31 de diciembre de 2012

No será en vano

Hace casi tres años fue asesinado Yorsiño Carrillo

Sucedió el 26 de enero de 2010.

Tenía apenas dieciséis años.

Hoy lo recordamos. Desde la ciudad que lo vio morir. Mientras nos preparamos para recibir un año que promete calle y pelea.

Su muerte no será en vano.

Por: Sandra Mikele.

15 de diciembre de 2012

Chávez nuestro - Marjiatta Gottopo

(Esto lo escribió mi panita Marjiatta Gottopo y lo reproduzco aquí con su permiso. Se lo he leído a varias personas cercanas, y siempre estoy a punto de quebrarme, hacia el final del poema. Tengo que hacerme el duro.

Es uno de esos textos maravillosos sobre los que uno dice: cómo me hubiera gustado haberlo escrito.

Que lo aprovechen.

Salud).


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Chávez nuestro que estás quién sabe dónde siendo mutilado
No nos dejes con estos cabrones de la economía de mercado
No nos dejes con estos cínicos ni con estos desalmados
Permítenos tenerte arrechera por la veces que te has equivocado
Chávez nuestro demuestra que eres tan solo un humano y sálvate y sálvanos
De ser unos descerebrados 
Chávez querido que a veces la has cagado
Pero que has sido un loco un poeta y un mago,
quédate con nosotros en este mundo macabro
Chávez lindo que haces horrorizar a todas esas pajúas que se parecen
A Nitu Pérez Osuna,
Chávez cara de indio cara de choro cara de desarrapado
Chávez cara del mío, loco, militar y comunista, católico y arribista
Panita no te me mueras en este 2012 y no nos dejes a los que siempre
Perdimos soñando que ganamos en este paraíso
Vive tu humanidad y demuestra que se puede ser mejor de lo que se espera
Pana te quiero, le ganaste a las mentiras, déjalos locos y resucita,
Chávez panita
No te me vayas ahorita.
Sígueles jodiendo la guachafita, Chávez panita, no te me vayas ahorita
Porque será peor para todos que no te puedan encontrar el ruedo que sigas siendo ese aventurero
Ese loco jodedor y a veces mojonero
Pero también ese genio prometeico que nos regalaron
Deja a todos esos pajúos y cínicos callados.
Chávez panita no se te ocurra morirte ahorita.

13 de diciembre de 2012

Innumerablemente


Doce más doce más doce a mí no me dice nada. Demasiado misticismo para mi gusto. El único número que me dice algo es: tres. Ya son tres años. Seguramente a ti te diga algo veintisiete, que son los días de Ainhoa Michel. Michel en honor a Louise, la de la Comuna. Ainhoa porque nos gustó. Quizá te diga algo cuatro, que son los días que han pasado desde que tu única hija se unió en sagrado matrimonio con Elio José, que así lo mientan. Te mentiría si te dijera que no sentimos una felicidad inmensa cuando vimos consumado aquello, finalmente. ¿Lo que sentimos cuando nació Ainhoa? Eso sí que es indescriptible. Será un lugar común. Para nosotros fue lo más parecido a algo extraordinario. Como si todo comenzara de nuevo. Aún no sabemos qué es más conmovedor: si los ojazos de Ainhoa o la forma como Sandra Mikele la contempla. A veces, cuando la vida nos asalta de esta forma, es como si el tiempo quedara suspendido. Ya no hay muerte, no hay tristeza, sólo tu sangre corriendo por sus venas, sus manitos que se aferran a mis dedos, sus bracitos que ya quisieran abrazarte doce veces, veinticuatro, treinta y seis. Innumerablemente.

Caracas, 12 de diciembre de 2012.

11 de diciembre de 2012

Fieles al milagro


Escribo estas líneas mientras el comandante Chávez es operado en La Habana. Lo hago convencido de que saldremos de ésta.

No insistiré en lo ya dicho: que el pueblo venezolano se crece en las dificultades, y que esa hermosa obstinación lo constituye y lo define. Lo sabemos. Lo hemos vuelto a demostrar innumerables veces a lo largo de los años recientes. Nuestros enemigos (no es tiempo para eufemismos: nuestros adversarios no desearían nuestra muerte) lo saben y padecen, y por eso vuelven a refugiarse en sus miserias.

