8 de febrero de 2012

Esa cosa loca llamada chavismo


Claro está, cuando las tenemos...

Me gusta imaginarme a los académicos y a los intelectuales en general intentando definir qué cosa es el chavismo, sobre todo cuando se trata de aquellos que militan en el antichavismo: escritores, opinadores, profesionales, nunca nadie les preguntó y sin embargo todos tienen algo que decir.

Me gusta imaginármelos en su intimidad, dando tumbos, haciendo malabarismos, quebrándose la cabeza, los mismos que luego vemos alardeando de su incomparable capacidad para poner a funcionar la inteligencia, ejercer el universal derecho al más libérrimo albedrío y hacer gala de la virtud que supone pensar con cabeza propia, cuando la verdad es que están condenados a pensar la realidad que los rodea (esa realidad amenazante, opresiva) con categorías extrañas, inventadas para pensar otras realidades que poco o nada tienen que ver con la nuestra.

Me gusta cuando hablan y dicen ¡presente!, cuando, por ejemplo, se aprestan a enumerar las razones por las cuales no puede hablarse de un "pensamiento" chavista, de un ideario, de un cuerpo de doctrina, y se orinan en los pantalones de tanta risa, porque el chavismo no será jamás y nunca capaz de parir un Aristóteles, un Hegel, un Marx, un Carlos Raúl Hernández.

Me gusta cuando lo tratan como un accidente, una mancha, una rémora del pasado, una variación del totalitarismo, un heredero de nazismo, una encarnación del castro-comunismo, el regreso de los muertos vivientes, un experimento monstruoso, todos los malos y los feos reunidos bajo el mismo estandarte, lo innombrable, una falta, un exceso, un momento de locura, una secta, una pesadilla.

Me gusta particularmente cuando lo reducen a masa que sigue ciegamente a un hombre, porque suponen que el problema se soluciona eliminando al hombre. Me gusta el gesto, que se debate entre la audacia y la negación, de aquellos que sostienen que esa cosa loca llamada chavismo no existe. Me gusta porque no han entendido nada, absolutamente nada, a pesar de que crean saberlo todo. Me gusta imaginar la expresión en sus rostros, luego de leer lo que sigue: no seré yo quien se los explique.

No me gusta, es mi obligación decirlo, ese tono nostálgico con el que algunos "chavistas" hablan del chavismo en estos días de celebración. Como si el chavismo fuera un asunto del pasado, cuando vivimos en peligro, una cosa ya hecha, un hermoso recuerdo, una conquista y no una pelea, una meta y no un horizonte, un rosario de cruces y no una ferviente creencia, un discurso acompasado y no un reclamo histórico, un testimonio y no una vivencia cotidiana, un gobierno y no una revolución, un cuerpo uniforme y no un pueblo bullente, un objeto de culto y no un "nosotros", un acto oficial y no una fiesta.

No me gusta escuchar a los que se conforman porque con el chavismo todo cambió, de manera que el cambio revolucionario ya no sería necesario. Porque plantearlo así, incluso si lo hace alguien que ha luchado durante veinte años, sería traicionar al chavismo. 

13 comentarios:

  1. Así mosmi... por eso a mi del Chavismo no me gusta cuando callamos porque estamos como ausentes...
    Kronopio

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  2. Directo para un ministerio por esa tremenda jalada de bolas a Chávez; ahora, que Tarek, Elías y Nicolas Maduro se van a sus candidaturas tienes mayor oportunidad si seguís así. Terrible la intelectualidad chavista y gobiernera, que promueve un pensamiento acrítico que no permite analizar al "chavismo", creando las condiciones para que pueda terminar pareciendose al peronismo policlasista.

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  3. Anónimo de las 21:27:
    ¿Cómo es: "que no permite analizar"? ¿Cómo es que yo te impido analizar nada?

    ¡Vengan a ver cómo escribe un mediocre que se vio retratado en este artículo!

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  4. Reinaldo, te propongo el siguiente ejercicio dialéctico.

    Que los recursos que afectan al colectivo deben estar sujetos al control democrático es uno de los principios que dan legitimidad a una revolución.

    Entre estos recursos estarían los medios de producción. Tambien están los bienes públicos, que hasta el capitalismo considera sujetos al control colectivo. También está la seguridad de las personas.

    En un acto de corrupción un individuo se apropia de un bien público para su disfrute personal. En un acto criminal un individuo se apropia hasta de la vida de otro, también para su disfrute personal.

    La prevalencia del crimen y la corrupción contradicen el principio de control democrático de los recursos que afectan los intereses colectivos.

    Ahora bien, en presencia de una contradicción, el método dialéctico requiere postular categorías más amplias que la resuelvan.

    ¿Qué categorías justificarían la corrupción y el crimen que nos agobian?

