26 de diciembre de 2007

Sobre la organización revolucionaria: el ejemplo de los cámaras del Frente Popular Darío Santillán

Es cierto que los ojos (y en muchos casos la esperanza) de buena parte del mundo están puestos sobre la experiencia venezolana. Pero precisamente en razón de esto estamos obligados a mirar y aprender de otras experiencias de lucha que tienen lugar alrededor del planeta. Venezuela es apenas un bastión, uno de muchos que vienen multiplicándose, con particular intensidad en nuestra América. La revolución será global o no será. Habrá de ser global porque el enemigo es global: la fuerza del capital radica justamente en su capacidad para rebasar y destruir fronteras de toda naturaleza.

Hemos retomado las banderas del socialismo, y eso tal vez tenga algún mérito. Pero lejos estamos de haber dado con una fórmula mágica (inexistente) que nos permita construir un socialismo deslastrado de los viejos vicios: autoritarismo, burocratismo, eurocentrismo, desarrollismo, etc.

Hemos retomado la idea fuerte del partido que aglutine a las fuerzas revolucionarias, pero a estas alturas hay suficientes indicios que nos permiten concluir que no son todos los que están, y sobre todo que no están todos los que son. El PSUV es, en sí mismo, y así lo asumimos muchos desde el inicio, un escenario de lucha donde se confrontan diversas culturas políticas. Esta lucha está en pleno desarrollo, pero hay un dato de suma relevancia, que nos aporta la coyuntura post-2D, que nos permite avizorar por dónde van los tiros: muchos de los burócratas que intentaron controlar el proceso de selección de voceros y delegados del naciente partido, son los mismos que hoy atribuyen la derrota al mismo PSUV.

Lo cierto es que el momento político que se abre a partir del 2D se caracteriza no sólo por la efervescencia deliberativa en el seno del chavismo popular y revolucionario, sino sobre todo por la rearticulación de ese mismo chavismo. Recuerdo al cámara Andrés Antillano argumentando, muy pocos días después del 2D, que el chavismo popular, entendido como sujeto organizado, no existe realmente, sino que es un sujeto por construir. Pienso que tiene razón. Lo notable es que este proceso de reconstrucción parece haber cobrado un renovado impulso a raíz de los últimos acontecimientos. Hacía tiempo que no podíamos afirmar con propiedad que la derrota trae consigo nuevas oportunidades. Y ésta parece ser la gran oportunidad del chavismo democrático y revolucionario.

A esta tarea de rearticulación/reconstrucción del chavismo popular se sumarán, sin duda, muchas asambleas de batallones del PSUV. Pero también muchos activistas de movimientos políticos y sociales que, sin militar en el PSUV, le apuestan a la radicalización democrática del proceso bolivariano. La burocracia, en particular la que busca sobrevivir enquistada en el PSUV, marchará una vez más a la zaga pretendiendo marchar a la vanguardia. No perdamos el tiempo exigiéndole humildad: creemos las condiciones que le impidan congelar el proceso revolucionario.

Estamos obligados a mirar otras experiencias, escribía al principio. Acá les dejo una. El trabajo de síntesis corre por cuenta del cámara Guillermo Cieza, argentino, militante del Frente Popular Darío Santillán (FPDS). En las líneas que siguen sabrán identificar ciertas similitudes con el caso venezolano. También algunas enseñanzas, algunas pistas y problematizaciones que nos pueden servir de guía. Les adelanto algo: si viviéramos en la Argentina, muchos de nosotros tal vez militaríamos en el Darío Santillán.


Dos pirámides. Discusión sobre la organización.
Apogeo y ocaso de una concepción.

Guillermo Cieza

A principios del siglo XX la Revolución rusa permitió propagandizar determinadas ideas que tuvieron una enorme incidencia sobre las experiencias posteriores.

Podemos sintetizarlas en 5 premisas:

- La clase obrera es el sujeto de la revolución que acabará con el capitalismo y permitirá construir el socialismo.
- La clase obrera estará representada en sus intereses inmediatos e históricos por un partido revolucionario.
- La existencia de ese partido de la clase obrera es condición previa para la existencia de un proceso revolucionario.
- El marxismo es un saber científico, por lo tanto basta que el partido lo estudie y aplique para delinear las políticas coyunturales y estratégicas correctas.
- El partido debe organizarse en forma vertical de arriba hacia abajo como una pirámide. En su cúspide está el comité central, que reúne a los cuadros revolucionarios más esclarecidos por el conocimiento del marxismo.

Estas ideas fueron discutidas y criticadas por sus contemporáneos, incluso desde el interior del universo marxista. Basta revisar la correspondencia entre Lenin y Rosa Luxemburgo o valorar los aportes de los consejistas. Pero amparadas por el inmenso prestigio de la Revolución rusa y difundida por la estructura internacional de los partidos comunistas, o de la disidencia trotskista, generaron una enorme influencia sobre las experiencias posteriores.

La casi totalidad de las organizaciones que se estructuraron con objetivos revolucionarios en el siglo XX partieron de estas premisas; aunque en algunos casos cambiaron al marxismo por otras fuentes inspiración. En Argentina las experiencias más desarrolladas de la nueva izquierda, PRT–ERP y Montoneros, son representativas de estas concepciones, aunque haya una valoración diferente con respecto al marxismo.

El derrumbe de las experiencias burocráticas del Este, en algunos casos fruto del aborto de procesos de transición al socialismo y en otros continuidad de procesos que nacieron malparidos, hace tambalear estas premisas y permite revalorar viejas críticas, las conclusiones que ofrecían procesos originales y nuevas lecturas sobre el funcionamiento del capitalismo trasnacionalizado.

- En los procesos desarrollados en los países escasamente industrializados, los campesinos y sectores ligados al trabajo informal son parte indiscutible del sujeto transformador. La clase obrera, pensada en los términos de principios del siglo XX, es un sector que disminuye su peso cuantitativo y cualitativo.
- La idea de que un grupo de militantes pueda representar al conjunto de los trabajadores por el solo hecho de adherir a determinadas concepciones, autotitularse revolucionaria o desarrollar determinados rituales, es desmentida por la experiencia mundial.
- La revolución cubana demuestra que la existencia de un partido no es condición previa para que se inicie un proceso transformador.
- La experiencia mundial demuestra el fracaso del marxismo como receta momificada.
- Las construcciones piramidales demuestran ser un buen caldo de cultivo para desarrollar el germen de la burocracia y un filtro para que ingresen las opiniones, deseos e iniciativas de los “frentes de masas”.

La critica dogmática.
Algunas de las críticas más contundentes a lo que suele denominarse “la herencia leninista” provienen de quienes durante años profesaron esa religión. Ahora cambian de iglesia, pero no de mentalidad dogmática, ni abjuran del determinismo histórico. Por eso afirman:

- No hay sujeto del cambio social. Éste cambia según la situación, por lo tanto toda construcción de largo plazo dirigida hacia un supuesto sujeto transformador carece de sentido.
- Desde esta misma concepción se rechaza el concepto de vanguardia, no sólo en un sentido iluminista, sino descartando la posibilidad de que en un momento dado un sector social o una organización política (o varias) puedan dirigir un proceso transformador.
- En consecuencia, no hace falta partido ni organización política alguna; por el contrario, organización es igual a burocracia y es un término antagónico a revolución.
- Decretan la muerte de la dialéctica y del marxismo; y de cualquier otro saber que pretenda sintetizar experiencias tratando de aportar a una orientación transformadora.
- Reemplazan la estructura piramidal del partido por la Red.

