(El veinticuatro en Ciudad CCS, publicado el jueves 4 de marzo de 2010, va sobre Daniel Bensaid. Hace un tiempo hice una referencia más bien marginal a su obra, que no se corresponde con la profunda admiración que profeso por ella.
Bensaid fue uno de los organizadores del célebre Movimiento 22 de Marzo, que tuviera destacado protagonismo durante el Mayo Francés del 68. Más recientemente, fue uno de los principales impulsores del Nuevo Partido Anticapitalista francés, tal vez la iniciativa de organización partidista más interesante de toda Europa. También enseñó en la Universidad de París VIII.
Aunque parte importante de su obra no ha sido traducida al español, muchos de sus artículos pueden leerse en la web de la revista Viento Sur. En Venezuela, la editorial El Perro y la Rana publicó Clases, plebes, multitudes (aquí puede leerse en una edición chilena). Con suerte, en las Librerías del Sur puede conseguirse Resistencias, editada por la española El Viejo Topo. La editorial argentina Herramienta publicó una de sus obras de mayor envergadura: Marx intempestivo. La española Península recién publicó su Elogio de la política profana, que aún no llega a Venezuela.
Sospecho que Marx, mode d'emploi (Marx, manual de uso), uno de sus últimos libros (hasta donde sé, aún no traducido al español), debería ser lectura obligada para todos los jóvenes - y no tanto - interesados en conocer la obra de Marx.
Para leer el artículo al que hago referencia en Ciudad CCS, entrar aquí. Allí encontrarán esta definición de comunismo:
"El comunismo no es una idea pura, ni un modelo doctrinario de sociedad. No es el nombre de un régimen estatal, ni el de un nuevo modo de producción. Es el de un movimiento que, de forma permanente, supera/suprime el orden establecido. Pero es también el objetivo que, surgido de este movimiento, le orienta y permite, contra políticas sin principios, acciones sin continuidad, improvisaciones de a diario, determinar lo que acerca al objetivo y lo que aleja de él. A este título, es no un conocimiento científico del objetivo y del camino, sino una hipótesis estratégica reguladora. Nombra, indisociablemente, el sueño irreductible de un mundo diferente, de justicia, de igualdad y de solidaridad; el movimiento permanente que apunta a derrocar el orden existente en la época del capitalismo; y la hipótesis que orienta este movimiento hacia un cambio radical de las relaciones de propiedad y de poder, a distancia de los acomodamientos con un menor mal que sería el camino más corto hacia lo peor.
Con razón Bensaid es repudiado, o simplemente desconocido, por los que, en nombre del "socialismo del siglo XXI", siguen haciendo apología del "comunismo del siglo XX".
Salud).
Potencias del comunismo: así intituló Daniel Bensaid el último artículo que escribió para la revista Contretemps, publicado en diciembre de 2009. Bensaid falleció la mañana del 12 de enero de 2010. "Desarrolló siempre, sin concesiones, un combate de ideas, inspirado en la defensa de un marxismo abierto, no dogmático", escribían sus camaradas del Nuevo Partido Anticapitalista francés. Sólo agregaría que Bensaid libró un combate inspirado en el único marxismo digno de defender: el que sigue aportándonos herramientas para comprender y realizar la crítica radical del capitalismo, pero también para realizar una crítica similar contra los crímenes cometidos en nombre del comunismo.
No habrá "socialismo del siglo XXI" sin este necesario ajuste de cuentas histórico. "Las palabras de la emancipación no han salido indemnes de las tormentas del siglo pasado", escribía. "El socialismo se ha implicado en el asesinato de Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo, en las guerras coloniales y las colaboraciones gubernamentales hasta el punto de perder todo contenido a medida que ganaba en extensión. Una metódica campaña ideológica ha logrado identificar a ojos de muchos la revolución con la violencia y el terror. Pero, de todas las palabras ayer portadoras de grandes promesas y de sueños de porvenir, la de comunismo ha sido la que más daños ha sufrido debido a su captura por la razón burocrática de Estado y de su sometimiento a una empresa totalitaria".
