25 de septiembre de 2007

Ávila TV y el periodismo "serio"


¿Si vivimos en el país más feliz del mundo...


... por qué nos piden que hagamos un periodismo "serio"?


Ávila TV: señal juvenil, popular y revolucionaria.

Porque aquí, el único chiste lleva por nombre Óscar Pérez

y su apellido es: oposición fascista venezolana.

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Manifiesto de Ávila TV.

  • Televisora popular: en cuanto al público al que va dirigido, el lenguaje que habla, las historias que cuenta, el protagonismo en pantalla y la estética que maneja.
  • Urbana: recoge los temas, el ritmo, los sonidos y los personajes de la ciudad de Caracas. Lo urbano no visto como lo patrimonial, sino como la cultura, atmósfera e identidades. Privilegia lo urbano popular.
  • Revolucionaria: comprometida con el proceso de cambios que vive el país y otras luchas populares. Apuesta por la transformación social, cultural y política. Respalda movimientos de resistencia y luchas antiimperialistas.
  • Juvenil: se dirige preferentemente a la población de jóvenes de barrios populares y movimientos sociales y culturales de la ciudad.
  • Identitaria: apuesta por audiencias no universales. Interpela sobre todo a identidades colectivas urbanas populares, alternativas, contraculturales.
  • Cultural: recoge y potencia los procesos de creación y transformación culturales. Entiende lo cultural no como la cultura "culta", sino como la cultura de calle, alternativa y popular. Apuesta por la diversidad cultural.
  • Recreativa: recupera el potencial de entretenimiento, goce y disfrute que tiene la TV.
  • Innovadora y experimental en cuanto a discurso audiovisual: abierta a nuevos formatos y narrativas, pero capaz de recuperar y remasterizar los viejos.

12 de septiembre de 2007

¿Qué pasó mi líder?

I.-
Leyendo los dos más recientes artículos de Javier Biardeau (El pensamiento crítico socialista ante el reto de conjurar la deriva cesarista y A la deriva del mito-cesarista: ¿qué hay de nuevo en el socialismo del siglo XXI?) recordé una entrevista que le hiciera a Enrique Dussel para ÁvilaTV, y cuya publicación (de la versión escrita) en este espacio es una de las tareas que tengo pendientes.

A falta de la entrevista, vale comentarles mientras tanto un artículo que publicara el mismo Dussel en el diario mexicano La Jornada, en marzo de este año, en donde ya abordaba el tema que nos concierne: el liderazgo revolucionario.

El referido artículo lleva por título Criterios del liderazgo democrático. Sostiene Dussel que uno de los rasgos de la cultura política de la izquierda latinoamericana es su renuencia a discutir sobre este asunto del liderazgo: "La izquierda necesita del liderazgo, siempre lo ha tenido, pero no le agrada discutir el tema". Más adelante complementa esta misma idea:

"Todo movimiento político necesita participación popular, principios normativos, proyecto hegemónico, organización y liderazgo confiable y eficaz. No hay que temer al líder, pero hay que exigirle cumplir criterios políticos democráticos claros que puedan servir para la crítica constructiva. A esto la izquierda no está habituada: critica todo o acepta todo".

II.-
Aunque a mi amigo Erik del Búfalo no le agrade la palabreja, y aunque tenga sus fundadas razones para asumir tal postura, considero crucial, democráticamente crucial, que recreemos permanentemente las condiciones que hacen posible un "debate" sobre éste y otros asuntos. En esta Venezuela de revolución bolivariana, es el debate, al menos tal y como lo entiendo, el que "saca de sus casillas" a los sujetos sociales, mientras que la charlatanería, la palabrería aparentemente docta (chavista y antichavista), la repetición de consignas, la adulación, la propaganda y hasta el cotilleo ("el más pequeño burgués de todos los fenómenos", según Walter Benjamin) los "encasillan".

"Contra el debate, la polémica", es el grito de guerra de los amigos reunidos en la web surversion.com. Pues bien, yo le apuesto a un debate de combate, que en la práctica equivale a sustraerse a esta lógica de la "clase discutidora" que lo discute todo para que nada cambie. Pero como es imposible que "nada cambie", la "clase discutidora" enfila sus baterías argumentativas para garantizar que el cambio les beneficie exclusivamente. Pero esto de los beneficiarios de la revolución lo abordaré más adelante. Así pues, nos sugiere Dussel ubicarnos en una posición distinta a la que ocupa la falsa y maniquea dialéctica del criticarlo todo o aceptarlo todo. Tanto como aceptarlo todo acríticamente, criticarlo todo constituye una impostura que opera, por ejemplo, criticando todo lo relativo al liderazgo de Chávez, pero reivindicando al mismo tiempo la "verdad que emergió" el 13 de Abril. Esta impostura, digo, supone lo que hay que explicar: que cuando el "gentío", la "multitud indomable", el "bullicio de singularidades irreductibles" emergió el 13 de Abril, lo hizo para restituir a su líder. Tiene que ser mucha la mala conciencia para negar una verdad como ésta.