En esta hora habría que insistir, en cambio, en lo siguiente: ceder un milímetro frente a la miseria de nuestros enemigos, distraerse con su risa macabra, es casi un acto de traición. Perder el tiempo lidiando con su resentimiento raizal es perdernos.

Vamos a salir de ésta, comandante. Vamos a vivir. La cuestión está en el cómo.

Para vivir, lo ha dicho claramente el comandante el sábado 8 de diciembre, habrá que permanecer junto al pueblo y subordinados a los intereses del pueblo. Tales palabras no admiten interpretaciones a conveniencia. Es junto al pueblo y subordinado a sus intereses.

Por eso es que hoy el comandante puede decir que tiene un pueblo, y por la misma razón nosotros podemos decir que por fin tenemos a alguien como Chávez.

Por eso hay patria. Esta revolución habrá de reafirmar con cada paso su carácter profundamente nacional y popular.

"Chávez es un gran colectivo", ha dicho el comandante el sábado, y qué felices nos sentimos de vivir esta historia y de militar y hacer parte de ese gran colectivo.

Mi amigo Juan Antonio Hernández ha escrito palabras para la ocasión: "¿Y qué otra cosa ha sido nuestra historia sino una sucesión de milagros? Una hermosa secuencia en la cual aquello que se pretendía imposible se convierte, rápidamente, en umbral de metas más altas. ¿Y qué otra cosa es nuestra militancia sino una terca fidelidad a cada uno de esos milagros, a esa secuencia que se resume, sabiamente, cuando el pueblo pronuncia el nombre de Chávez?".

Escribía Mayakovski hace noventa y un años:

"Vinimos, 
millones 
de impíos, 
paganos 
y ateos - 
golpeándonos 
con la frente, 
con hierro oxidado, 
con el campo - 
todos 
con fervor 
recemos a Dios 
¡Aparece, 
no del lecho estelar, 
mullido, 
Dios de hierro, 
Dios de fuego, 
no el Dios de Martes, 
Neptunos ni Vegas, 
Dios de carne, 
Dios-Hombre! 
¡No el envarado allí 
entre las estrellas, 
el terrenal, 
el que está entre nosotros 
sal, 
aparece! 
No el que 
«que estás en los cielos». 
Nosotros mismos 
a la vista de todos, 
hoy 
obraremos 
milagros. 
Para batallar 
en tu nombre 
en el fragor, 
entre el humo 
nos encabritamos. 
Nuestra proeza 
será tres veces más difícil que la de Dios, 
que creó 
llenando de cosas la nada. 
Nosotros 
debemos construir lo nuevo 
discurrir, dinamitar lo viejo. 
¡Sed, abreva! 
¡Hambre, alimenta! 
Es hora 
de llevar 
el cuerpo al combate".

Chávez no es Dios, sino Chávez-Hombre, un gran colectivo. Este gran colectivo que hoy somos y que mañana seguiremos siendo es el milagro de la política. A ese milagro tendremos que seguir siendo fieles para que siga habiendo vida.

Para que siga habiendo vida tendremos que seguir obrando milagros; tendremos que seguir haciendo la proeza de construir lo nuevo y dinamitar la viejo.

Los cobardes tiemblan y los tránsfugas hacen cálculos. Nosotros, llevemos el cuerpo al combate.

7 de diciembre de 2012

Con Elías, Miranda Será Otro Beta




Luidig Ochoa es el talento creador de esa genialidad al mismo tiempo transgresora y aleccionadora que es Cárcel o Infierno, serie animada cuyos primeros once capítulos acumulan más de 9 millones 300 mil vistas en YouTube, algo sin precedentes en Venezuela.

El motivo de la pieza de Luidig es el respaldo que viene prestando Elías a Miranda Será Otro Beta, un movimiento/campaña de alcance estadal que tiene trajinando desde finales de 2011, y que comienza a replicarse en otros estados del país.

Pero, ¿de qué se trata Miranda Será Otro Beta? ¿Acaso es una iniciativa restringida a lo electoral?

