Nunca me he creído el cuento de que la política debe ser execrada del deporte. Al contrario, siento admiración por los pueblos que son capaces de incursionar en la política con la misma pasión con la que acuden a los estadios. Hay política de elites como hay deportes para las elites. Hay pueblos que acuden a los estadios cuando son expulsados del terreno político. Hay políticos que abren de par en par las puertas de los estadios para que las masas no irrumpan en su terreno. La historia registra muchos casos de equipos populares, de raigambre obrera o paria, tanto como equipos de raigambre burguesa.
Por supuesto, todo tiene un límite. Las expresiones de odio racial en ciertas canchas de fútbol europeas, por ejemplo, son sencillamente intolerables, de la misma forma que puede serlo la política fascista. Tanto en el terreno político como en los estadios, los fascistas deben ser combatidos. La política no debe ser execrada del deporte. Son los fascistas los que deben ser execrados de la política.
La política ha vuelto a incursionar en los estadios de beisbol venezolanos desde mediados de enero de este año. No es la primera vez, tampoco será la última. En diciembre de 2002, la política de elites expulsó al pueblo de los estadios. En marzo de 2008, fuimos testigos de expresiones de odio sin precedentes. Esta vez, grupos de antichavistas han desplegado sus pancartas y han entonado sus consignas. La respuesta no se ha hecho esperar.
Tal parece que ahora resulta extremadamente sencillo organizar manifestaciones políticas en los estadios. Manifestaciones que se desarrollan en horario estelar, con audiencia garantizada. Todos somos público cautivo. Algo jamás visto en la historia del beisbol profesional venezolano. Si en la década de los ochenta, durante la cual comencé a asisistir al Estadio Universitario con mi viejo, algún grupo de estudiantes hubiera intentado realizar una protesta similar contra el gobierno, quién sabe cuáles habrían sido las consecuencias. En aquellos años de farsa democrática, tales protestas eran sencillamente inconcebibles. Algo sí es seguro: no habrían tenido el apoyo de las televisoras.
Antes no teníamos esa libertad.
Ahora tampoco. Al menos tal parece ser la opinión del diario Tal Cual.
Completado el out veintisiete, y habiéndose coronado por decimoséptima vez campeones del beisbol profesional venezolano, los jugadores de los Leones del Caracas celebraban ruidosamente en la cueva derecha del estadio José Bernardo Pérez de Valencia. Mientras los periodistas entrevistaban uno a uno a los protagonistas de la hazaña, podían escucharse los cánticos de los peloteros. En algún momento, retumbó un sentido "¡Libertad, Libertad, Libertad, Libertad!".
Tal vez sorprendido, tal vez conmovido, tal vez emocionado, el diario de Teodoro Petkoff, tal vez enardecido, se apresuró a revelarle al mundo la primicia: los jugadores de los Leones del Caracas estaban protagonizando una segunda hazaña, una de naturaleza más bien política, reclamándole al régimen la libertad que nos ha sido negada.
Pero he aquí lo que sucede cuando juzgamos los asuntos deportivos desde el fanatismo político: todo fanático del beisbol profesional venezolano que se precie de tal, sabe perfectamente que el 27 de diciembre de 2009, la señora madre de Orber Moreno, relevista de los Leones del Caracas, falleció en un lamentable accidente automovilístico. Por esa razón, lo sabemos todos, los jugadores del Caracas escribieron en un costado de sus gorras la palabra "Libe", en honor a la señora Libertad Sulbarán de Moreno.
Dave Hudgens, mánager de los Leones del Caracas. Aunque la imagen es difusa, puede apreciarse la inscripción "LIBE" en la gorra de Hudgens, justo encima de su oreja derecha.
En un hermoso gesto de camaradería, en medio de la celebración del campeonato, coreando el nombre de la señora madre de Orber, los jugadores del Caracas rendían también honores al compañero de batallas deportivas, que logró sobreponerse a la tristeza que puede producir una pérdida tan irreparable, sólo para acompañar a los suyos.
Nunca me he creído el cuento de que la política debe ser execrada del deporte. Pero los fanáticos, los obcecados, los enceguecidos, los aguijoneados por el odio, esos sí deben ser execrados de la política. Siento admiración por los pueblos que son capaces de incursionar en la política con la misma pasión con la que acuden a los estadios. Pero por aquellos que son capaces de profanar la memoria de los muertos para corear que en Venezuela no hay libertad, por ellos siento vergüenza.
