16 de septiembre de 2010

"¡Te lo dije!"

El te-lo-dijismo es, en esencia, melodramático

A medio camino entre la debilidad de carácter y la falta de criterio, el te-lo-dijismo es lo propio de quienes juzgan conveniente opinar sobre hechos consumados, antes que comprometer su capacidad de juicio ensayando análisis de situaciones o valoración de escenarios posibles.

Aunque el te-lo-dijismo no distingue tendencias políticas, prevalece entre cierto antichavismo "progre", para el cual el chavismo ha terminado siendo peor que la enfermedad. Muchísimo más temprano que tarde, ante los primeros avisos de tormenta, nuestros "progres" decidieron ponerse a buen resguardo. Desde entonces, realizan el inventario de todo lo perdido durante el naufragio. Si es un hecho consumado que el chavismo es una nave que hace mucho se fue por el despeñadero de la historia, la tarea es sencilla. Basta con decir: "¡Te lo dije!".

Bien se trate de alguna de las dos variantes: que en el chavismo todo está perdido (porque es inocultable el agotamiento de su clase política, porque conservadores y oportunistas han desplazado a las tendencias revolucionarias, etc.), o que con el chavismo todo está perdido (la posibilidad del acontecimiento revolucionario), el antichavismo "progre" hace tiempo que nos lo dijo.

El te-lo-dijismo no equivale sólo a la suspensión del juicio crítico (los análisis sobran cuando todo ha sido dicho), sino que es también un estado de ánimo: todos los días es el día del juicio final. Pero más que genuinamente apocalíptico, su tono, y también su actitud, son las del depresivo, que resiente vivir en el peor de los mundos posibles. De hecho, nada disgusta más a los partidarios del te-lo-dijismo que se les acuse de pesimistas. Descolocados, sin orientación ni defensa, sólo alcanzan a acusar rabiosamente a sus interlocutores de "optimistas" irresponsables y cómplices del status quo.

El te-lo-dijismo tendencia antichavista "progre" comparte con el antichavismo en general su propensión al desencanto, siendo en el primero más marcado, puesto que alguna vez se ilusionó con el chavismo. Decepcionados todos, son incapaces de leer los múltiples signos del hastío chavista, uno de los principales combustibles de la política hoy día.

Ahora que el fin está cerca, y sobre todo si usted es de los que dice que es imposible leer la prensa de este país o mirar los canales informativos, sepa que el día después de Chávez habrá llegado el tiempo sombrío del te-lo-dijismo: cantidades inimaginables de "expertos" que jamás entendieron nada, intentando convencernos de que hace mucho nos advirtieron que el fin estaba cerca, pero no quisimos escuchar cuando nos dijeron: "¡Te lo dije!".

3 comentarios:

  1. Pertinente tu consideración sicopolitica sobre estos "divinos" adivinadores de la Venezuela del "desastre". Solo una diferencia: no son "progre', solo "culiyuos" que les espanta los estertores de su normalidad que anuncian partos de lo que ellos no han decidido que nascan.

    Fraternales saludos,

    Y

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  2. Muy bien Reinaldo:
    Lo que importa no es lo que yo crea que va a pasar sino lo que yo quiero que pase y lo que puedo y estoy dispuesto a hacer para que suceda.
    Por supuesto que en muchas ocasiones me partiré la nariz contra una pared, pero esa es la única forma en que puedo cultivar la certeza de estar vivo.
    Para las circunstancias que creo que estamos viviendo, eso de escribir con las tripas, como un dia me dijste, es una forma de vacuna contra el "telodijismo"
    Afecto y Saludos

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  3. Un abrazo, Pedro. Bienvenido. Se te recuerda con mucho cariño. ¿Tú todavía recuerdas esa discusión? Jeje.

    Así mismo es: "Lo que importa no es lo que yo crea que va a pasar sino lo que yo quiero que pase y lo que puedo y estoy dispuesto a hacer para que suceda".

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