Sin embargo, es de tal naturaleza eso que algunos llaman el "clima de opinión", que afirmar algo parecido (la gente el 13 de Abril restituyó a su líder) equivale a someterse a toda clase de "encasillamientos", siendo justamente uno de los preferidos, ¡oh casualidad!, que uno lo acepta todo acríticamente. Ciertamente, no será éste el caso de nuestros amigos "polemistas", que al parecer llegan con ganas de sumarse con energía a éste, nuestro debate, discusión o atajaperros, como prefieran llamarlo, a lo interno de las filas revolucionarias. Bienvenida, pues, sea la surversión.com.

III.-
Venía de decir Dussel que "no hay que temer al líder, pero hay que exigirle cumplir criterios políticos democráticos claros que puedan servir para la crítica constructiva". Y por ahí va la cosa, ¿no? Reconocimiento del liderazgo de Chávez no puede ser equivalente a temor de esgrimir la crítica constructiva y necesaria. Cualquier persona con cuatro dedos de frente, y hasta con tres, sabe que "crítica constructiva y necesaria" no es la que hacen Didalco Bolívar o Ramón Martínez. Pero ni Didalco Bolivar ni Ramón Martínez deben utilizarse como chivos expiatorios para luego despachar toda crítica.

Es necesaria, pues, la crítica, en particular la crítica del líder, pero es necesario el líder. "¿Por qué toda revolución o proceso de cambio social tiene siempre un liderazgo construido desde el pueblo?", se pregunta Dussel. Inmediatamente la respuesta:

"Porque los proyectos y principios de todo cambio social y político, que son específicos o universales, hay que aplicarlos a casos concretos, y en esta aplicación puede haber errores. Los encargados de aplicarlos son personas, políticos, biografías concretas, sujetos con cualidades y vicios, humanos, limitados, históricos. Los movimientos sociales, los pueblos, los ciudadanos pueden adherirse a proyectos y principios, pero necesitan discernir sobre personas concretas que llevarán a cabo los principios y proyectos hegemónicos. La persona real, con rostro, honestidad, sentido del humor, prontitud en la decisión, perseverancia, es esencial. Los pueblos no siguen sólo principios, proyectos, sino también personas. Y es correcto en política (como en toda actividad humana)...

"La cuestión de fondo es reflexionar sobre los criterios que juzgan la acción de liderazgo y la colocan dentro de ciertos límites que lo determinen como liderazgo justo, democrático, eficaz, crítico. Si se cumplen estos criterios no habría que temer al liderazgo. Así, los mismos que cumplen el liderazgo tendrían pautas correctivas que les permitirían enmendar errores en el ejercicio del liderazgo. Los líderes no pueden ser infalibles; siempre se equivocan, como todo político. La cuestión estriba en poder corregir los errores coherentemente, cumpliendo con criterios estipulados".

Muy interesante resulta la aplicación de estos criterios para realizar una valoración del liderazgo de Chávez. Siempre según Dussel, estos serían tres, a saber:

1) "toda acción del líder debe cumplir con el proyecto de reproducir y aumentar la calidad de vida de los ciudadanos, en especial los más necesitados";
2) "ejercicio continuo de la democracia"; y
3) "la factibilidad", esto es, "si el liderazgo llega a las metas propuestas es eficaz".