Leamos detenidamente lo que plantean en su Manifiesto:

"Somos jóvenes, colectivos de colectivos, activistas y luchadores. Jóvenes que nos movilizamos a través de la acción directa. Estamos inventando nuevas formas de organización. En el Otro Beta estamos los que la sociedad excluye, nos producimos un lugar, un reconocimiento. Nuestras formas de accionar (deportivas, artísticas, culturales, productivas) se rebelan contra las formas y modelos que nos imponen. Nos movilizamos para generar transformaciones y procesos de organización colectivos. Por eso somos autogestionarios. El Otro Beta no espera una ayuda, sino que juntos somos los que resolvemos nuestras problemáticas (no comemos cuentos). Y es que en el Otro Beta no somos beneficiarios. Somos actores de cambio, agentes de creación, creemos en el trabajo horizontal. Defendemos el trabajo y reconocimiento colectivos.

"Estamos en contra del Beta, que representan las acciones o situaciones que nos desmovilizan (acciones burócratas), la delincuencia de menores, la indiferencia y desocupación juvenil. Todos los sistemas y acciones que nos excluyen y quieren dominarnos. El Beta es cualquier forma de violencia, es la discriminación, la rutina, el aburrimiento, la monotonía, la utilización de los mismos modelos, el embarazo adolescente y el capitalismo, que vemos representado por un sistema en el que pocos pueden mucho y muchos están jodidos.

"Pero el Otro Beta representa cruce de realidades, nuevas formas de organización, de producción de vida que nos construimos los jóvenes, nosotros para nosotros. El Otro Beta busca reconocimiento y liderazgo para los menores que no tienen opciones de ocupación del ocio, sin violencia y con nuevas opciones de recreación. El Otro Beta es libertad de expresión, de acción, a través de la capacitación, formación, no exclusión, utilizando nuevos métodos que proporcionen bienestar colectivo para los jóvenes. En el Otro Beta nuestros principios son el amor, la cultura, la enseñanza, el anticapitalismo y el poder de elección de las chamas y chamos".

Dice la voz en off en la animación de Luidig:

"Los chamos del barrio en Miranda por mucho tiempo teníamos cancha sólo en la cárcel y en el cementerio. No contábamos sino para las crónicas de sucesos. Hoy estamos es luchando porque Miranda sea Otro Beta. El pueblo está inventando y el gobierno obedeciendo. Juntamos fuerzas y nos apoderamos. Elías es Otro Beta porque confía en nosotros. Y con Elías, Miranda Será Otro Beta".

No sólo está claro que el Otro Beta es una iniciativa que va más allá de lo electoral. Lo notable del Elías candidato a la gobernación (y antes lo hizo como Vicepresidente Ejecutivo) es haberse sumado a la tarea de crear las condiciones que hicieran posible la emergencia o la visibilización de este sujeto rebelde que reivindica nuevas formas de acción y organización, que exige un lugar ("nos producimos un lugar"), que se define como apoderado y no como beneficiario, y que exige reconocimiento.

Esta idea-fuerza del reconocimiento, que se repite una y otra vez en el Manifiesto, y que está presente de manera implícita en la animación de Luidig ("Elías es Otro Beta porque confía en nosotros"), es una de las más poderosas y movilizadoras, y en ella es preciso detenerse para entender el profundo impacto que ha tenido una serie como Cárcel o Infierno.

De entrada hay que desconfiar de toda interpretación que se limite a dejar constancia de la supuesta intención que tendría Luidig Ochoa de hacer apología de la violencia. Luidig no sólo es un animador extraordinariamente talentoso. Es además un joven que ha padecido el infierno carcelario venezolano, de manera que conoce de primera mano la historia que nos cuenta por entregas. Nada más alejado de una visión "romántica" del autor sobre la violencia, las cárceles o la delincuencia.

Luego, el mismo Luidig lo ha expresado en numerosas oportunidades: Cárcel o Infierno envía un mensaje a los jóvenes encandilados por el mundo de la delincuencia. Les hace un llamado a la "conciencia", porque la cárcel no es juego ni es fiesta, sino sufrimiento. Esto es lo que la serie tiene de aleccionadora.

Pero también es transgresora, y no podía ser de otra forma. Si Cárcel o Infierno transgrede, sorprende, impacta o hiere sensibilidades, es porque muestra una realidad que algunos quisieran mantener oculta, porque de su invisibilización depende, por ejemplo, que la cárcel siga siendo un espantoso negocio que se paga con sangre.

