6 de julio de 2011

Resteaos con Chávez

Lunes 4 de julio de 2011. Con vista al norte, Miraflores a la espalda. Por: Bonnisa Rodríguez

1. No se equivoquen: el impacto de su convalecencia nos zarandeó durante algún rato, pero no llegó a doblegarnos. Incontables golpes bajos hemos recibido, y eso jamás nos ha detenido. Sí, algunos lloramos, pero aprendimos muy temprano a sacar fuerzas de donde no las había para acompañar a los nuestros, caídos en desgracia. Igual que el 12 de abril, cuando nos sacudimos la tristeza en cuestión de horas y salimos a rescatar a nuestro líder secuestrado. Porque sabemos que para ustedes es una fecha impronunciable, nos encargamos de recordarla a cada tanto. Ahora es buen momento.

2. Si en 2002 devolvimos a Chávez a su puesto de comando, hoy sabemos que se trata de mucho más que eso. Había algo de Batalla de Santa Inés en su memorable discurso del 30 de junio, pero esta vez, lo sabemos, es una batalla más personal que colectiva. Definitiva e irrenunciablemente colectiva, pero inevitablemente personal. Es el líder que invoca "a los espíritus de la sabana, diría Florentino", para que le concedan la posibilidad de hablarnos, "no desde otro sendero abismal, no desde una oscura caverna o una noche sin estrellas", como aquella del 11 de abril, sino desde ese "camino empinado por donde siento que voy saliendo ya de otro abismo". El líder está obligado a recuperarse, y nosotros a acompañarlo. Este lunes 4, en Miraflores, lo dejamos claro.

3. Santa Inés inevitablemente personal, pero irrenunciablemente colectivo. Es el líder que anuncia que su "nueva escalada hacia el retorno" no tiene nada que ver consigo mismo, sino con nosotros, "pueblo patrio", y nos invita "a que sigamos juntos escalando nuevas cumbres". Desde ahora, acompañar a Chávez es tarea que sólo será posible desde la calle, movilizando, organizando, agitando, participando, empujando, cuestionando, construyendo. También estamos obligados a ocupar y permanecer en la calle, porque así como sólo el pueblo rescata a Chávez, sólo el pueblo salva al pueblo.

4. A los traidores y vendepatria, a los que intentaron sembrar miedo y desasosiego, a los que se mofaron y celebraron la mala hora de Chávez, a los intrigantes y cizañeros, a los que le echaron gasolina al fuego, a quienes lo desean bien muerto: los estamos observando. A los conciliadores, a los oportunistas, a los que reculan: se lo estamos advirtiendo.

5. Sepan que a nosotros no nos asalta una pizca de incertidumbre. Sabemos lo que queremos y sabemos cómo hacerlo. Sepan que aquí estamos y aquí permaneceremos hasta las últimas consecuencias. Si su problema es con Chávez es porque siempre ha sido con el pueblo. Estamos resteaos con Chávez. Después no digan que no se lo dijeron.

2 comentarios:

  1. A propósito de los puntos 4 y 5, tamaña indignación me dio leer en una cosa que llama Noticias 24 (Reuters)una suerte de resumen curricular port morten de Chávez, justo el día después de que él se dirigió al país. Esos coños de su madre oyeron cáncer y se dijeron "nada ya salimos de él"
    ¡Qué oscuridad la de esa gente! ¡qué oscuridad! A mí (escribí porai) me cuesta creer que son mis semejantes. Por eso le pedí a dios "haz que a ellos les dé diarrea con hipo" amén, gracias.
    Otro abrazo.

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  2. Para Bonizza, estoy muy de acuerdo con el punto 4, ya que ese pueblo llano, el que se ha visto llorando y sufriendo la gravedad de Chavez, es la fuerza motora del cambio, es la verdadera esencia del proceso. LOS "oficialistas" que se rasgan las vestiduras y gritan las consignas "oficialistas" esos, no aguantan una verdadera pedida. Por eso vemos en los pueblos tanta desidia. obras inconclusas, Ej. El proyecto gasifero del Altagracia de Orituco, con un atraso de tres años, la termoelectrica de allì tiene varios meses parada y a Chavez le han vendido la idea que ese proyecto tiene el 80 % de logrado ¡Falso! de toda falsedad, ademàs hay varias obras en el mismo estado, allì la alcaldesa elaborò un PSUV a su conveniencia, ¡Pregunten! o visiten la regiòn. Pero segùn muchos de los jerarcas, denunciar es ser contrarevolucionario.

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