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  5. "El Chavismo es la fuerza espiritual de la revolución, es la esperanza hermosa que vive todavía, con mucha fuerza en el pueblo. El peor enemigo del Chavismo no es la oposición de derecha, por demás perversa y acechante; es, paradójicamente el mismísimo oficialismo. El oficialismo es vividor, se aprovecha del chavismo; lo manosea y lo ultraja. Los oficialistas en nada se diferencian de los adecos o copeyanos... se niegan de mala fe, por necedad o cobardía, a la transformación radical de las instituciones. Volvamos al Espíritu del 4F... Si no lo hacemos el Chavismo perderá su fuerza espiritual y la revolución de Venezuela estará condenada al fracaso".

    Cita de Francisco Delgado Rosales

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  7. Epale Reinaldo,

    Un abrazo, ahora desde la cercanía!!!! Ya de nuevo acá. Con mil vainas todavía por ajustar y terminar... Pero aca, en mi pais, en mi macondo!!!

    Parece que tenemos los mismo gustos... Y ademas tienes una capacidad de hacer responder a aquellos que se reflejan en el artículo. Si no recuerdo mal, este anónimo sería el tercero que brinca en la previsible dirección que mencionas en cada artículo que aparecen.

    @ Gustavo: quizas mi manejo de las categorías Filosóficas/Sociológicas no sean muy buenas. Mi formación ha sido mas hacia las ciencias "duras". Pero, hasta donde entiendo, los procesos dialécticos no resuelven las contradicciones en estadios definitivos. No son procesos discretos, que brincan de un estado a otro, como quien camina un escalera, donde se esta en UN escalón en todo instante de tiempo. No. Es un proceso. Las contradicciones se VAN resolviendo. Por lo que no existe UN control democrático, como estadio absoluto, que legitime una revolución. Sino que se va construyendo, al igual que la revolución. Y de allí, que las contradicciones se IRÁN resolviendo. No se por qué me hiciste recordar a Ludovico Silva.

    Un abrazo...

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  8. @Dany: como tú, vengo de una de las ciencias "duras": la Física. Hablo de la dialéctica como método de análisis de la realidad, no como la realidad misma.

    La contradicción está en un discurso que se declara defensor de los intereses colectivos y al mismo tiempo otorga impunidad absoluta al crimen y la corrupción, enemigos a muerte de los venezolanos que viven del trabajo.

    El movimiento dialéctico más sencillo sería concluir la falsedad del discurso. ¿Existe otro?

    Un abrazo...

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  9. @Gustavo: Cuando mencioné ciencia "duras", fue para evidenciar mi formación, para que se me perdone cualquier fallo por ignorancia, por impericia. Y el uso de comillas además, es porque a veces otras ciencias no catalogadas "duras" a mi me parecen mas duras.

    Pero volviendo al comentario. Quisiera identificar lo que yo llamaría una imprecisión. Cito: "se declara defensor de los intereses colectivos y al mismo tiempo otorga impunidad absoluta al crimen y la corrupción". La primera es una aseveración que podríamos tomar como cierta. No obstante, de la segunda, los grados de absolutismo parecieran mas eco de la propaganda política que una seria apreciación de la realidad.

    Pero voy más allá. Quién es tu sujeto en esa oración? A saber, quién otorga "impunidad absoluta" y al mismo tiempo "se declara defensor de los intereses colectivos"? El chavismo, Chavez, el PSUV, el oficialismo?

    Y vuelvo en mi observación sobre la caracterización discreta de los procesos y el absolutismo de las categorías. Pretendes invalidar o otorgar falsedad a un discurso, solo por una apreciación relativa? En que tiempo? En que circunstancia? A cual realidad te refieres? Objetiva o subjetiva?

    Saludos mil...

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  10. Yolanda:
    Agradecido por la cita. Estoy completamente de acuerdo. Me gustaría leer el texto completo.

    Gustavo, hermano, me cuesta encontrar una relación entre lo que planteas en tu primer comentario y mi artículo. Debe haberla, no lo dudo, pero no la encuentro.
    Si de "categorías" se trata, yo siento particular animadversión por todo el aparato conceptual asociado a la idea de democracia liberal. Se ha matado (y se sigue matando), se ha robado (y se sigue robando) y se han hecho muchas guerras (y se siguen haciendo) en nombre de la paz, el progreso, el entendimiento, los derechos humanos, etc.

    De tu segundo comentario no sé si deducir que habría un discurso chavista que "otorga impunidad absoluta al crimen..." mientras habla de democracia. Eso se dice, mucho, cómo no, pero no te veo repitiendo el mismo discurso cínico sobre el "cinismo" del chavismo.

    Dany, panita, bienvenido a Venezuela. Sí, exacto, yo me hice más o menos las mismas preguntas.

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  11. @Dany: Igual que tú, me identifiqué como físico para subrayar que tampoco soy experto en filosofía o ciencias sociales. Mi interés por la dialéctica se deriva de contradicciones como la dualidad onda-partícula, que son inherentes a la física cuántica.