Una revolución no puede desconocer esta realidad. De hecho, se diría que una revolución tiene sentido sólo en la medida en que significa el esfuerzo por transformar radicalmente tal estado de cosas.


Reconocer un problema es el primer paso para solucionarlo. Lo que nos plantean los jóvenes de Miranda Será Otro Beta es que ellos son parte de la solución, no el problema. Ellos exigen reconocimiento, que cese la violencia simbólica que los excluye e invisibiliza, de la misma forma que Luidig Ochoa clama porque cese la violencia en las cárceles, en las calles.

Elías reconoce estos problemas. Es por eso que con Elías, Miranda Será Otro Beta.

2 de diciembre de 2012

Corre, oligarquía, corre

"La amenaza roja es real. Reportar toda actividad sospechosa de..." ¡castrocomunismo!

El sábado 25 de junio pasado, pocos días antes del inicio de la campaña electoral presidencial, María Corina Machado estuvo de visita en El Cartanal, Valle del Tuy. El objetivo era continuar con el trabajo de zapa contra las Misiones sociales, intentando horadar la base social de apoyo a la revolución.

A estos fines, Machado se inventó una historia truculenta sobre las mujeres del pueblo que, para comprar en Mercal, "esperan varias horas bajo el sol, la lluvia, a la intemperie, y hasta en sus brazos las identifican con un número".

Así mismo como lo lee: números en sus brazos. Como en los campos de concentración nazis. ¡ Totalitarismo!


Existen varios testimonios audiovisuales de la visita de Machado. Haga la prueba y busque en la Internet: no conseguirá el más mínimo indicio de prueba sobre lo denunciado por la diputada, con todo y que la acompañaban varias cámaras que han podido registrarlo.

Normal.


¿A qué le huía Capriles Radonski? ¿Y el pueblo dónde estaba?


¿Vamos entendiendo?

Así se comporta la oligarquía: el pueblo venezolano comienza a tener acceso a alimentos a bajo costo y ella se lamenta, se retuerce, se rasga las vestiduras. El pueblo festeja y hace chistes y ella pone mala cara, como Machado en la Asamblea Nacional. Ella y su inolvidable cara amarrada que desentona y provoca risa. Por eso cuando ella ríe y lisonjea, el pueblo sospecha. Por eso no creemos en sus historias.

Por eso cuando el pueblo camina, Capriles Radonski pega la carrera.

Se parecen tanto, Capriles Radonski y María Corina Machado. Ella alertando desde siempre contra el ¡castrocomunismo! El otro logró evitarlo durante algún tiempo, pero recientemente hemos visto cómo terminó fracasando en el intento.

El punto es que ellos son diferencia de grado, pero no de naturaleza.

La pregunta es muy pertinente, y va principalmente para el electorado antichavista: ¿acaso tendremos que resignarnos a lidiar con este liderazgo devaluado y anacrónico, que nos habla como si viviéramos en la década de los 50, cuando Joseph McCarthy perseguía comunistas en Estados Unidos y Pérez Jiménez hacía lo propio en Venezuela?

"Los candidatos del partido rojo", le gusta repetir a Capriles Radonski, y se supone que la frase tendría que producir el mismo efecto que el "miedo rojo" (red scare) macarthista. "Qué pena con ese señor", diría Carola Chávez.


¿Para qué tomarse la molestia de organizar unas elecciones primarias si luego van a desconocer los resultados? ¿Siempre estuvo en los planes del partido Primero Justicia desconocer la voluntad del electorado opositor, que se inclinó mayoritariamente por la opción de Carlos Ocariz?

Cada vez que se hacen las preguntas correctas se hacen los desentendidos. María Corina Machado ensaya su sonrisa de gato de Cheshire y Capriles Radonski pega la carrera.

Corre, oligarquía, corre.

Este 16 de diciembre hagamos como hizo el pueblo de la parroquia El Cartanal el 7 de octubre pasado, cuando la abstención fue menor al 20%: votemos abrumadoramente por el candidato de la revolución, que por eso mismo es el candidato de la democracia. Una democracia que tendremos que seguir fortaleciendo y profundizando para que no tengamos que seguir lidiando, cual si se tratara de una fatalidad, con una clase política que jamás creyó en la voluntad popular.