Bensaid advierte: "Es necesario… pensar lo que ha ocurrido con el comunismo del siglo XX. La palabra y la cosa no pueden quedar fuera del tiempo de las pruebas históricas a las que han sido sometidos... No se inventa un nuevo léxico por decreto. El vocabulario se forma con el tiempo, a través de usos y experiencias. Ceder a la identificación del comunismo con la dictadura totalitaria estalinista sería capitular ante los vencedores provisionales, confundir la revolución y la contrarrevolución burocrática, y clausurar así el capítulo de las bifurcaciones, único abierto a la esperanza. Y sería cometer una irreparable injusticia hacia los vencidos, todas las personas, anónimas o no, que vivieron apasionadamente la idea comunista y que la hicieron vivir contra sus caricaturas y sus falsificaciones. ¡Vergüenza a quienes dejaron de ser comunistas al dejar de ser estalinistas y que no fueron comunistas más que mientras fueron estalinistas!".
Sigamos leyendo a Bensaid. De manera que no tengamos que reclamar mañana: ¡Vergüenza a quienes dejaron de ser socialistas al dejar de ser chavistas y que no fueron socialistas más que mientras fueron chavistas!
Muy bueno Reinaldo.
ResponderBorrarMucho de lo que pasa por análisis marxista en nuestro país no es más que una interpretación mítica de eventos que ocurrieron a mediados del siglo XIX y principios del siglo XX.
Mítica en el sentido de lo que Mircea Eliade llamó El Mito del Eterno Retorno, una visión del mundo en la que el tiempo es cíclico y lo que vivimos ahora no es más que un retorno a lo que ya fue vivido en otros sitios y en otros tiempos.
Conocer el pasado es necesario para saber de donde venimos, cuales son las fuentes de nuestra identidad. Pero para influenciar el futuro tenemos que comprender el presente, nuestro presente. Tenemos que trascender el simplismo de las fórmulas de propaganda.
Textos como el que aquí reseñas son herramientas potentes para la comprensión.
Para Marx, el comunismo sí es un nuevo "modo de producción" (entendiendo modo de producción una determinada manera de reproducirse todos los componentes de la estructura social y económica).
ResponderBorrarNaturalmente, no es obligatorio seguir a Marx, pero cuando alguien se declara su seguidor debería advertir cuando se aleja de sus planteamientos.
Rafael Pla López:
ResponderBorrar¿Eso es lo que le parece, que Bensaid "se aleja" de Marx? ¿No le parece que sean posibles, simplemente, lecturas e interpretaciones diversas "de sus planteamientos"? ¿Leyó usted, completo, el artículo de Bensaid?
Gustavo J. Mata:
Completamente de acuerdo, cámara. Si Marx no sirve para "trascender el simplismo de las fórmulas de propaganda", entonces no sirve para nada. Pero esa cuenta no habrá que endosársela a Marx, sino a los propagandistas.
De la citas hechas aquí de Bensaid no se puede extraer, claro, de por qué el comunismo cae en el estalinismo, ni por qué todos los comunismos ensayados caen en el estalinismo, ni por qué el comunismo, por alguna razón desconocida, no ha tener como destino inevitable (no deseado) caer en el estalinismo.
ResponderBorrarY sin embargo esa es la cuestión. No importa cuánto se repita que los ensayos realizados se "desviaron" de lo que dijo (o no dijo) Marx, en una suerte de endogamia analítica, que se queda en la observancia del propio ombligo.
Marx (y muchos hasta hoy en día) ignoraba la naturaleza autónoma del poder; dejaba de lado la cuestión de la concentración de poder, y se fijaba solo en quién lo ejercía. Por eso la historia se repite, porque siempre se cae en el error (por otro lado inevitable) de crear un poder ilimitado, y de caer en la creencia ingenua de que éste desaparecerá o cederá su posición (a los efectos no importa si dicho poder es ejercido por una sola persona, un grupo de personas o una "mayoría").
Paradójicamente, al parecer se tiene una idea de esto cuando se habla de dar "poder al pueblo" o de instaurar un verdadera democracia "participativa y protagónica" o de "luchar" contra el burocratismo, pero al mismo tiempo se delega en unos elegidos no solo el poder político sino también el económico. Esto por una razón sencilla, en el estado de guerra "inminente" (contra enemigos internos o externos) y de militarización de la población (para enfrentar esa amenaza), la centralización del mando y de los recursos para ganar dicha guerra no puede sino contribuir a esa concentración de poder.