Una mirada diferente.
Los procesos de transformación en América Latina, que son sin duda en la actualidad los más valiosos por su extensión, permanencia y profundidad, nos aportan una mirada diferente sobre esas premisas.

- Existe un sujeto transformador, que es más amplio que la clase obrera en términos estrictos, pero que comparte con ella su condición esencial de ser explotado por el capitalismo y que no tiene posibilidades de realizarse sin transformar la sociedad.
- Se valora la construcción de herramientas políticas que sin autotitularse representativas de la clase obrera puedan hacer aportes a la constitución de ese sujeto. Están al servicio de la constitución de ese sujeto, sin desconocer que en situaciones coyunturales puedan ser parte de quienes vanguardizen y dirijan un proceso de transformación.
- Con la misma convicción que nos negamos a autotitularnos como representantes del sujeto, afirmamos que la posibilidad de transformaciones sociales impone organizar y direccionar los esfuerzos. La construcción de estas herramientas políticas no es condición para que se inicie un proceso de transformación, sino que se van construyendo en ese proceso.
- De la misma forma, la teoría política revolucionaria no es previa al hecho revolucionario, sino su resultado. Se va construyendo y precisando en el tiempo. Desde allí se revaloriza al marxismo como la mejor herramienta teórica disponible para analizar la realidad y se revalorizan aportes de la teología de la liberación, el feminismo, etc.
- Se advierte la necesidad de invertir la pirámide para generar política, privilegiando la construcción de asambleas de base como fuentes del trazo grueso de nuestra política.

El funcionamiento de la pirámide invertida.
Una política de aporte a un proceso de transformación social presupone dos instancias: construcción y proyección.

La construcción o generación de la política se desarrolla en espacios organizados, allí donde existen agrupaciones de base con una práctica asamblearia. Al calor del conflicto social e íntimamente ligada a la realidad de nuestro pueblo. Las asambleas territoriales, estudiantiles, sindicales, son expresión de una conciencia organizada, pero en tanto son abiertas contienen a compañeras y compañeros cercanos que aportan su cuota de realidad, su experiencia y de buen sentido que permiten aterrizar los debates.

Las asambleas de base generan el trazo grueso de nuestra política. Por eso decimos que cuando pensamos en organización, nuestra primera preocupación es impulsar el desarrollo de agrupaciones de base con una práctica asamblearia.

La política generada en las asambleas de base se sintetiza en instancias que hacen a su localización geográfica (locales y regionales) o de sector (territorial, estudiantil, sindical). Finalmente, esas instancias que producen síntesis parciales se sintetizan en instancias multisectoriales. Los plenarios nacionales, las mesas nacionales y las mesas multisectoriales.[i]

Las razones de la proyección política.
Como decía anteriormente, no se trata solamente de generar política, sino de proyectarla hacia los millones de personas a las que identificamos como sujeto transformador.

Asumir la acción política como una cuestión compleja que integra generación y proyección, está cruzada por una vieja polémica de nuestra izquierda con respecto a los objetivos de nuestra acción. Esta polémica nunca se dio en términos explícitos, porque ningún grupo de izquierda va a reconocer que no quiere un cambio social, hacer una revolución. Pero hay prácticas que denotan mucha mayor preocupación por dar testimonio, por hacer docencia, que por destruir este sistema. El ejemplo extremo son grupos socialistas tradicionales más preocupados por fundar bibliotecas que por comprometerse con la lucha de clases.

Pensar la política exclusivamente como construcción permite desarrollar modelos de organización social de excelencia. Pero estos sólo tienen valor testimonial, de referencia. La experiencia de los 70 es ejemplificadora sobre el destino de esas construcciones. Cuando finalmente la derecha destrabó el empate social, arrasó con todo y no hizo distinciones entre quienes se embarcaron en grandes batallas políticas y los que se limitaron a ejercer docencia.

La construcción de modelos de referencia, de organizaciones prefigurativas, permite generar políticas más correctas y adelanta debates y experiencias de la nueva sociedad, pero el cambio social no es un proceso evolutivo; la historia de las revoluciones no da ningún ejemplo en que el sistema abandonó la lucha, cercado por el desarrollo de las nuevas construcciones sociales. Criticar el asalto al poder no puede llevarnos a la fantasía de suponer que la historia nos va a esperar a que desarrollemos la organización popular hasta donde nosotros nos propongamos. Siempre un cambio social presupone la acción conjunta entre lo organizado y lo espontáneo, entre la conciencia de la necesidad de una nueva sociedad y el hartazgo por la que padecemos. En todo caso, la posibilidad de aprovechar las oportunidades históricas está vinculada a las proporciones en que se conjugan esos dos elementos constitutivos. El 19 y 20 de diciembre de 2001 es un antecedente cercano para reflexionar sobre la cuestión.

Qué política queremos proyectar y en qué contexto.
La proyección de nuestra política significa precisamente dialogar y tratar de incidir en esos millones de personas, de cuya decisión depende que haya cambio social.

Esos millones de personas no son una masa inerte, sin conciencia, a la espera de que nos conectemos desde la extensión de nuestro trabajo de base. Son un espacio vivo, mayoritariamente desorganizado, pero que también lucha, genera pequeños grupos, y también un espacio en disputa donde operan todos los mecanismos de dominación del sistema, el PJ*, las iglesias, las ONG del sistema y también otras propuestas de izquierda.

Dialogar e incidir en esa masa viva impone caracterizarla. En un trazo grueso podemos decir que en nuestro país esa masa tiene una conciencia política muy marcada por su experiencia histórica, cuyas matrices políticas más salientes son el caudillismo y una escasa confianza en los mecanismos institucionales. Por lo que su acción política no se reduce a participar electoralmente, sino a acompañar sus demandas sectoriales con medidas de acción directa. En una sociedad fragmentada, las demandas que surgen espontáneamente son también fragmentadas y a veces se oponen entre sí, o producen el fenómeno de que el taxista que hace un bloqueo de calles para exigir aumento de tarifas, odie a los piqueteros que reclaman por alimentos. En ese panorama lo electoral aparece como la única instancia que parece unificar lo político general, y allí se vota a personas, previamente embellecidas por el sistema, más que a programas de gobierno.

Desde esa caracterización nos planteamos una incidencia política que aporte a unificar demandas a partir de tres ejes políticos comunes: la lucha contra el saqueo de los bienes naturales, la lucha contra la impunidad, la lucha contra la precarización de la vida; esos ejes se enmarcan dentro de dos tradiciones históricas de nuestro pueblo: la lucha por la soberanía y la justicia social.

Los problemas de las pirámides invertidas.
Las pirámides invertidas son muy útiles para generar políticas, pero muy deficitarias para proyectarlas. La idea de que sin asambleas de base y sin agrupaciones de base que las promuevan no hay política transformadora, es una idea muy fuerte y productiva.

Pero debe estar unida a la idea de que si no somos capaces de proyectar esa política no hay cambio social y corremos el riesgo de diluirnos en el corporativismo, el reformismo o en un elitismo de nuevo tipo.

