4 de mayo de 2011

Lo que el oficialismo no quiere ver

Alejado desde hace mucho del agua mansa de Maneiro, esto es, del lugar de la política; incapaz de percibir cuándo se agitan las aguas del océano popular, el oficialismo ha recuperado el habla. Siente que ha pasado la tormenta. Bastó que Chávez entrompara el asunto Pérez Becerra para inferir que el sol había salido y escondieran los paraguas. Ahora todos tienen algo que decir. Frente al cielo encapotado, el oficialismo es siempre ciego.

Lo que el oficialismo no quiere ver es que fue un error el silencio que duró días, porque no despertó más que suspicacias (La Radio del Sur destaca como una honorable excepción); fue un error el comunicado oficial, suscrito por Interiores y Justicia, que apenas interrumpió el silencio: hubiera sido preferible callar, antes que expresar nuestro "compromiso inquebrantable" con una supuesta "lucha contra el terrorismo", convalidando así la jerga propia de la "guerra permanente e ilimitada" del capitalismo mundializado. El mismo Chávez, uno de cuyos méritos ha sido saber marcar distancia del oficialismo, sólo se refirió a la deportación de Pérez Becerra de manera implícita, cuando, durante la reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac), ratificó que el Presidente colombiano seguía siendo su "nuevo mejor amigo".

Si bien es cierto que se equivoca la izquierda desaforada que corrió a acusar al zambo de traidor; si se equivocaron los compas que hicieron lo propio con un par de ministros de Chávez, a quienes también calificaron de "perros" falderos de Santos; en fin, si parte de la izquierda respondió con torpeza a las torpezas del gobierno, no es menos cierto que el zambo tampoco resuelve nada emprendiéndola contra los ultrosos o los "infiltrados". Esa no es manera de recoger los vidrios.

Pancarta durante manifestación en rechazo a la deportación de Joaquín Pérez Becerra. Frente a Cancillería, 28 de abril de 2011. Alude al Ministro de Relaciones Exteriores, Nicolás Maduro, y al Ministro de Comunicación e Información, Andrés Izarra. Sin duda alguna, una torpeza política. Por: Luigino Bracci.

Puede que resulte relativamente sencillo lanzarle un par de dardos a la izquierda aparatera y ciertamente es lo que provoca. Pero el problema central no es, como han argumentado algunos compas, que la izquierda pequebú sólo se desgarra las vestiduras a conveniencia. El problema, sospecho, es el talante profundamente antidemocrático del oficialismo, su oportunismo, su silencio cómplice, su tendencia a exculpar siempre, en todo momento, al zambo, como si el tipo no se equivocara jamás o como si jamás tuviera que reconocer sus errores. El problema es que todavía haya quien pretenda, en el oficialismo, que nadie tiene derecho a cuestionar o exigir explicaciones sobre las negociaciones hechas con el gobierno fascista de Colombia.

No es respecto de la izquierda, sino del chavismo en su conjunto, que el oficialismo asume que no tiene ninguna explicación que ofrecer, puesto que el chavismo estaría allí sólo para recibir la línea política, es decir, instrucciones. De allí parte de lo que hoy se expresa como hastío por la política. Eso explica que el chavismo cada vez crea menos en el oficialismo. Bien podría considerarse un axioma: en la medida que Chávez asume las formas, el estilacho del oficialismo, su credibilidad se ve afectada. Basta que escuche y hable al chavismo popular: entonces luce invencible.

Si no queda esperar nada del oficialismo, y si es muy poco lo que tiene que aportar la izquierda aparatera y anti-popular (la misma que, hecha gobierno, se rinde a las mieles del oficialismo), en cambio es mucho lo que el movimiento popular puede ofrecer, a pesar de su debilidad (y precisamente para remontar la cuesta). Más allá de la definición de una postura unitaria a propósito del caso Pérez Becerra, el esfuerzo de articulación tendría que apuntar a la imposición de una agenda popular, que visibilice y promueva las luchas que el oficialismo menosprecia. Luchas concretas protagonizadas por sujetos concretos. Para que la lucha contra el oficialismo y, por supuesto, contra todo el conjunto de fuerzas antidemocráticas (antichavismo incluido), tenga eficacia política. Para que aquello de la interpelación popular y la radicalización democrática de la revolución bolivariana no sean consignas vacías.