Es muy fino usted para poner la lupa....
ResponderBorrarImpresionante. Hasta yo, que soy un ignorante militante acerca los asuntos deportivos, pero no tan extravagante como para no ver la final entre amigos, estaba al tanto de la trágica muerte de la madre de Orber Moreno, solo por el hecho de ser un ciudadano convencional que se mantiene inflormado de lo mínimo, que lee algún que otro periódico y presta atención a algún que otro noticiero de televisión.
ResponderBorrarMás aún, no tengo empacho en admitir que ignoraba por completo quién carajo era Orber hasta que la tragedia de su mamá lo sacó por unos días de las páginas y secciones deportivas para pautarlo por unos días en otros espacios informativos.
Y no es que mi memoria sea tan vergataria como para recordar para siempre el nombre de la señora solo por haber leido la noticia, sino que después hubo una marea de obituarios en la prensa que ya leemos con atención quienes tenemos más de 40.
Pero para colmo de obviedades, los peloteros comenzaron a gritar "Libertad" mientras saltaban alrededor de Orber, con lo cual entiendo que no intentaban otra cosa que animarlo a reconciliar su luto con la celebración de la victoria, ofrendándole su reciente victoria, calentica aún, a la memoria de la vieja, ellos mismos, nada menos que los mascalacachimba de la temporada desde su propio doggout, justo cuandon por primera vez en su historia logran derrotar en una final a quien los ha revolcado ya dos veces en el pasado, a su archirrival, al que además de ser el mejor equipo de Venezuela, es el más numeroso en seguidores.
Pero para descifrar ese gesto tan predecible de gente que se santigua antes de batear, que ante el micrófono que le reclama sus primeras impresiones al país tras la heroica victoria optan por pedir la bendición a la madre y enviársela a sus hijos, y que ven a cámara para enviar un guiño romántico a "esa persona especial, que me está viendo ahora y qué sabe quién es", que se tocan el culo a conciencia y en público para felicitar un compañero por una buena jugada, simbolizando con ello que su espíritu de cuerpo, que su sentido de equipo, es incluso superior que su machismo estructural, para entender este gesto, pues, decía, y para apreciarlo en su hermosa y solidaria dimensión humana, no hace falta ser fanático deportivo. Solo basta con ser una persona normal, y no un sociópata como Teodoro, enfermo del alma por culpa de sus frustraciones políticas.
Si la derrota del magallanes es el precio que hay que pagar por poner en evidencia la psicopatía de Teodoro y de la gente como él, y que se terminen de ganar el desprecio de quienes aún creen con buena fe que es posible la equidistancia política en este país, pues no solo habrá que desgañitarse celebrando el trunfo de la tolda de Gustavo Cisneros, sino que ojalá los Leones de Venezuela ganen también la Serie del Caribe, para que puedan gritar por Libertad Sulbarán con una audiencia todavía mayor. Así que, ¡revolucionarios de todas las divisas, uníos! en nombre de Libertad.
...Y el año que viene hablamos. Por lo pronto, la cuenta particular entre los eternos rivales, a nivel de finales, sigue 2 a 1 a favor de Magallanes.
Salud,
Moncho
De pana te la comiste el mio. Yo todavia estoy celebrando la victoria de el equipo que quiero con el corazon. Cuidate mucho hermano nos estamos viendo esta semana. Tedoro es GAFO
ResponderBorrarA eso han llegado los medios de este país... todos. No importa de qué lado sean, lo importante es encontrar algo rápido para tirarle a los del otro bando, y por eso ya no se analiza la información antes de "soltarla"; lo único importante es decirlo rápido y hacer que perjudique al resto. Lamentablemente del lado de la oposición (de la que formo parte) es donde se hacen más evidentes este tipo de prácticas erradas, aunque los del gobierno no se quedan atrás en esta constante campaña de desprestigio entre nosotros mismos.
ResponderBorrarVerbo:
ResponderBorrarUn honor, viniendo de usted. Abrazo fraterno.
Moncho:
Tienes razón hermano: para apreciar ese gesto "en su hermosa y solidaria dimensión humana, no hace falta ser fanático deportivo". Y para despreciarlo, se necesita ser bastante fanático, en el peor sentido de la palabra.
Carlos Montes:
Un abrazo papa. Ojalá celebremos el campeonato de la Serie del Caribe.
Alexis:
Y lamentablemente, con más frecuencia de lo deseable, la verdá se parece mucho a lo que usté describe, amigo.