Sobre el segundo criterio, Dussel emplea un ejemplo que vale la pena citar, en tanto que guarda alguna semejanza con la realidad venezolana:

"Si un líder en el Ejecutivo tuviera mayoría absoluta con sus partidarios en la Cámara de Diputados, situación ideal para exigir a sus correligionarios cumplir con sus deberes de representantes, estudiando las leyes y decretándolas, más si el mismo Ejecutivo las promueve y, para ir más rápido, pidiera plenos poderes para suplir la acción del Congreso, habría faltado al criterio de un liderazgo democrático, porque asumiría innecesariamente plenos poderes, debilitando la capacidad discursiva de los diputados. Estos perderían responsabilidad, quedarían inactivos y obedientes a un liderazgo que no se ocupa de acrecentar los hábitos democráticos de sus colaboradores. Es una ocasión perdida para democratizar las estructuras del Estado. Se transformaría así en un liderazgo ambiguo, que puede ser criticado de dictadura (en el sentido de la institución romana), y, por desgracia, dictadura innecesaria, siendo que tiene una mayoría absoluta en la Cámara (pero débil, porque la oposición decidió no participar en las elecciones, y en vez de afirmar a sus correligionarios en la Cámara los debilita con sus plenos poderes). Se trata de un error en el ejercicio del liderazgo".

¿Existe una dictadura en Venezuela? El hecho de que los medios de la derecha lo griten a los cuatro vientos, todos los santos días, en ejercicio pleno de la más absoluta libertad de expresión, es la más clara demostración de que esto no es así. Libertad, dicho sea de paso, que se ejerce con tanta virulencia, que una parte importante del chavismo considera que el gobierno venezolano incurre en lenidad a costa de su legítimo afán democrático. ¿Cometió un error el Presidente Chávez al solicitar poderes para sancionar leyes por vía habilitante? Caramba cámara: no sienta pánico, no mire para los lados, no se ruborice, no se indigne, no tiene por qué sentir que se le viene el mundo encima. Porque de eso se trata la democracia, y más si es revolucionaria: de hacernos estas preguntas, sin temor alguno. Y no espere de este servidor una respuesta que lo tranquilice: revise nuevamente, si lo cree conveniente, los criterios que nos sugiere Dussel, realice su propio análisis y saque sus propias conclusiones.

IV.-
Ejercicio igualmente interesante resulta evaluar la propuesta de Reforma Constitucional a partir de estos tres criterios: ¿las reformas planteadas por el Presidente Chávez están orientadas a reproducir y aumentar la calidad de vida de venezolanos y venezolanas? ¿Prefiguran y garantizan el ejercicio continuo de la democracia? ¿Crean las condiciones para alcanzar las metas que se ha propuesto la revolución bolivariana?

Pongamos por caso el tema espinoso, el preferido de la "clase discutidora" opositora: la reelección "indefinida". Me cuento entre quienes están convencidos de que la distinción entre "reelección indefinida" y "reelección continua" no es puro ejercicio de retórica. Ya sabemos que para la oposición la propuesta presidencial es sinónimo de entronización eterna de Chávez en el gobierno. Si no fuera tan lamentable, esta postura sería simplemente cómica, porque es la evidencia más palpable y reciente de la impotencia opositora frente al liderazgo de Chávez. La reelección sería "indefinida" no por voluntad dictatorial, sino por la "indefinición" e inexistencia del liderazgo opositor.

Lo que habría que discutir es cuán conveniente, e incluso necesario, es la continuación de un Chávez en el gobierno más allá de 2012, y la relación entre ésta y la continuidad y profundización de la revolución bolivariana. Y para despejar cualquier duda, esta pregunta, cámaras, se la formula y se las plantea alguien que no alberga ninguna duda sobre la necesidad de votar por el Sí el venidero diciembre. ¿A partir de qué criterios determinamos que es necesaria la reelección del Presidente Chávez en la contienda electoral de 2012? ¿A partir de qué criterios es posible sostener hoy, 2007, que no será necesaria e imprescindible entonces, e inclusive ahora mismo, la aparición de nuevos liderazgos genuinamente revolucionarios, provenientes de la izquierda del chavismo? Al margen de las eventuales respuestas, son preguntas, insisto, indudablemente pertinentes, de esas preguntas que uno puede hacerse en democracia y sin temor de ningún tipo.

Es cierto que los nuevos liderazgos no surgen de la nada, y que sólo es posible que lo hagan a partir del fragor de la lucha cotidiana. Pero es sólo parcialmente cierto que el carácter "avasallante" de Chávez inhibe esta emergencia. Parafraseando a Erik del Búfalo, el liderazgo, si es verdadero, "no pide permiso a nadie... no espera por la acción, pero la suscita". Mal haríamos si procediéramos, cual opositor desorientado, atribuyéndole al liderazgo de Chávez la razón de todas nuestras carencias (y al escribir esto, estoy pensando en los amigos que militan en los movimientos sociales y populares revolucionarios).