11 comentarios:

  1. Extraordinario análisis... da en el mero centro... no podemos seguir cometiendo ningún tipo de torpezas como esas, ni estupideces como heces...
    Abrazo

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  2. Lo peor del oficialismo es no aceptar las criticas del comun. Te execran. punto. Cuando El zambo como bien lo llamas reconoce el error todo el mundo sale a decir Ahhhhh viste? Yo cometí la torpeza de criticar abiertamente la reforma constitucional (los 79) que perdimos (yo ayude, confesé públicamente que vote si no como la Magistrada aquella. Igualmente sigo diciendo Viva Chávez, pero el oficialismo es absolutamente incompetente y falto de criterio.
    Saludos revolucionarios y comprometidos

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  3. Como siempre, comodo, ambiguo, quedando bien con todos y todas.
    Como dice el otro de arriba, en el centro, ni de alla ni de aca.
    A.

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  4. A.:
    No quedé bien contigo. Eso quiere decir que no soy monedita de oro. Si no te gusta así, pues ni modo.

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  5. El artículo es excelente, no sólo por el artículo sino por quien lo dice. Hubiera querido escribir algo parecido, pero hubieran sobrado los insultos por "infiltrado", "escuálido", "agente de la CIA", "salta-talanaquera". A ver quién se atreve a decirle eso a Reinaldo.

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  6. Bien por el artículo, malo por nuestra izquierda inmadura y falta de formación. Pésimo por el oficialismo borrego que no acepta la crítica ni es capaz de dar indicios de autocrítica. Y hay gente que no entiende la política por más educación que tenga.

    El problema de las formas es simple: mientras no asumamos cambiar radicalmente las instituciones y el sistema de gestión de gobierno, el fondo de la propuesta de cambio se verá mermada. Basta saber que el oficialismo asume la gestión al peor estilo adeco mientras el presidente avanza en la construcción del modelo bolivariano. Y ocurren situaciones como éstas que por no tener la claridad revolucionaria, el oficialismo asume un postura antidemocrática, haciéndole el juego a la extrema derecha.

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  7. Maduro gritaba en la marcha: "si quieren vienen y me queman a mí, pa quemame". Si bien quemar su muñeco su respuesta es arrogante.

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  8. Tengo que confesar que no sé si esto lo escribió un Chavista o un opositor.

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  9. La logica burguesa siempre ha sido sorda ante la voz de del pueblo, porque esto, lo popular, es el tintero de ambas, de la oposicion y del oficialismo. Aun frente a todos los mensajes que el pueblo a enviado de diferentes formas a quienes componen el chavismo ofical y a su lider por todos los errores torpes q se han comentido y q han tenido costos politicos muy altos, este continua descentendiendose.
    Como manifestar la arrechera del pueblo y la impontencia de los criticos que tratan de trazarl un camino a esta vaina? por q es hoy o nunca! porq la oposicion nos espera hambrientos y solo cuando eso ocurra la izquierda retrograda, los intelectuales de escritorio... van a sentir q pueden "hacer una lectura de los hechos" cuando en lugar de hacerlo antes se pusieron en el papel de escualidos o pensaron q o el chavismo es monolitico o no es chavismo.
    La critica no acomoda los hechos, suena y es lo que ES, irreverente, transgresora, provocadora.
    Al cuadrado no q no le guste la autocritica: jodase, vaya y sea un sordo mas, alimente esas filas, q ya ahora son vastas, haber si desde ahi se puede hacer algo q no sea abandonar la lucha.