    De lo que he aprendido la dialéctica puede interpretarse como intrínseca a los fenómenos naturales (y sociales). O puede interpretarse como un método de análisis que permite extender, cualitativamente, los límites de la lógica. Por razones derivadas de mi experiencia profesional, me adhiero a esta segunda interpretación.

    Para comprender esta segunda postura es útil reflexionar sobre el siguiente aforismo de Alfred North Whitehead, colaborador de Bertrand Russell.

    En la lógica formal, una contradicción es señal de derrota, pero en la evolución del conocimiento real, marca el primer paso en el progreso hacia la victoria.

    En otras palabras, cuando aparece una contradicción se hace necesario reevaluar el esquema que usamos para describir el fenómeno bajo estudio.

    Reitero: la contradicción está en el discurso, expresado en en los periódicos, en los medios audiovisuales, en Internet. Te doy un ejemplo.

    Anoche la magistrada Luisa Estela Morales anunció en Contragolpe la excarcelación de quienes cometan "delitos menores". Para la magistrada es un "delito menor" aquél que tiene una pena de 5 años o menos. Esto haría un delito menor caerle a golpes a una persona y dejarla ciega. Serían también delitos menores, de acuerdo a la magistrada, la extorsión, el hurto y la estafa.

    Hace poco la ministra de asuntos penitenciarios declaró, palabras más, palabras menos, que los presos son "la semilla del hombre nuevo". Es innegable que hay gente injustamente presa. Pero también es innegable que las cárceles no solo están llenas de criminales: desde ellas los mismos siguen operando con impunidad; en bandas que se dedican a extorsionar vía celular, por ejemplo.

    El discurso es objetivo: está registrado para la historia en los periódicos, en Internet, en CONATEL.

    Acepto, quizás me excedí al calificar de absoluta la impunidad. Pero el que la impunidad sea en realidad casi absoluta no disminuye la validez de mi argumento.

    Por último, usar la reducción al absurdo y concluir la falsedad del discurso es un asunto de simple lógica, es el movimiento dialéctico más económico. Mi pregunta aún, no respondida, es: ¿qué movimiento dialéctico, que categorías más generales, podrían sintetizar esta contradicción?

    @Reinaldo Mi comentario busca demostrar que la tarea de un intelectual trasciende el simple «definir que cosa es el chavismo»

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  12. Gustavo, tipo, con todo respeto, me parece que es una forma bastante rebuscada de plantear que definir el chavismo es una cosa simple, que de paso no me parece que sea así en lo absoluto. De hecho, si se quiere, mi artículo trata precisamente de la gente que lo considera una cuestión menor, algo que se da por sobreentendido, una tarea facilona, pero no porque el "objeto de estudio" sea tan accesible, sino porque se construye ese objeto de estudio desde una posición de Verdad que otorga cierta autoridad a quien ocupa tal posición.
    En tanto que me considero chavista, y en honor a lo que entiendo por chavismo, nunca me tomo en serio a los que se creen superiores moralmente porque tienen la Verdad en sus manos, ya se trata de la Verdad "científica" o de cualquier otra.

    Para eso no hace falta estudiar una vaina o la otra, o tener dos posgrados. Basta con ser chavista.

    Sobre las cárceles, que no sé qué tiene que ver con el asunto, pues yo lo veo al revés: es innegable que haya gente "justamente" presa. A veces el sistema penal se equivoca, y mete preso a quien debe. A veces. La norma es la injusticia más brutal.

    ¿La idea es señalar las aberrantes contradicciones del Estado venezolano? ¿De eso se desprende que toda la habladera de Chávez sobre el Estado social de derecho y de justicia es pura paja, es decir, "ideología"? Porque para decir eso no es necesario ser "científico". Ese es más bien el lenguaje propio de la "doxa" antichavista, para decirlo como hablan ustedes los científicos.

    Pero voy más allá: ¿tú sugieres que yo no me doy cuenta de ellas?

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  13. Reinaldo,

    Para mí los posgrados no son relevantes en sí mismos. Lo relevante es el trabajo. Y su calidad, que no es otra cosa que la medida de la dedicación y compromiso con los que se hace.

    Lo relevante es el trabajo de todos. Sea el de un limpiabotas, un director de orquestas o un albañil. Y todo trabajador merece respeto.

    Tehkne:
    http://apartaderos.blogspot.com/2006/02/tekhne.html

    Un segundo punto: no igualo la ideología con habladera de paja. Pero es un hecho que la habladera de paja abunda en estos lares.

    Ideología y Educación:
    http://apartaderos.blogspot.com/2007/07/ideologa-y-educacin.html

    He seguido tu blog desde hace años. Y te agradezco la oportunidad de agregar a tu excelente trabajo.

    Por último, gracias por llamarme tipo. Me recuerda mi niñez en Catia, cuando mis amigos me presentaban diciendo:

    –Este es un tipo.

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