V.-
Tema asociado, pero distinto, es el que versa sobre algunos liderazgos que se fortalecen al amparo del liderazgo de Chávez. En su artículo El pensamiento crítico socialista..., citado al principio, Javier Biardeau se refiere a los "beneficiarios directos de la lealtad incondicional al líder", a partir de la cual "se construye el mito-cesarista incuestionable y la falsificación histórica de que sin su presencia es imposible una revolución socialista".

Es fama que el Presidente Chávez siente profundo desprecio por los aduladores. Y es historia que son los aduladores los primeros en huir del barco cuando se acerca la tempestad, así como los más mordaces críticos cuando hacen filas en el bando contrarrevolucionario. Do you remember Miquilena? Y como habrán de venir inevitablemente, porque se trata de una revolución, nuevas tempestades, eventualmente los veremos huir por la derecha. Literalmente. Lo que esperamos, claro está, es que no sean tantos como para hacer naufragar el barco.

La discusión, el atajaperros, la polémica o el debate necesarios, pasan por hacer visible lo que Jeudiel Martínez llama "régimen de explotación política". Lo que Javier Biardeau enuncia como "deriva cesarista" no responde, tal vez ni siquiera principalmente, a la mera voluntad del liderazgo de Chávez, sino que éste está envuelto en una madeja de relaciones de poder que tiene beneficiarios concretos, y que usufructúan la potencia popular.

Para identificarlos, tal vez sirvan de algo los criterios que nos sugiere Dussel: ¿contribuyen a aumentar la calidad de vida del pueblo venezolano o están muy ocupados en mejorar su propio estilo de vida? ¿Ejercen de manera continua la democracia o hablan de democracia participativa, pero en la práctica actúan como los viejos "representantes" de la voluntad popular? ¿Son eficaces en la acción de gobierno?

Cosas que se pregunta uno.

- ¿Qué paso mi líder?
- Aquí mi pana, intentando hacer una revolución.

11 de septiembre de 2007

11 de septiembre: 34 años después, la guerra contra la democracia continúa

I.-
Haga la prueba: visite Indymedia Bolivia y revise las noticias. Luego algunos artículos de opinión. Diez minutos de su tiempo. Media hora. Cualquier semejanza con la Venezuela de hace, digamos, unos cinco años, no es ninguna casualidad. Hay diferencias, claro está. Las fuerzas conservadoras están permanentemente actualizando y readecuando sus estrategias de lucha. A diferencia del caso venezolano, la Bolivia revolucionaria ha visto impedida su aspiración de llevar a buen término la Asamblea Constituyente. Pero son las semejanzas las que saltan a la vista a cada momento: el discurso racista, las prácticas fascistas, los "paros cívicos", los "comités cívicos", los partidos políticos tradicionales, los empresarios, la línea editorial de los medios privados, y más recientemente el protagonismo de la juventud universitaria, en particular la proveniente de la sucrense Universidad San Francisco Xavier de Chuquisaca.

Ejercicio básico de intuición política: ¿a qué universidad venezolana se parecerá más la Universidad San Francisco Xavier de Chuquisaca? ¿A la Universidad Simón Bolívar? ¿A la Universidad Metropolitana? ¿A la Universidad Central de Venezuela de los Stalin? ¿A la Universidad de Los Andes de los Nixon? ¿O a la Universidad Bolivariana de Venezuela?

Segundo ejercicio básico de intuición política: ¿el hecho de que la oposición boliviana esté reunida en una tal "Junta Democrática" le trae algún recuerdo? ¿Le suena "Coordinadora Democrática"? ¿Le suena "paro cívico" en diciembre de 2002?

Ejercicio básico de memoria histórica y política: ¿sabía usted que bajo el nombre de "Coordinadora Democrática" se agruparon las fuerzas opositoras chilenas que prepararon el golpe fascista de Pinochet en Chile, hace exactamente 34 años?

II.-
La asediada Bolivia, la efervescente Venezuela y un Chile que hoy se lanzará de nuevo a las calles: son los tres destinos, las tres trincheras de lucha que ha escogido el periodista John Pilger para la realización de su film La guerra contra la democracia (The war on democracy).

Pilger, de origen australiano, pero residenciado en Inglaterra desde la década de los 60, ha sido corresponsal de guerra en Vietnam, Camboya, Egipto, India, Blangadesh, Biafra, entre otros frentes. Es el autor de más de 55 documentales para la televisión, entre los que destacan sus trabajos sobre la guerra de Vietnam (The quiet mutiny, 1970, que develó el profundo descontento de los militares estadounidenses destacados en el país asiático) y Camboya (Year zero, 1979, en el que retrató el sufrimiento del pueblo camboyano bajo el régimen de Pol Pot). Su film Breaking the Silence: Truth and Lies in the War on Terror (2003), inspiró a Michel Moore para la realización de su Fahrenheit 9/11.