En el FPDS imaginamos algunas respuestas organizativas que facilitaran la proyección política: las instancias unificadas de síntesis y las áreas, en particular: prensa, relaciones políticas, finanzas y formación. Pero no haber profundizado el debate político provoca el despoblamiento de las áreas y los espacios de síntesis. Si pensamos este problema en términos de pirámide invertida, el problema no es grave. Es casi natural que estén muy fuerte las instancias superiores, priorizadas (las asambleas de base) y que la organización se desfleque hacia su vértice inferior: los espacios de síntesis, las áreas.

Si lo pensamos en términos de construcción y proyección el problema es más grave. Y aquí tenemos que modificar el dibujo organizativo. En realidad las pirámides son dos: una invertida de generación política, cuyo vértice inferior empalma con una pirámide clásica de proyección política. Una sintetiza conclusiones de miles de activistas organizados y la otra proyecta política (incide y dialoga) con millones, mayoritariamente desorganizados.

Los espacios vacíos y el germen de la burocracia.
La naturaleza aborrece el vacío y la política también. Aplicado a nuestro tema, si la pirámide de ejecución política no está bien estructurada o está desvalorizada, alguien ocupa ese lugar. Pongamos algunos ejemplos:

- No tenemos voceros fuertes hacia fuera (en una sociedad donde impera, mal que nos pese, el caudillismo). Resultado: los referentes del FPDS son los compañeros más conocidos.
- No se reúne la multisectorial. Resultado: la delegación del FPDS a Brasil y Venezuela se resuelve por mail entre dos o tres compañeros.
- Vienen compañeros de Córdoba y no hay multisectorial prevista ni área de organización que contemple la vinculación con las regionales del interior. Resultado: van a reunirse con un par de compañeros que se ofrecen.
- No hay conclusiones, ni balances colectivos. Resultado: hay balances y conclusiones individuales, como las que suelo escribir.

Hay muchos más ejemplos al respecto, pero la conclusión es siempre la misma: los espacios que no se cubren desde instancias orgánicas se cubren desde militantes multifuncionales. Y situaciones que en algún momento de nuestra construcción política pudieron responder a una situación de necesidad, comienzan a convertirse en costumbre. Ahora, militantes no nos faltan.

En la última mesa nacional se dio un debate muy interesante sobre el área de organización. La oposición a crear un área de organización o un área que centralizara los esfuerzos dispersos en finanzas, organización y seguridad, se fundamentó en la prevención de no generar instancias que promovieran la burocracia. La verdad es que se cumplen tareas de organización, de finanzas y seguridad, que hay enlaces, pero también esto queda a cargo de militantes multifuncionales. Lo escribí alguna vez: lo que moviliza a que un compañero/a asuma múltiples tareas es la abnegación y el compromiso revolucionario. Pero allí también está el germen del caudillo y después del burócrata. Y esa conducta tiene distintas caras: la de los cumpas que tratan de cubrir los vacíos (porque el costo de tomar una decisión entre un par de compañeros es menor a la de que no se tome ninguna decisión), la de los cumpas que se asumen como custodios de la organicidad (y entonces se atribuyen el rol de controlar al resto), la de cumpas que se asumen como sintetizadores sin mandato (allí me incluyo). Objetivamente, y esto lo discutimos analizando experiencias como las del MTD de Solano y A y L**, los vacíos organizativos generan caudillos, en sus distintas versiones, y en todos los casos la principal víctima es la democracia interna.

Un problema complejo.
La cuestión de construir una organización capaz de generar política democráticamente y proyectarla eficazmente hacia fuera, es un problema complejo.

Alguna vez el sub Marcos dijo que había dos Marcos: uno hacia adentro, que escuchaba y consensuaba, y otro hacia fuera, una referencia muy fuerte que bajaba línea expresando la posición del neo-zapatismo. No sé si Marcos lo ha conseguido realmente, pero el problema está planteado allí.

En países como la Argentina es difícil imaginar procesos que no sean liderados por movimientos y referencias individuales muy fuertes. Tendríamos que modificar previamente la cultura política de nuestro pueblo y es difícil que la historia nos espere. Pero sí debe preocuparnos por fortalecer la democracia interna. Que visiones parcializadas de cuál es nuestra tarea deje espacios libres, que inexorablemente van a ser cubiertos y no de la mejor forma.

Discutir cuál es nuestra tarea política, desentrañar la relación creativa entre el trabajo de base y la tarea de proyección, precisar el modelo organizativo acorde con nuestra concepción, pero también con nuestro desarrollo, son algunos de los debates prioritarios. Y me parecería muy útil que estas cuestiones sean tomadas en cuenta en instancias de formación política. Porque de estas mismas cosas están discutiendo las experiencias más avanzadas en Latinoamérica.

Como bien dice Rubén Dri en un artículo recientemente publicado en Página 12: está claro que los gobiernos latinoamericanos más progresistas son los que se apoyan en los movimientos sociales. No tendríamos que conformarnos con eso. Nuestro desafío es que los movimientos sociales sean el movimiento político que conduzca un proceso transformador.

* Partido Justicialista
** Partido Autodeterminación y Libertad

[i] Por ejemplo en la regional La Plata: cada agrupación barrial (y su asamblea) está representada en mesas locales (de distrito) y a su vez un representante del distrito va a la mesa regional (gran La Plata, que son 3 ciudades). En esa mesa regional también están los representantes de las agrupaciones estudiantiles, sindicales, culturales, etc. Y esa mesa regional que se reúne periódicamente manda representantes a la mesa multisectorial de Capital y Conurbano, que reúne a 6 regionales. Pero además se hacen plenarios mensuales de los compañeros que tienen en común militar en el sector territorial, sindical o estudiantil. Se los llama plenarios de sector y también los sectores están representados en la multisectorial. Es decir, hay doble representación: por sector y por cercanía geográfica.

22 de diciembre de 2007

Frente Popular Revolucionario del Sur convoca a movimientos populares de Caracas

El Frente Popular Revolucionario del Sur, que agrupa las parroquias El Valle, Coche, La Vega y San Agustín, propuso realizar una asamblea el venidero 12 de enero con todos los colectivos y dirigentes populares de Caracas, con miras a concretar un encuentro a escala nacional para poner en práctica un verdadero parlamentarismo de calle.

El coordinador de la Radio Comunitaria Alí Primera, Alí Verenzuela, dijo que esta decisión se acordó por unanimidad en una reunión efectuada recientemente en la Universidad Simón Rodríguez, con la participación de más de 30 colectivos de Caracas.

Allí se planteó la lectura revolucionaria de los artículos de la Constitución para que el pueblo proponga esa modificación, pero con un gran sentido de compromiso con la Revolución Bolivariana y el socialismo.

Asimismo, se decidió la creación de un consejo popular de gobierno con carácter vinculante, la construcción de las comunas como expresión del poder popular y la organización de las milicias populares como forma de autodefensa.

Igualmente, se aprobó la constitución de los tribunales populares para procesar las denuncias y cuestionamientos de funcionarios acusados de corrupción, burocratismo e incompetencia, así como asesinatos de dirigentes campesinos y populares, con el objetivo de dar inicio a los procesos de juicio populares.

También se planteó la necesidad de fortalecer la formación política ideológica del pueblo para consolidar su unidad como garantía de la construcción del socialismo.