Vencidos los enemigos, esa maquinaria se volverá contra los revolucionarios "críticos" que podrán dar todas las pruebas de su pureza de sangre revolucionaria pero que, acusados de contrarevolucionarios por los detentadores del poder que se vean amenazados en su posición, pasarán a ser los nuevos enemigos y la purga continuará hasta que la cúpula más fuerte se estabilice. El surgimiento de "enemigos" que justifique la continuidad del poder ilimitado será permanente y la necesidad de mantener el aparato represivo, perdón, el aparato de guerra, conducirá a todos los males descritos, en una sola palabra: estalinismo.
La verdadera vacuna contra esta secuencia inevitable es la descentralización real tanto política como económica, pero esta opción está negada por principio: si cada quien puede dedicarse a lo suyo, puede ocurrir que "lo suyo" no sea la revolución o el socialismo o el comunismo, lo cual constituye herejía, o peor: apostasía, y esta iglesia que quiere conducir a la humnaidad al paraiso socialista no puede tolerarlo.
El juego se tranca y se entiende porque todos los ensayos conducen a los mismos resultados.
Bensaid? La unica forma honesta de ocuparse con la obra de Karl Marx empieza por aprender aleman, leer la obre de G.F. Hegel y hacer un analisis de las fuentes en las que Marx se basaba. No se trata de una obra sagrada que deba ser explanada por un sacerdote de la cultura.
ResponderBorrarCorbu:
ResponderBorrarPero no seas tan flojo. Léete a Bensaid, con un mínimo de rigor. Claro que no lo vas a hacer: tú estás convencido de que "la historia se repite" y de que el comunismo conduce, inevitablemente, al estalinismo. Pura escatología al peor estilo de Francois Furet y los autores de El libro negro del comunismo, al que el mismo Bensaid respondiera en su momento.
Pero lo más hilarante es la "verdadera vacuna" que propones: "la descentralización real tanto política como económica" y cada quien dedicándose a lo suyo. Es decir, si cualquier pendejo desea dedicarse a explotarme en nombre de la libre empresa, está en todo su derecho.
Déjame pensarlo un momento: Carlos Rangel o Daniel Bensaid. No, mi hermano, yo estoy del lado de Daniel Bensaid.
Anónimo del 11 de marzo a las 10:25:
ResponderBorrarEs decir, que quienes no hemos aprendido el alemán estamos condenados a la deshonestidad intelectual.
¿En qué idioma hay que leerse a Hegel?
ResponderBorrar"Condenados a la deshonestidad intelectual". Si eso es lo que he querido decir. En lo que se refiere a autores alemanes. Le doy dos ejemplos: Cuantos estudiantes de Hegel hablan de una supuesta "Dialectica del amo y el esclavo". Esa es la traduccion en espanol.Y producen a partir de eso una serie de analogias que aplican a todo tipo de situaciones. Hegel ha escrito no "Sklave" sino "Knecht" que es una cosa muy diferente. Con respecto a Marx he leido un libro de un Professor americano que cree poder explicar determinados conceptos (M. Perelman). El se refiere a la "acumulacion primitiva" . Y obtiene una serie de consecuencias sobre ese "primitivismo". Lo relaciona con brutalidad, etc. :a palabra de Marx es "urspruenglich" . Que no tiene nada que ver con salvajismo o bestialidad. Una parte importante de la filosofia de Hegel tiene que ver con un uso casi coloquial del lenguaje. Usa expresiones que se usan normalmente en el aleman. No como termminos filosoficos. Por ejemplo Entfremdung, Aufhebung y muchisimos otros. Despues de leer las obras de Hegel en el original durante annos se lee a Marx de una forma totalmente distinta. Se nota de inmediato una especie de forma hegeliana de pensar que es totalmente ajena a los escritos de otros economistas de esa misma epoca como Jevons o Cournot. Parece que usted toma como una ofensa la exigencia de claridad intelectual? Tambien usted detesta el saber?
ResponderBorrarInteresantes estsa reflecxiones y el acercamiento a este autor. Creo que algunos arículos que mencionas fueron objeto de un taller al que asistí en algo que se llamaba "Teoría del método"
ResponderBorrarHay que revivir esas lecturas definitivamente.
Ahora bien, me detuve en esta:
"Una metódica campaña ideológica ha logrado identificar a ojos de muchos la revolución con la violencia y el terror"
Bueno ¿pero es que fueron de otra forma? El problema es que estas campañas ideológicas quieren hacernos ver que la violencia únicamente y la sangre, tiene que ver con los revolucionarios y comunistas.