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  10. Es que los oficialistas son así: Hay unos que se habrán preguntado, luego de quitarse las lagañas y dar 4 bostezos: ¿Qué fue lo que dijo el presi? Hay otros que pudieron haber pensado: coño, le entregamos al enemigo uno de los nuestros? Perroooooo, el presi qué fue lo que se fumó? Y hay otros que dijeron, sin más allá y sin más acá: el presi tuvo razón, y la tuvo porque él siempre tiene la razón. Si mañana dice que se equivocó, aún así, antes de eso, después y durante eso, él tiene razón. El asunto es que ninguno de los anteriores dijo ni ñé. El silencio en este caso es lo más cómodo, lo más sensato, no vaya y sea, porque si yo soy del oficialismo y opino, me pudieran pasar 3 cosas: o me acusan de traidor, o de desinformado, o de genuflexo. Tres cosas que ponen en riesgo mi imagen, mi status, mi cargo. A mí no me sorprende en modo alguno tal silencio, sé que tampoco a ti; mucho menos me sorprende que pasados los días, las criaturas de Interior y Justicia, para explicar o justificar el absurdo, la incoherencia de Chávez, hayan recitado los manoseados versos de la lucha contra el terrorismo, que tú ves acertadamente como parte de la jerga del capitalismo, pero que en realidad son el eco de las palabras que el mismo Chávez se ha dado el lujo de decir, más ahora en estos tiempos de amistad y pipí agarrao con el fascista.. No necesitamos recordar que hace algún tiempo, Chávez mandó a perseguir a una gente del 23 de enero porque le quebrantaron la paz a Ravel; ni que la difunta Lina se llevó sus baldes de agua por antirrevolucionaria (palabras textuales) y que el oficialismo lejos de pronunciarse, salió de lo más nice a apoyar la decisión de Chávez de poner presos a los nuestros cuando había y hay tanto coño de su madre de la Oposición suelto por ahí.
    Dicho esto, yo reflexiono y me pregunto hasta dónde es cierto eso que aseveras y me produce envidia, eso de que Chávez se ha distanciado del oficialismo…y me lo pregunto porque yo también pongo en tela de juicio esa forma, un tanto habitual, un tanto paisaje, que él tiene de recoger los vidrios.
    En todo caso, tengo la aspiración, quizás ingenua, de que el zambo se termine de dar cuenta de que tener a su alrededor a ese oficialismo jala bolas, oportunista, idiota, no aporta nada valioso a la revolución que está predicando, al contrario, el daño que causa se traduce en ese hastío del que hemos estado hablando; ojalá que por fin recuerde que no fue por esos oficialistas que él está donde está ahora, vale decir, que nosotros pueblo somos su verdadero y único aliado.
    Por último, celebro este escrito mi amigo.... Me gusta que hayamos dejado de dedicarle nuestro tiempo al “discurso” de esta Oposición ya tan agotado y tan pasado de ridículo. Me gusta que ya hayamos comenzado a descuartizar en análisis serios los aciertos y desaciertos del oficialismo, incluido Chávez, que haya espacios para esto. El presi tendrá tarde o temprano que aprender a escuchar las críticas, digerirlas y sacarle partido a lo que se dice con la buena fe de que las vainas mejoren, pero además, las críticas a nosotros mismos, hechas así, siempre nos harán crecer, siempre nos harán avanzar y eso es lo que importa. Que se vayan a la mierda quienes crean que por eso somos ambiguos; que se vayan más allá los que piensen que estamos traicionando la revolución o al mismo Chávez. ¡No están ni tibios!


    abrazo pa ti compañero

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  11. Descuartizar el discurso oficialista es ciertamente algo que yo también celebro. En realidad no llego a llamarlo discurso porque le falta, digamos, contenido propio: mal puede la repetición de consignas y frases tipo "como lo dice el comandante" y otros etcéteras llamarse discurso.
    En mi sempiterno optimismo, me imagino a Hugo utilizando el poder como un tira de papel cazamoscas: una vez reunido el cortejo de aduladores, me lo figuro convocando una cadenita y decir: "Pueblo, éstos que ven aquí son los vestigios del clientelismo blabla y en este acto me los raspo a todos, véanlos y desconózcanlos, ahora síganme, vengan y hagamos realidad el poder comunal desde las bases". Qué iluso. Pero, ¿quién quita que algún día...?
    Ahora en serio: nada peor para el "oficialismo" que haber cedido el estandarte de la denuncia y la crítica a la oposición. Entiendo que esos son justamente los roles que nuestra concepción burguesa asigna a estos dos grupos, pero yo esperaba más. Y mucho más de un oficialismo que se dice revolucionario, que dice provenir de los colectivos que por criticar pasaron cárcel o persecuciones en el pasado, cuando eran minoría... o mejor dicho, cuando no eran el poder. Qué vaina, ¿no?
    No creo que en el gobierno se piense que ya pasó la tormenta. Ni con Misión Vivienda a full chola por VTV todo el fin de semana, mi pana: esta roncha no puede ser evadida tan a la ligera. Yo no vi mucho VTV ayer, pero dudo que este gigantesco cojeculo internacional haya sido abordado por las anclas estrellas después del 'tátequieto del magno, lo cual aumenta la percepción de que o la cagó por error y no quiere reconocerlo, o la cagó por razones que no puede divulgar. Y ambas opciones son chimbas, tan chimbas como lo es el recato sigiloso de un periodismo que debería estar hurgando un poco más en Miraflores y cercanías además de solo marearnos con maquetitas, apartacos y neveras.
    Queda esperar que se nos ilumine pronto o más tarde. Yo traté de buscarle el lado positivo por aquí mismo y otros blogs, pero el gustico amargo queda.
    Franco Munini.

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