Asimismo, se pidió continuar la construcción del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), a fin de fortalecer la organización de los y las aspirantes a militantes y su formación político-ideológico, como parte de nuestro pueblo.

Verenzuela manifestó que en esa reunión se concluyó que los resultados electorales contra la propuesta de reforma constitucional, fueron producto de la canallada puesta en marcha por parte de la quinta columna, los oportunistas y derechistas que forman parte del gobierno y quienes trabajaron en alianza con la oposición pro imperialista.

Considera que pese a ese proceso electoral, el pueblo no se siente derrotado, aunque entiende que la abstención fue un claro mensaje dirigido a los burócratas que no están en sintonía con las necesidades de la gente, motivo por el cual fueron los grandes derrotados.

"Esos mismos que no hicieron el trabajo para obtener el triunfo, fueron incapaces de visitar un barrio, de estar en contacto directo con las comunidades, pues sólo actúan cuando necesitan el voto para ocupar un cargo u obtener cualquier otro beneficio particular, pero no para dar la batalla por el socialismo que estamos construyendo", expresó.

Manifestó que todo esto, aunado a la sucia, feroz y aplastante campaña mediática de desinformación de la derecha y el monstruoso andamiaje de los medios de comunicación privados que siguen actuando impunemente, frente al cual los esfuerzos de los sectores populares por difundir la propuesta, quedaron prácticamente anulados.

Llegó la hora de conquistar en la calle lo que no logramos en el referendo y rompamos el cerco burocrático, para lo cual es vital construir los consejos populares de gobierno e impulsemos nuestras propias leyes, puntualizó Verenzuela.

(Publicado por los cámaras de Anmcla).

21 de diciembre de 2007

Subcomandante Marcos sobre la revolución cubana

Hace muy pocos días, entre el 13 y el 17 de diciembre, se celebró en San Cristóbal de las Casas, en el estado mexicano de Chiapas, el Primer Coloquio Internacional In Memoriam Andrés Aubry, con la participación de activistas e intelectuales de la talla de Enrique Dussel, Immanuel Wallerstein, Francois Houtart, Pablo González Casanova, Naomi Klein, entre otros.


En la página Indymedia Chiapas es posible escuchar todas las intervenciones. Vengo de escuchar la del cámara Dussel, que les recomiendo ampliamente.

El 14 de diciembre, el subcomandante Marcos dio lectura a la tercera parte (de siete) de un documento que lleva por título Ni el centro ni la periferia. Les dejo acá un fragmento, en el que Marcos manifiesta su solidaridad con la revolución cubana. Una buena pieza, a ser digerida por los intelectuales "progres" que siguen empeñados en sostener esa impostura del antipoder.


Algo de Geografía y Calendario básicos.

Hay en el Caribe, tendida al sol y cual verde caimán, una alargada isla. “Cuba” se llama el territorio y “Cubano” el pueblo que ahí vive y lucha.

Su historia, como la de todos los pueblos de América, es una larga trenza de dolor y dignidad.

Pero hay algo que hace que ese suelo brille.

Se dice, no sin verdad, que es el primer territorio libre de América.

Durante casi medio siglo, ese pueblo ha sostenido un desafío descomunal: el de construirse un destino propio como Nación.

“Socialismo” ha llamado este pueblo a su camino y motor. Existe, es real, se puede medir en estadísticas, puntos porcentuales, índices de vida, acceso a la salud, a la educación, a la vivienda, a la alimentación, desarrollo científico y tecnológico. Es decir, se puede ver, oír, oler, gustar, tocar, pensar, sentir.

Su impertinente rebeldía le ha costado sufrir el bloqueo económico, las invasiones militares, los sabotajes industriales y climáticos, los intentos de asesinato contra sus líderes, las calumnias, las mentiras y la más gigantesca campaña mediática de desprestigio.

Todos estos ataques han provenido de un centro: el poder norteamericano.

La resistencia de este pueblo, el cubano, no sólo requiere de conocimiento y análisis, también de respeto y apoyo.

Ahora que tanto se habla de defunciones, habría que recordar que ya se llevan 40 años de tratar de enterrar al Che Guevara; que a Fidel Castro lo han declarado muerto ya varias veces; que a la Revolución Cubana le han marcado, inútilmente hasta ahora, decenas de calendarios de extinción; que en las geografías que se trazan en las estrategias actuales del capitalismo salvaje, Cuba no aparece, por más que se empeñen.

Más que como ayuda efectiva, como señal de reconocimiento, respeto y admiración, las comunidades indígenas zapatistas han enviado un poco de maíz no transgénico y otro más poco de gasolina. Para nosotras, nosotros, ha sido nuestra forma de hacerle saber a ese pueblo que sabemos que las más pesadas de las dificultades que padece, tienen un centro emisor: el gobierno de los Estados Unidos de América.

Como zapatistas pensamos que debemos tender la mirada, el oído y el corazón hacia este pueblo.

No vaya a ser que, como a nosotros, se diga que el movimiento es muy importante y esencial y bla, bla, bla; y cuando, como ahora, somos agredidos, no hay ni una línea, ni un pronunciamiento, ni una señal de protesta.

Cuba es algo más que el extendido y verde caimán del Caribe.

Es un referente cuya experiencia será vital para los pueblos que luchan, sobre todo en los tiempos de oscurantismo que se viven ahora y se alargarán todavía algún tiempo.

En contra de los calendarios y geografías de la destrucción, en Cuba hay un calendario y una geografía de esperanza.

Por esto ahora decimos, sin estridencias, no como consigna, con sentimiento: ¡Que viva Cuba!

Muchas gracias.

14 de diciembre de 2007

Fidel y la derrota

Mucho se ha comentado sobre el discurso de Chávez el pasado 6 de diciembre en el Poliedrito (para escuchar una parte, pulsa aquí). Chávez se ha granjeado el liderazgo del proceso bolivariano por hacer exactamente lo contrario de lo que hizo aquel día: no escuchar al pueblo.

Ayer por la mañana el cámara Gavimán me comentaba que sería conveniente darle difusión al discurso de Fidel en el que anunciaba al pueblo cubano que no podrían alcanzar la meta de los 10 millones de toneladas de azúcar. Corría el año 1970.

Ayer mismo, ya por lo noche, me llamó la atención una nota de prensa (del día anterior) de la Agencia Bolivariana de Noticias titulada así: "Diosdado Cabello asume responsabilidad de la derrota del 2D en Miranda". Les transcribo los tres primeros párrafos:

Los Teques, 12 Dic. ABN.- “Yo asumo toda la responsabilidad de la derrota sufrida en Miranda el pasado domingo 2 de diciembre en el referendo constitucional”, manifestó este miércoles el gobernador del Estado Bolivariano de Miranda, Diosdado Cabello Rondón.

“Al parecer, una derrota no tiene padre, pero si hubiera sido una victoria tendría muchos. Por eso, si nadie quiere asumir la responsabilidad de la derrota en todo el país: ¡Yo la asumo también!”, dijo.

Cabello, integrante también del Comando Zamora, considera que el presidente de la República, Hugo Chávez no es responsable de lo ocurrido durante el proceso refrendario. A su modo de ver, la culpa es de los flojos que se abstuvieron de ir a votar.