La larga lista de distinciones y reconocimientos a Pilger incluye dos premios al Periodista del Año en Inglaterra (1967, 1979), un Emmy (1991) y un Bafta (1991).

La guerra contra la democracia está en las carteleras de los cines británicos desde mediados de junio de 2007, donde ha tenido buena aceptación de público y crítica. Para finales de septiembre está previsto que llegue a Australia. Mientras se afinan los detalles para su transmisión en Venezuela, usted puede ver el trailer promocional en la excelente web del film. Para información adicional, también puede visitar la página de Pilger.

Les dejo también una traducción de un artículo publicado por Pilger en el diario The Guardian, el pasado 17 de agosto de 2007. Es mi muy modesto homenaje al pueblo chileno, al compañero Allende, a mi fraternal amigo Pablo Navarrete y a su señor padre, Roberto.

III.-
El viejo escuadrón de la muerte “Irán-Contra” está desesperado por desacreditar a Chávez.

John Pilger - http://www.guardian.co.uk/

En América Latina, la democracia y la esperanza han sido revividas por el líder venezolano. Pero las fuerzas aliadas en su contra son formidables.

Entré junto con Roberto Navarrete al Estadio Nacional de Santiago, en Chile. Con el meridional viento invernal deslizándose desde Los Andes, estaba vacío y fantasmal. Poco ha cambiado, dijo: la alambrada, los asientos rotos, el túnel hacia los camerinos desde los cuales resonaban los gritos. Nos detuvimos ante un gran número 28. “Aquí fue donde estuve, mirando el marcador. Aquí estaba cuando me llamaron para ser torturado.”

Miles de los “detenidos y desaparecidos” fueron encarcelados en el estadio luego del golpe de Estado del General Augusto Pinochet, apoyado por Washington, contra la democracia de Salvador Allende, el 11 de Septiembre de 1973. Para la mayoría de la gente de América Latina, los abandonados, la infamia y las lecciones históricas del primer “11 de Septiembre” jamás han sido olvidadas. “Durante los años de Allende, tuvimos la esperanza de que el espíritu humano triunfaría”, dijo Roberto. “Pero en América Latina, quienes creen que han nacido para mandar se comportan con tal brutalidad para defender sus derechos, sus propiedades, su sociedad amenazada, que se aproximan al verdadero fascismo. Gente bien vestida, cuyas casas están repletas de comida, golpean sus ollas en las calles en señal de protesta, como si no tuvieran nada. Eso fue lo que ocurrió en Chile hace 36 años. Eso es lo que vemos en Venezuela hoy. Es como si Chávez fuera Allende. Resulta muy evocador para mí.”

Para la realización de mi film The war on democracy (La guerra contra la democracia), busqué la ayuda de chilenos como Roberto y su familia, y Sara de Witt, quien valientemente regresó conmigo a las cámaras de tortura en Villa Grimaldi, de las cuales logró sobrevivir. Junto con otros latinoamericanos que conocieron tiranías, ellos dan testimonio en torno al patrón y el significado de la propaganda y las mentiras con las que ahora se pretende socavar otro esfuerzo épico por renovar tanto la democracia como la libertad en el continente.

La desinformación que ayudó a destruir a Allende y ocasionó los horrores de Pinochet, funcionó de la misma forma en Nicaragua, donde los sandinistas tuvieron el atrevimiento de implementar modestas reformas populares. En ambos países, la CIA financió a los medios opositores más importantes, aunque no necesitaron molestarse. En Nicaragua, el falso martirio de La Prensa se convirtió en una causa para destacados periodistas liberales de América del Norte, quienes seriamente discutían si un país de 3 millones de campesinos, golpeado por la pobreza, planteaba una “amenaza” para Estados Unidos. Así lo convino Ronald Reagan, quien declaró un estado de emergencia para combatir al monstruo al acecho. En Gran Bretaña, cuyo gobierno de Thatcher brindó un “respaldo absoluto” a la política estadounidense, se aplicó la censura estándar por omisión. Al examinar 500 artículos relacionados con la Nicaragua de inicios de los 80, el historiador Mark Curtis se encontró con una casi total supresión de los logros del gobierno sandinista – “extraordinarios desde cualquier punto de vista” - en favor de la falacia de “la amenaza de los comunistas en el poder”.

