril de 2002, justo aquellos que hacen referencia explícita a los asuntos de la luz y la oscuridad. Así, por ejemplo, el diario acusa a Chávez de "esta masacre de gente inocente, cometida a la luz pública y que intentó esconder tras una cadena oficial"; la misma cadena con "la cual trató de disimular inútilmente lo que ocurría a pocos metros de donde estaba hablando"; y además sentencia: "Ayer se le cayó su última máscara". Pero he aquí, a mi juicio, la frase más reveladora: "Con razón usted quería hace dos meses celebrar el 27 de febrero, esa fecha oscura y siniestra de nuestra vida democrática".

De esta forma, la oscuridad - el encubrimiento, el disimulo, la máscara - aparece asociada no sólo a la palabra, a las acciones e intenciones de Chávez, sino sobre todo al acontecimiento que marcó el principio del fin del modelo democrático representativo: el 27F de 1989, "fecha oscura y siniestra". Tan oscuros y siniestros como sus protagonistas. Tan monstruosa como el pueblo mismo. Oscuro hito al que el chavismo siniestro y vampiresco da continuidad.

Que quede claro: demostrar que existe una línea de continuidad en el discurso opositor de 2002 y el de 2010 no quiere decir, en lo absoluto, que durante todos estos años no se hayan producido importantes giros discursivos. La identificación de estos giros, como ya lo he planteado, es un ejercicio intelectual que debe ser considerado de primer orden. Mientras tanto, lo que hay se parece al peor de los escenarios: una vocería política oficial con muy poco criterio, que se empeña en hacer alarde de su pobreza de argumentos y de su limitada capacidad de análisis, que se limita a señalar que todo es siempre más de lo mismo. Esto es, que la oposición repite siempre el mismo libreto. Todo lo anterior, acompañado del desprecio que una parte del chavismo popular profesa hacia este tipo de análisis, según el pretexto de que la prensa antichavista no hace otra cosa que mentir.

Mientras tanto, sólo me atrevo a señalar que, como no había sucedido en un tiempo considerable, el gobierno bolivariano, obligado por las circunstancias o por errores de cálculo, ha abierto varios frentes de envergadura. Tal y como lo registra la más reciente encuesta de El Nacional, algunos de estos serían:

1) "El racionamiento del agua".
2) "Los cortes de energía eléctrica".
3) "La devaluación del Bolívar".
4) "Las nuevas gestiones de Cadivi". (De las cuatro, la única que afecta casi exclusivamente a la clase media).

Encuesta publicada en la página web de El Nacional, el 13 de enero de 2010.

Con todo, la encuesta sigue siendo un indicador limitado: no incluye, por ejemplo, la variable "inseguridad". Esto, porque sólo indaga sobre medidas gubernamentales.

Aún más: probablemente sea posible enumerar otros frentes. La corrupción es uno de ellos. Lo que supongo ninguno de nosotros será capaz de hacer, es el equivalente a seleccionar la última de las opciones de la encuesta de El Nacional: "Como revolucionario, no me afectan las medidas". Porque eso sí sería decir mentiras.

2 comentarios:

  1. Estimados amigos,con bastante desaliento, tengo que opinar sobre el problema eléctrico, ya que desgraciadamente he oido voces agoreras desde todos los ángulos, no solo opositores sino también los que se dicen del proceso.El retroceso en la medida, los escualidos la consideran un triunfo, ¡Si éllos ganaron!Otros la ven como signo de debilidad, por otro lado, ¡existe autoridad o no! para lograr que las vallas de las avenidas que tanta corriente gastan, ¿No pueden ser apagadas? Tanta alharaca de nuestros altos funcionarios y la anarquía sigue igual

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  2. Buenos días estimados, los ahorros de energía deben estar integrados en la conciencia. La forma como despilfarramos tanto el agua como la luz eléctrica no está en concordancia con el Proyecto de País y con el tratado de Kioto para el calentamiento global. Se destruyó la zona protectora de Caracas con edificios costosisimos que gastan grandes cantidades de energía. Cada día más Centros Comerciales diseñados con grandes consumos de energía.
    Anteriormente indiqué que no se vislumbra proyectos ahorradores de energía ni en viviendas ni en comercios.
    Los sistemas no tienen capacidad infinita, es por ello que la conciencia tiene un papel preponderante.
    En el caso de la Gran Caracas, nuestro gobierno hizo lo correcto al privatizarla. Los antiguos dueños no hicieron las inversiones requeridas aunado al saboteo al eliminar las ingenierías, vender áreas donde iban subestaciones, etc., ahora se están realizando las inversiones, recuperando espacios, sistemas, ingenieros, etc., pero el tiempo de ejecución de los proyectos es a mediano plazo. En electricidad el tiempo de ejecución de los proyectos es largo, no se fabrica una subestación en corto plazo, igualmente transformadores, etc.

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