Así mismo como lo leyeron: "la culpa es de los flojos que se abstuvieron de ir a votar". Así, pues, ante este despliegue de insuperable capacidad de análisis de los representantes del alto gobierno bolivariano, y a petición, les dejo un fragmento del referido discurso de Fidel Castro.

¿Verdad que provoca irse un mes, digamos que 15 días antes y 15 días de las elecciones a gobernadores, a ver qué van a hacer? Tranquilo Diosdado: a la hora de la chiquita, el pueblo jamás agarra vacaciones.


DISCURSO PRONUNCIADO POR EL COMANDANTE FIDEL CASTRO RUZ, PRIMER SECRETARIO DEL COMITE CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA y PRIMER MINISTRO DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO, EN EL ACTO DE RECIBIMIENTO A LOS ONCE PESCADORES SECUESTRADOS, EFECTUADO FRENTE AL EDIFICIO DE LA EXEMBAJADA DE LOS ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMERICA EN CUBA, EL 19 DE MAYO DE 1970.

(FRAGMENTO. Para leer completo, pulsa aquí).

Aquí a nadie se le han ocultado las dificultades de la zafra. Aquí se ha publicado y se está publicando y se seguirá publicando hasta el último día tonelada por tonelada toda la que se produce. Se han estado publicando los rendimientos de la caña: los rendimientos programados, los rendimientos realmente encontrados. Hemos estado publicando esas dificultades desde el principio: las dificultades en Oriente, las dificultades industriales muy serias que hemos tenido a lo largo de la zafra. Aquí no se le ha ocultado eso a nadie. Y aquí, además, está el país entero haciendo un esfuerzo descomunal, un tremendo esfuerzo, como jamás lo ha hecho nunca.

Y ciertamente tenemos dificultades. Eso no se le va a ocultar a nadie y se publica todos los días.

¿Qué cálculo han hecho los imperialistas? Ellos calculan que si no logramos la victoria suprema de los 10 millones, entonces ese será el momento sicológico para agredir el país y para elevar la cosa de la contrarrevolución.

Yo les debo decir con toda franqueza que las dificultades que tenemos son muy serias. Y que era nuestro propósito en esta segunda quincena de mayo hacer una amplia exposición sobre la marcha de la zafra, y que hemos tenido todos estos problemas, toda esta situación.

¿Qué han estado elaborando? La tesis de que queremos crear un incidente. ¡Cómo si este país cada vez que le han agredido a los pescadores no hubiera respondido!

Hace cinco o seis años capturaron unos barcos de pesca en Estados Unidos. Y en aquella ocasión le cortamos el agua a la base naval de Guantánamo. ¡Se acabaron los suministros de agua! Incluso sacaron a miles de obreros que estaban allí. Y este país sin importarle el riesgo sencillamente los obligó a hacer una planta allí para desalinizar el agua de mar.

Cuando secuestraron el “Alecrín” nosotros teníamos medidas preparadas. ¿Por qué no las tomamos? Porque siempre no se puede tomar, en cada caso, la misma medida. A veces no se puede tomar inmediatamente. Y nosotros calculamos: todo esto es una jugarreta electorera, en medio de un proceso electoral, para que cuando nosotros tomemos alguna acción agitar eso en favor de la pandilla de ladrones que están allí. Y sencillamente esperamos. Pero nosotros, como dijimos una vez, hubiéramos podido tomar unas cuantas acciones.

Y estos miserables cuando desembarcan por Baracoa y el país lo denuncia, cuando secuestran a 11 pescadores, la tesis que ha estado elaborando ese agente espía que tenemos aquí a nombre de la Reuter es que todo esto era resultado de que la Revolución tenía dificultades y que por eso —para apartar la atención de la zafra— estábamos inventando estas movilizaciones. Y no puedo concebir nada más canallesco.

Y no lo puedo concebir —como les decía anteriormente— porque ahí están a la luz pública todos los datos, y ahí está la historia de esta Revolución, y el sentido de la responsabilidad de los hombres de esta Revolución. Y creo que algo más: el valor de nuestro pueblo y el valor de los hombres de esta Revolución (APLAUSOS).

Y lo que puede decir nuestro pueblo y lo que podemos decir todos nosotros es que jamás en la historia de este país se ha estado llevando un esfuerzo como el que se ha estado haciendo, se ha estado realizando un esfuerzo sobrehumano como el que estamos realizando.

Nos hemos encontrado dificultades. ¿Le vamos a echar la culpa a alguien? ¡No! ¿Se la vamos a echar a los imperialistas? ¡No! No se la vamos a echar ni siquiera a los mercenarios que desembarcaron. Ellos querían interrumpir la zafra. No se la vamos a echar a estos miserables de la CIA que secuestraron a los pescadores. ¡No! ¡Nos tendremos que echar nosotros mismos la culpa!

Un pueblo revolucionario no tiene que estar culpando a nadie de sus dificultades. Y si nosotros la victoria suprema no la alcanzamos, no habrá que buscar a nadie más culpable que nosotros mismos. Y sencillamente no andaremos ni inventando incidentes. Eso es de criminales. No andaremos inventando excusas.

Reveses ha sufrido la Revolución, y los ha sufrido más de una vez, ¡y reveses de verdad! ¿Y los sufrimos cuántas veces a lo largo de la historia revolucionaria? En el Moncada, en el Granma nos quedamos seis o siete con unos pocos fusiles, cuando la Huelga de Abril. ¡Montones de veces!

Si nosotros no hacemos los 10 millones tendremos dos cosas: una derrota moral incuestionable. No hay duda. ¿Y eso por qué? Porque nosotros creemos sinceramente que existían las condiciones objetivas para imponerse y alcanzar una meta de esa naturaleza.

Si esa meta no se alcanza, solo sobre nosotros mismos, sobre los revolucionarios, habrá que buscar las causas, las razones, que no son objetivas y que son subjetivas. Tendríamos que hacer el recuento de todas nuestras debilidades, ineficiencias, que todavía nos quedan en el proceso revolucionario. Tendríamos que sacar esa cuenta, pero con valentía. Afrontar una derrota. Sí. Moralmente no alcanzar los 10 millones sería una derrota. No hay la menor duda.

Subjetivamente para nosotros significaría que estuvimos por debajo de las posibilidades, significaría que no fuimos capaces de alcanzar esa meta. Objetivamente no. Nosotros no tenemos la menor duda de que lo que el país está haciendo hoy y lo que el país está logrando hoy significará un récord de incremento de producción que no se ha logrado jamás en la historia económica de ningún país, incluso un récord que ni nosotros mismos volveremos a alcanzar jamás. Y una buena prueba de ello es que dos meses antes ya hemos dejado atrás el máximo de producción de los capitalistas (APLAUSOS), cuando en este país había medio millón de desempleados, medio millón de hombres esperando angustiosamente que empezara la zafra.

Y nos quedan más de 20 000 caballerías de caña todavía por cortar y por moler.

Hemos estado haciendo caminos para enfrentarnos a la zafra en condiciones de lluvias; hemos estado haciendo esfuerzos sobrehumanos. ¡Y mantendremos esta batalla hasta la última caña, hasta la última caña! (APLAUSOS)

Hemos encontrado el problema de los rendimientos. Ha sido la más grave de las dificultades que hemos encontrado, derivadas de las inversiones industriales en primer lugar, y también de los problemas operacionales en los centrales. Y esta cuestión la analizaremos ampliamente.

