22 de diciembre de 2010

Los buhoneros y el partido/movimiento


Fragmento del documental La revolución no será transmitida, de Kim Bartley y Donnacha O'Briain, que registra imágenes del pueblo reprimido en el centro de Caracas durante el 12 de abril de 2002. ¿Cuántas de las primeras víctimas de la dictadura de Carmona no fueron buhoneros?

Con los buhoneros sucede algo similar al caso de los motorizados: son sujetos políticos que han jugado un papel decisivo, determinante, en los momentos más duros de la confrontación política, y sin embargo son mirados con desdén por quienes militan, digamos, en la política formal.

Sobre los buhoneros se ha dicho de todo, y seguramente buena parte de lo dicho sea verdad: que el negocio de la buhonería está controlado por mafias; que en aquellos lugares donde controlan el territorio, están estrechamente imbricados con redes delincuenciales; que este mismo control del territorio lo realizan de manera anárquica y caótica, e impiden el derecho al libre tránsito de los ciudadanos; que parte del negocio está controlado férreamente por el paramilitarismo. Son todos argumentos esgrimidos por compañeros que militan en la revolución bolivariana. No viene al caso ahondar en la percepción que sobre el asunto tiene la derecha más rancia, tributaria de lógicas represivas del tipo tolerancia cero.

Para los compañeros formados en los principios y valores de la izquierda más tradicional, no tiene sentido siquiera hablar de "sujetos políticos". Buhoneros y motorizados son asociados, automáticamente, con el lumpen. Sólo la "clase obrera", con una pequeña ayuda de sus aliados los profesionales, técnicos, estudiantes y, si fuera posible, el campesinado, tienen derecho de entrada al paraíso. Lo demás es palabrería posmo.

Con el resto de los compañeros, que por suerte son los más, es posible plantearse el asunto en otros términos. Frente a sus reservas, algunas de ellas legítimas, suelo responder con un pequeño ejercicio de memoria histórica: en 2002, los buhoneros ocupaban un extenso corredor territorial en pleno centro geográfico de Caracas, entre Chacao y Plaza Venezuela, que más de una vez sirvió como muro de contención contra las tentativas opositoras de desplazarse hacia Miraflores, no para ir a regalarle piropos a Chávez, sino para derrocarlo. Esa historia no me la contó nadie: durante todo 2002 y buena parte de 2003 trabajé a una cuadra del bulevar de Sabana Grande. En diciembre del mismo año, en pleno paro insurreccional, bastaba con asomarse al bulevar para ver a la ciudad en movimiento. Del mismo modo, cualquiera que haya estado en la calle el 13 de Abril sabe de la importancia crucial de los motorizados, en tanto canales "informales" pero eficaces de comunicación popular, por decir lo menos.

Voy más allá: ¿cuántas de las primeras víctimas de la dictadura de Carmona no fueron buhoneros del centro de Caracas, reprimidos a sangre y fuego por la Policía Metropolitana? Sin duda, algunos de los primeros combates callejeros contra la dictadura, el 12 de abril, fueron protagonizados por el pueblo/buhonero.

Los compañeros del Movimiento de Pobladores me explicaban hace poco, refiriéndose al caso de los edificios ocupados en el centro de Caracas, que las mafias sólo controlaban espacios despolitizados, es decir, allí donde los ocupantes no estaban organizados. Nada más eficaz contra las mafias que el trabajo político. Igual consideración podría hacerse en el caso de los buhoneros. Acaso el desdén con que se les mira, tenga relación con el proceso de despolitización o burocratización de la política que hoy afecta a la revolución bolivariana.

Produce un poco de pena ajena la aclaratoria, pero es necesario decirlo: no estoy planteando que los buhoneros sean el "sujeto histórico" de la revolución bolivariana. Sin embargo, preocupa la tendencia que apunta en sentido inverso: hacia su criminalización. Más claro aún para que se entienda en todas partes: ¿la invisibilización de los buhoneros como sujetos políticos, allí donde este fenómeno opere, tendrá alguna relación con los resultados electorales del 26-S?

En fin, tanto buhoneros como motorizados deben formar parte del partido/movimiento en ciernes. Caso contrario, estarán los mismos que hoy están, y tal vez algunos más, pero no estarán todos los que son.

3 comentarios:

  1. Hay muchas mafias y hasta esclavismo entre ellos, los prestamistas los tienen contra las cuerdas, pero es un espacio que hemos dejado perder. Si lográramos que hubiera organización, interacción entre ellos se harían cosas interesantes como lograr que sean productores de bienes y servicios.
    La mentalidad de la ganancia al 100% entre ellos y los monopolios son perversiones capitalistas

    ResponderBorrar
  2. Las calles y las aceras están ahí para facilitar el tránsito de todos, son bienes sociales que no pueden ser secuestrados por grupos privados, sean estos motorizados, buhoneros o –como ocurre alrededor del Sambil y El Recreo– por Centros Comerciales. La usurpación de los espacios públicos no tiene nada de socialista, es un problema característico de los países en la periferia del capitalismo.

    ResponderBorrar
  3. Hola Reinaldo. He escrito mucho sobre los buhoneros, pero mas sobre los motorizados. Reflexiones ideologicas aparte creo que están fuera de control. Muchos, no se en que porcentaje pero son muchos, no respetan ninguna norma y eso no es desvarío de clase media. Ni porque uno crea que son lumpen. Ha muerto gente porque cruza una calle y hay un motorizado circulando en contra sentido. Esa es una realidad que no tiene nada que ver con la revolución. Por otro lado están las autoridades, que están alli para hacer cumplir las normas,las leyes. y son muy laxos con los motorizados. Da pena la poca ascendencia que tienen sobre ellos. La ciudades tienen normas porque vive mucha gente y si no las hay la convivencia se hace dificil, complicada, inmanejable.No es una opción cumplir con las normas, es una necesidad. Por otra parte creo que cada quien tiene su lugar protagonico en este proceso. No creo que el de los motorizados o buhoneros sea mas importante o menos importante que el mio, que el tuyo, que el de la señora que hace empanadas en su barrio. Son distintos solamente. Los espacios públicos deben ser para el colectivo, no para trabajadores de la economía informal o para motorizados fuera de control. No son lumpen ni nada son gente que necesita saber, que alguien les diga, que aprendan, que sus derechos son tan importantes como los de los peatones. Muchos, no se cuantos insisto, pero muchos, están convencidos que tienen mas derecho que yo a usar las calles. Y eso mi querido Reinaldo no tiene nada que ver con derechos humanos, socialismo, o fuerzas de choque en defensa de la revolución. Es una sola palabra: abuso. En muchas ocasiones mezclados con abusos de poder porque cargan un carnet de alguna institución del estado, dramático hermano, dramático. Lo dejo hasta, para no fastidiar. Un abrazo

    ResponderBorrar