El Capitalismo también utilizó estos métodos, tan lindos: ellos los utilizaron y los utilizan que en nombre de la democracia, la libertad, la paz y otros conceptos con los que nos han manipulado al punto del cinismo.
Francamente yo del comunismo no puedo hablar mucho, porque el comunismo a mí eso no me consta. Pero creo que aquellos años aciagos o acertados de la unión soviética nada tienen que ver con este término.
De puro ignorante que soy, enyo sospecho que en la única parte que me pareció que había comunismo en este planeta fue en un asentamiento indígena en el que pasé 8 días por los lados del zulia pa adentro. Allí las cosas eran más o menos asi:
Fulanito, a mí me sobran plátanos y necesito ñames, ¿Tú tienes?
- Y bastante. Lo que no tengo es plátano.
Resuelto el problema.
Y la única religión: esa comunión del indígena con la naturaleza.
De resto: ni que venga Lenin y me lo jure 20 veces.
Saludos mi amigo.
Ah y esos que dejaron de ser socialistas cuando dejaron de ser chavistas NUNCA fueron ni lo uno ni lo otro. Esos fueron como diría mi señora madre: unos zánganos.
jaja, tú no tendrás por ahí un diccionario corbu-español, español-corbu? A ve si yo entiendo.
ResponderBorrarMis comentarios sobre la necesidad de leer a Marx (y a los autores en los que se basa) en el original no encontraron aqui ninguna atencion. Estudie Filosofia en Alemania y pude constatar que alli nadie (ni Professores ni Estudiantes) toma en serio a estos autores. Son solo la excusa para tener puestos en universidades e institutos. Menciono en este Blog esas cosas porque considero aqui se piensa sobre ciertos asuntos que normalmente no son objeto de reflexion.
ResponderBorrarPara Marx era enormemente importante la precision de sus conceptos. Hay que ver la abundancia de notas en sus escritos. Por ejemplo la nota 4 en la primera parte de Das Kapital habla de la diferencia entre "Worth" y "Value" en John Locke. Esa diferencia lo hace reflexionar sobre el ingles en general.
En fin, solo se le puede hacer justicia a ese deseo de exactitud cuando se lee a ese autor en el original.
Anónimo del 16 de marzo a las 5:16:
ResponderBorrarEl problema es que usted no viene aquí a hablar como filósofo, ni siquiera como marxista, sino como filólogo. Usted es un celoso guardián de las palabras. A pesar de que en su primer comentario escribió que la obra de Marx no es "una obra sagrada", le da exactamente ese tratamieto: no leerla en alemán equivale a profanarla. Vaya usted a saber en razón de qué, entonces, el mismísimo Marx procuró que su obra fuera traducida a otros idiomas.
En su segundo comentario ratifica que estamos condenados a la deshonestidad intelectual. Me pregunta si considero "una ofensa la exigencia de claridad intelectual". Me pregunta también si detesto "el saber". ¿Cómo aspira usted que me lo tome en serio?
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ResponderBorrarSobre la violencia, la revolución y el terror, y sobre las muertes que habría que sumar a la cuenta del capitalismo, te recomiendo el mismo texto que recomendara a Corbu. Es un buen análisis.
Beso.
No dudo de que lo sea, sabes. Tomaré tu recomendación en cuenta para un futuro.
ResponderBorrarMi amigo voy a sonar pedante pero yo sé perfectamente que el capitalismo es tamaña mierda. No me canso de decir cada vez que puedo que si son verdad esas cosas bíblicas, el capitalismo es exactamente el anticristo, la negación a todo lo que es esencialmente humano. Una negación a la vida misma. Dar muerte a ese mosntruo, salir de esta aberración nos llevará añísimos, añísimos, pero pa allá vamos. Pa allá tenemos que devolvernos a buscar el sentido de la vida, porque no puede ser que en toda esta porquería absurda esté el sentido de la vida.
Recuerdo una frase muy poe´tica de Marx, refiriéndose al significado de ser revolucionario. No tengo exactitud pero a mí se me quedó esta imagen: el verdadero revolucionario es aquel que es capaz de escuchar crecer al árbol. Me parece que la cosa del comunismo va en esa dirección.
Abrazo hermano.