Pero sí deben saber nuestros enemigos que se anden quitando ilusiones. ¡Ellos no saben lo que es una revolución!

Claro, que si una revolución se propone un objetivo y no lo alcanza, eso a todos nos duele en lo más profundo de nuestros corazones y nos hiere en lo más profundo de nuestra vergüenza y de nuestra dignidad. Pero de creer que un revés revolucionario sería la hora de ajustar cuentas con la Revolución, sería la hora del regreso de los criminales, de los explotadores, de los vendepatria, ¡ah, de ahí allá hay una distancia sumamente grande! (APLAUSOS)

Un pueblo revolucionario sabe sacar lecciones de las victorias, pero incluso las sabe sacar mejor también de los reveses.

De manera que la línea que ha seguido la Revolución es la más amplia publicidad de toda la marcha de la zafra. No hay ningún fundamento. Y solo los miserables pudieran haberse imaginado que los esfuerzos que la Revolución realiza —el esfuerzo realizado para combatir a los mercenarios de Baracoa, o para rescatar a los pescadores— hayan sido invenciones para ocultar nuestras debilidades o para ocultar nuestras dificultades. Y esa ha sido una de las cosas.

Y nosotros sobre este problema hablaremos oportunamente y explicaremos. No creo que sea este el momento de hacer la completa y exhaustiva explicación acerca de la marcha de la zafra.

Pero si ustedes quieren que les diga con toda claridad la situación, es sencillamente que no haremos los 10 millones. Sencillamente. No voy a andar con rodeos para decirlo.

Creo que para mí, igual que para cualquier otro cubano en un grado muy alto, significa realmente algo muy duro. Significa algo muy duro, tal vez más duro que ninguna otra experiencia en la lucha revolucionaria.

Porque a veces hemos sufrido la derrota. La sufrimos en el Moncada —éramos todavía unos cuantos—; la sufrimos en el Granma —éramos todavía unos cuantos—; nos dispersaron unas cuantas veces —éramos unos cuantos. Eramos muchos más, pero todavía no muchos, y derrotaron a nuestro movimiento revolucionario en abril. Pero todavía éramos unos cuantos.

Esta vez no somos unos cuantos. Esta vez somos un pueblo entero —¡entero!— dedicado con un honor y con una dignidad tremendos a una tarea, trabajando de una manera sobrehumana en conseguir un objetivo en que veíamos una bandera de nuestra causa, en que veíamos una bandera del socialismo, en que luchábamos con el ardor con que los revolucionarios deben luchar por sus objetivos.

Muchos no estarán de acuerdo con que se hable de derrota. Muchos dirán que no tiene que hacerse ningún tipo de comparación con otras experiencias y otros acontecimientos.

¡El hecho de que se hable así es para que se sepa nuestra actitud revolucionaria! ¡Es para que se sepa que nosotros no trataremos de encontrar pretextos, no trataremos de encontrar excusas! (APLAUSOS) No trataremos de aminorar la critica que nos merezcamos todos, sin ninguna excepción.

Ahora, nunca se engañó al pueblo, ni se le engaña en este momento, cuando todavía queda mucha caña por cortar y todavía queda mucha azúcar por producir; pero siempre dije: “El día y hora que de acuerdo a la situación y tengamos todos los cálculos, sepamos que no alcanzamos —por las razones que sean— los 10 millones, se lo diremos al pueblo.” No mantendremos una ilusión hasta última hora. No la mantendremos porque no sería honesto. No es por esos medios con los que nosotros tenemos que movilizar al pueblo para realizar el esfuerzo, ¡y no lo haremos jamás! (APLAUSOS) y lo dije.

La última vez que hablé sobre la zafra fue en febrero, y expliqué allí con todo lujo de detalles, central por central, la situación, los problemas, los movimientos de caña, los caminos; todos esos esfuerzos se han venido realizando meticulosamente. Ahora, los rendimientos estaban una arroba o más por debajo de lo que debían estar los rendimientos en azúcar. Teníamos más caña, y tenemos más caña que la caña que se programó para los 10 millones: teníamos y tenemos más caña que la caña que se programó para los 10 millones. Y estamos cortando y cortaremos más caña que la caña que se programó para los 10 millones. Pero en una sola provincia —donde hemos tenido los problemas industriales más serios—, que es en la provincia de Oriente, tendremos un déficit de 700 000 toneladas de azúcar. Esa provincia tenía que producir no menos de 3,2 millones de toneladas de azúcar.

Quedaremos por debajo también en la provincia de Camagüey —aunque no en igual escala. Quedaremos en el plan en Las Villas; por arriba del plan en Matanzas —del plan que se hizo en Santa Clara, donde se estipuló toda la caña por provincia—; y unas 70 000 toneladas estará por arriba la provincia de La Habana. Un sobrecumplimiento del plan que, sin embargo, está por debajo de lo que se había proyectado.

En estas dos provincias: Matanzas y La Habana, sobrecumplen ampliamente sus metas: Las Villas alcanza las metas: Pinar del Río las cumple: Camagüey está haciendo ahora un magnifico trabajo, un magnifico esfuerzo, sin embargo, quedará por debajo: y Oriente tendrá un déficit de 700 000 toneladas de azúcar. Camagüey tendrá un déficit de unas 400 000. Entre La Habana y Matanzas un incremento de unas 150 000 por encima de las metas. De manera que la lucha por los 10 millones en este momento se vuelve la lucha por los nueve millones.

¿Y qué debemos hacer? ¿Ocultar al pueblo esto? Sería indigno de nosotros. ¿Desmoralizarnos? Sería indigno de nuestro pueblo. ¿Qué debemos hacer? Sencillamente primero esto: conocer la realidad, pelear hasta la última caña —miles de obreros están listos para salir a apoyar la provincia de Oriente, miles de obreros (APLAUSOS). Y hay que cortar hasta la última caña, ¡hay que cortar hasta la última caña, y pelear como pelearía este pueblo en cualquier circunstancia! ¿Si nos invadiera el enemigo qué haríamos? (EXCLAMACIONES DE: “¡Pelearíamos!”) ¡Pelearíamos hasta la última gota de sangre! Pelearíamos todos. Y cuando fuésemos la mitad, pelearíamos la mitad; y cuando quedara uno, ese uno tiene que seguir peleando (APLAUSOS).

Tiene muchos más incentivos sin duda luchar cuando se está cerca de la meta, cuando está a la vista, como el corredor de una distancia larga, que ve la meta y tiene a la vista de esa meta las energías para la lucha final. Creo que será una demostración de valor y de condición revolucionaria luchar cuando incluso esa meta no está a la vista, cuando incluso sabemos que esa meta no será alcanzada.

Desde el punto de vista objetivo nuestros enemigos hasta la saciedad explotarán el no cumplimiento de esta meta. Meta que mostró el límite de nuestra capacidad, que mostró el límite de nuestras fuerzas; que nos demostró a nosotros que estábamos por debajo de lo que creíamos; que nos demostró o que demostró a nuestra Revolución que no estaba todavía tan alta como suponíamos; que nos demostró a todos nosotros nuestras limitaciones.