Las semejanzas con la campaña en contra el auge fenomenal de los movimientos populares democráticos hoy día son impresionantes. Orientada principalmente hacia Venezuela, especialmente en contra de Chávez, la virulencia de los ataques sugiere que algo muy importante está aconteciendo; y así es. Miles de venezolanos empobrecidos están viendo a un médico por primera vez en sus vidas, sus hijos están siendo atendidos y están tomando agua potable. Nuevas universidades han abierto sus puertas a los pobres, acabando con el privilegio de instituciones excluyentes controladas por la “clase media”, en un país donde el término medio no existe. En el barrio La Línea, Beatriz Balazo me contó que sus niños forman parte de la primera generación de pobres que asiste un día entero a la escuela. “He visto cómo en ellos florece la confianza”, me dijo. Una noche en el barrio La Vega, en una habitación casi vacía y bajo la luz de un bombillo, pude ver a Mavis Méndez, de 94 años, aprender a escribir su nombre por primera vez.

Más de 25 mil consejos comunales han sido instalados en paralelo a la vieja y corrupta burocracia. Muchos de ellos son espectáculos de la más viva democracia de base. Eligen voceros, pero todas las decisiones, las ideas y los gastos tienen que ser aprobados por una asamblea comunitaria. En ciudades controladas durante mucho tiempo por oligarquías y sus medios serviles, esta explosión del poder popular ha comenzando a cambiar vidas de la forma como lo ha descrito Beatriz.

Es esta nueva confianza de la “gente invisible” de Venezuela la que ha enardecido a aquellos que viven en urbanizaciones como el Country Club. Detrás de sus muros y perros guardianes, ellos me recuerdan a la blancos de África del Sur. Los medios del salvaje oeste venezolano, en su gran mayoría, les pertenecen; 80% de las televisoras y casi todas las 118 compañías de periódicos son privados. Muy recientemente una televisora calificó a Chávez, que es mestizo, de “mono”. Las primeras páginas retratan al Presidente como Hitler o como Stalin. Entre los dueños de medios que claman ruidosamente en contra de la censura, están aquellos financiados por la National Endowment for Democracy, una fachada de la CIA. “Nuestras armas fueron los medios de comunicación”, declaró un vicealmirante que fue uno de los cabecillas del golpe de 2002. La estación de televisión RCTV jamás fue procesada por tomar parte en el intento de derrocar al gobierno electo, sólo perdió su licencia de transmisión en el espacio radioeléctrico y continúa transmitiendo a través de satélite y cable.

Aún más, como en Nicaragua, el “trato” dado a RCTV es una célebre causa para aquellos que en Gran Bretaña y Estados Unidos están ofendidos por la auténtica audacia y popularidad de Chávez, al cual difaman como “enloquecido por el poder” y “tirano”. Así es como un auténtico producto del despertar popular es ocultado. Incluso su descripción como un “socialista radical”, usada normalmente de manera peyorativa, omite deliberadamente que se trata de un nacionalista y un demócrata social, una etiqueta que alguna vez muchos en el Partido Laborista británico usaban con orgullo.

En Washington, el viejo escuadrón de la muerte "Irán-Contra", de vuelta al poder bajo el gobierno de Bush, le teme a los lazos económicos que Chávez está construyendo en la región, tanto como al uso de los ingresos petroleros para terminar con la esclavitud del FMI. Que Chávez mantiene una economía neoliberal, descrita por American Banker como “la envidia de la banca mundial”, rara vez se presenta como una crítica válida contra sus limitadas reformas. En estos días, por supuesto, cualquier reforma verdadera es considerada una rareza. Y mientras las elites liberales fracasan, bajo Blair y Bush, en la defensa de sus propias libertades básicas, perciben el concepto de democracia como algo exclusivo del liberalismo, puesto en tela de juicio en un continente sobre el cual Richard Nixon alguna vez dijo: “la gente me importa un carajo”. Sin embargo, por mucho que denigren de Chávez, la arrogancia de las elites les impide aceptar que la semilla de la idea rousseauiana de soberanía popular directa puede haber sido sembrada entre los más pobres, una vez más, y que “la esperanza en el espíritu humano”, de la cual me habló Roberto en el estadio, ha vuelto.

Traducción: Reinaldo Iturriza López (con una pequeña help of my friend Juan Antonio Hernández).

Publicado originalmente el 17 de agosto de 2007 en:
http://www.guardian.co.uk/comment/story/0,,2150484,00.html