El enemigo sacará todo el partido de eso. Y no debemos culpar a nadie, sino a nosotros mismos. Para nosotros, para adentro, para los revolucionarios, habremos de tener en cuenta también el esfuerzo tremendo realizado por el pueblo; habremos de tener en cuenta que alcanzaremos —aun sin llegar a los 10 millones— elevar a un ciento por ciento, cuando menos, la producción azucarera del pasado año y elevar en un 70% el promedio de producción de azúcar de los últimos 10 años.

Y nosotros podemos decir aquí que tal proeza, que tal proeza no la ha hecho jamás en el desarrollo agrícola ningún país del mundo. Pero nosotros podemos decir también que tal proeza no la volverá a hacer ningún país, ni nosotros mismos. Es proeza porque se partió de un nivel alto. Seremos dos veces el mayor productor de azúcar de caña en el mundo, dos veces; el que produzca detrás de nosotros estará por la mitad debajo de nosotros. De manera que habremos escrito una página. Eso es para nosotros: eso no es para afuera.

Y debemos saber tener la entereza de revolucionarios para convertir el revés en una victoria (APLAUSOS). La victoria habría podido conducir al relajamiento. La victoria habría podido conducir a la idea de que todos los problemas estaban resueltos. El revés debe conducirnos a la realidad; debe conducirnos a la conclusión de que estamos lejos de haberlo hecho todo. En la victoria habríamos tenido que cuidarnos del exceso de optimismo; en el revés debemos multiplicar nuestras energías, multiplicar nuestra fuerza.

No tendremos que preocuparnos de la desmoralización. Se desmoralizan los pequeñoburgueses, se desmoralizan los gusanos. ¡Los revolucionarios no se desmoralizan jamás! (APLAUSOS) Sacan fuerzas de sus reveses, sacan fuerzas de sus dificultades, y siguen adelante.

Y esto es lo que nos enseña la historia de nuestro país desde las primeras luchas por la independencia, desde la Guerra de los Diez Años —¡diez años!—, que terminó en la derrota total —¡diez años!—, que terminó en el Zanjón. Y, sin embargo, se volvieron a levantar y prosiguieron adelante y llegaron a lo que hemos llegado hoy.

Claro está que nosotros decíamos siempre que estamos haciendo un incremento de arroz extraordinario —incremento que bate todos los récords—, porque en dos años estamos elevando seis veces la producción de arroz. En pesca, en diez años, este año estaremos elevando ocho veces la producción del pescado que encontramos al triunfo de la Revolución. Pero nosotros decíamos: no nos medirán por lo que pesquemos, no nos medirán por el arroz que produzcamos, no nos medirán por las carreteras, escuelas, ni presas que construyamos. Nos medirán por los 10 millones, porque hemos convertido esta cuestión en la cuestión principal, fundamental.

Hemos concitado la solidaridad de todo el mundo: han venido de todos los rincones del mundo a ayudarnos, llenos de ilusión, combatientes vietnamitas entre ellos (APLAUSOS); jóvenes de países capitalistas, jóvenes de países socialistas. Dos brigadas de jóvenes norteamericanos estuvieron aquí también ayudándonos (APLAUSOS).

Nos medirán por los 10 millones y, en consecuencia, esa será la medida de la Revolución. Y nos mediremos nosotros también por los 10 millones: mediremos nuestras debilidades, tomaremos conciencia de que estamos por debajo; pero sobre todo nos mediremos con la actitud ante el revés, con la actitud ante el dolor, con la actitud frente al golpe, incluso digámoslo: con nuestra actitud ante la humillación.

Ciertamente no era nuestro propósito en la noche de hoy plantear este problema. Nuestro propósito era explicar algunos de los argumentos que se han usado contra la movilización. ¡Si nosotros quisiéramos crear un conflicto, si nos faltaran a nosotros posibilidades y ocasiones para crear un conflicto...!

Y la política de la Revolución ha sido siempre la de ir adelante, resolver los problemas de manera responsable, de manera honesta.

Pero hay algo dentro de nosotros frente al pueblo, algo que siempre será demasiado poderoso, y es la lealtad al pueblo, el respeto al pueblo. La mera idea de que la simple alusión a las dificultades pudiera parecer aquí, pudiera parecerle a cualquiera que se intentaba disimular esas dificultades, de que se intentaba ocultar una verdad o una realidad, nos decidió a introducir estas informaciones que les acabo de dar.

Hablaba de qué es lo que debíamos hacer ahora al regreso de los pescadores. Eso explicaba. Algunos han dicho distintas medidas: Cortemos la salida de la gusanera. Otros han dicho: ocupemos el edificio.

Y sobre esto lo que nosotros queremos decir es lo siguiente: no debemos gastar una sola de las armas del arsenal que nos queda. La batalla es larga. Para tomar posesión de esa embajada, en el instante que lo creamos conveniente, basta con que el Gobierno Revolucionario le retire a la embajada suiza su condición de representante de los intereses de Estados Unidos en Cuba (APLAUSOS). ¡Basta eso! Una sola medida legal y el hilo de la telaraña se...

(DEL PÚBLICO LE DICEN: “¡No se oye!”) Parece que se cortó algún micrófono.

Lo leen mañana en el periódico. No hay otra solución. Dicen que no se oye, yo lo siento mucho. Pero si no oyen esto, pues seguirán gritando allá. Los que oigan algo que les pasen la voz, y que esperen al periódico. Porque queda el resto del público y quedan algunas cuestiones por plantear.

Decíamos que con una simple medida es prerrogativa del Gobierno Revolucionario de Cuba cancelar cuando lo desee el carácter de representante de los intereses de Estados Unidos en Cuba de la embajada suiza. Y entonces este edificio cae como una hoja seca. Y con eso legalmente no tendrán nada con qué defender este edificio.

Ahora, nuestra opinión, no es este el instante de tomar esa medida. Sería gastar una salva más por gusto cuando el objetivo fundamental está logrado. De manera que los enemigos no puedan aparecer usando el argumento de que la Revolución se excedió innecesariamente. Esa debe ser nuestra estrategia.

Hemos ganado una batalla política importante, y la hemos ganado empleando un mínimo de nuestros recursos. Conservemos las demás armas en nuestros arsenales para cuando tengamos necesidad de usarlas.

Ese edificio por ley es nuestro. Ese edificio con una simple disposición, con un simple decreto, y sin necesidad de movilizar las masas, pasa y tiene que pasar con la simple expedición del decreto al Gobierno Revolucionario (APLAUSOS). De manera que no hay que entrar en el patio, no hay que romper ninguna puerta. Tenemos todos los medios legales para que ese edificio pase a nuestras manos.

Cuando desaparezcan los intereses o la representación de los intereses, no aceptaremos que ningún otro país represente tales intereses. Cancelaremos la representación de los intereses de Cuba en Estados Unidos, ¡que no tenemos ninguno, además!, y no es más que un mero formulismo. Y, desde luego, cae también, viene abajo la salida de la gusanera y todas las demás cosas (APLAUSOS).

De manera que si en el momento en que los pescadores están aquí entre nosotros, en el momento en que hemos ganado esta batalla empleamos muchas de las armas que nos quedan en el arsenal de la Revolución, si las empleamos ahora las estaríamos empleando de más.

Y por eso nosotros proponemos al pueblo que lleguemos hasta aquí y que guardemos en el amplio arsenal de la Revolución las demás medidas para cuando las circunstancias lo exijan (APLAUSOS).

Eso es lo que nosotros venimos a plantear al pueblo hoy.

¡Duro papel este papel de moderador! (EXCLAMACIONES DE: “¡Viva Fidel!”) ¡Duro papel! ¡Duro papel este de venir a hablarle al corazón indignado de nuestro pueblo!

Apliquemos la inteligencia. Esperemos. Conformarnos con esta gran victoria del pueblo. No gastemos un solo cartucho más, guardémoslo para cuando lo necesitemos. Evitemos aparecer ante la opinión internacional excediéndonos, yendo más allá de lo necesario. Eso es inteligencia revolucionaria.

Y nadie se entristezca si cree que esta es la última batalla. A nuestra Revolución le quedan muchas batallas por delante, le quedan por delante muchas oportunidades de probar la entereza, el valor y la decisión del pueblo.

¡Duro papel este de venir a expresar todas estas cosas, de decir incluso lo que el deber impone por encima de lo que el sentimiento reclama! ¡Pero nosotros venimos a cumplir ese deber!

¡A nosotros no nos queda nunca otra alternativa que saber cumplir el deber, en cualquier circunstancia, no importa lo difícil que sea!

Era difícil decirle al pueblo esto. Era difícil, porque todo el mundo ha oído hablar miles y cientos de miles de veces. Sin embargo, está dicho, explicado. Y entendemos y creemos que el pueblo lo entiende.

Más duro todavía, créanmelo —¡y eso si es duro!—, es la noticia de los 10 millones. ¡Duro! Y creo que nunca más, ojalá que nunca más me vea en el amargo deber de dar una noticia como esa.

Hemos trabajado como los más por esto, hemos dedicado hasta el último átomo de nuestra energía, de nuestro pensamiento, de nuestro sentimiento. Y lo único que me resta por decirle a cualquier cubano, a aquel que en lo más hondo le duela, o a aquel que en lo hondo más le duela esta noticia, decirle que ese mismo dolor es el dolor que sentimos nosotros, es el mismo dolor que yo siento en este instante. Y decirle a aquel cuya vergüenza y cuyo honor revolucionario se sienta más profundamente lastimado, que esa herida profunda que él siente en su dignidad, en su honor, en su orgullo si se quiere que se diga, es el mismo dolor que yo siento al comunicar a nuestro pueblo esta noticia, y es el mismo dolor de todos nuestros compañeros (EXCLAMACIONES DE: “¡Fidel, Fidel!”).

Y frente a esto, frente a esto: ¡seguir trabajando más que antes!

Nunca se nos podrá olvidar un día triste en las montañas, cuando quedábamos 12 hombres y por un radio de pilas escuchamos un parte del Estado Mayor General del ejército enemigo que decía: “Han sido perseguidos incesantemente” —¡era verdad! “Solo quedan 12 hombres y no les queda más alternativa que rendirse o escapar, si es que pueden.” Y éramos —acertaron en su mentira—, éramos en ese momento 12 hombres: unas horas antes habíamos quedado solo 12 hombres.

Me acuerdo en aquel momento la reacción de todos nosotros: “Quedamos 12, pero no nos rendiremos jamás, no pensaremos jamás en escapar. Seguiremos la lucha y la llevaremos hasta el final, seguiremos la lucha mientras quede un hombre, seguiremos la lucha hasta el último aliento.”

Y así también nuestro sentimiento ahora. El sentimiento del revolucionario solo puede ser uno.

Hemos de trabajar más. Hemos de esforzarnos más. Hemos de engrandecernos.

No hemos de disimular nuestras deficiencias. No hemos de disminuir un átomo nuestras responsabilidades. No vamos a exaltar nuestros éxitos objetivos. Pongamos el acento no en los récords, que quedarán para la historia y que nunca más serán superados: ¡pongamos el acento en el revés y empinémonos sobre el revés, para engrandecernos, para multiplicar nuestras energías, para multiplicar nuestro esfuerzo! (APLAUSOS)

Levantemos la frente, ¡levantemos la frente!, que nos queda mucho por luchar, nos queda mucho por hacer. ¡Levantemos la frente en este instante amargo! Y frente a nuestros enemigos y junto a nuestros deberes más elementales digamos, con más fuerza que nunca —en este minuto feliz por un lado y triste por otro, en este minuto de victoria y de revés—, digamos: ¡adelante, pueblo revolucionario! (APLAUSOS PROLONGADOS) ¡Adelante, con más coraje y con más valor que nunca! (APLAUSOS) y digamos con más profundidad, digamos más alto que nunca:

¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
(OVACIÓN).

3 de diciembre de 2007

Triunfó el NO: evaluación inicial

Según informó el Consejo Nacional Electoral poco después de la 1 am de este día lunes 3 de diciembre, contabilizado casi el 90% de los votos, los resultados son los siguientes:

Bloque A:
NO: 4.504.354, equivalente a 50.70% de los votos.
: 4.379.392, equivalente a 49.29%.

Bloque B:
NO: 4.522.332, equivalente a 51.05% de los votos.
: 4.335.136, equivalente a 48.94%.

Total de votos válidos: 8 millones 883 mil 746.
Total de votos nulos: 118 mil 693.
Total de votos escrutados: 9 millones 2 mil 439.
Abstención: 44.11%

Inmediatamente después del anuncio del Consejo Nacional Electoral, el presidente Chávez ha reconocido la derrota.

Es bastante probable que buena parte del antichavismo considere, a esta hora, que se nos ha venido el mundo encima. Tal vez muchos crean que no lograremos recuperarnos de esta derrota y que este 2 de diciembre marca el inicio del fin de la revolución bolivariana. No podrían estar más equivocados. La profundización de este proceso viene, y de eso se encargará el chavismo popular, democrático y revolucionario. Hoy no pudimos avanzar, pero no retrocederemos. No pasarán. No volverán.

A los cámaras: sé que muchos nos estamos preguntando por qué no logramos avanzar. Es hora de hacer inventario de los errores cometidos. Simplemente ya no hay excusas, no hay pretexto que valga. La crítica a lo interno debe ser demoledora. Estemos atentos a las próximas declaraciones de los más "representativos" voceros del chavismo. Algunos no podrán evitar caer en la tentación de atribuir la derrota, exclusivamente, a la estrategia del adversario. Pero hacerlo, escurrir el bulto una vez más, equivaldría a escamotearnos las preguntas y las respuestas.

Muchos nos preguntamos por qué no logramos avanzar. También debemos preguntarnos a quiénes no les conviene que este proceso avance. El cámara Chávez debe saber, hoy más que nunca, que sin pueblo esta revolución no avanza hacia ningún lado. El antichavismo debe saber que la profundización de este proceso va con el cámara Chávez al frente. Nosotros debemos asumir que si no logramos articular una respuesta contundente, este proceso se congela.

En esto consiste, en mi apresurado juicio, el momento político que se abre luego de este 2 de diciembre: cómo logramos articular a las diversas fuerzas del chavismo popular, democrático y revolucionario para hacer posible esta respuesta. La lucha apenas comienza.

Salud.

Mientras esperamos el primer boletín del Consejo Nacional Electoral...

... sólo una cosa está clara: a profundizar la revolución bolivariana.

Más nada.