Caricatura antiperonista, 1945 ó 1946. Tomada de aquí.
Hemos hecho muy poco por auscultar el alma de eso que, incluso con alguna resistencia, hoy damos por llamar chavismo. Hay quienes no le reconocen su condición de sujeto político, que es casi el equivalente de negarle su existencia. Hay quienes reducen el fenómeno al acto puntual de la masa que sigue ciega y obstinadamente al líder. Hay quienes lo menosprecian por no poder identificar un cuerpo de doctrina. De todo esto y mucho más hay tanto en el campo de la derecha como en el de la izquierda.
Sí, también en el campo "chavista" existen quienes reniegan del chavismo, por más insólito que parezca.
El tema da para mucho y está muy lejos de ser un asunto menor. Diría más: indagar en el origen y el significado del chavismo no es un mero ejercicio intelectual ni algo que compete exclusivamente a los historiadores. Tampoco es un tema extemporáneo, al que nos podríamos dedicar después, cuando llegue el momento de "escribir la historia". Que otros escriban sus "memorias" cuando les plazca. En cambio, meterle el pecho al espinoso tema del chavismo, aquí y ahora, puede resultar decisivo para afrontar las batallas por venir.
Acometer esta tarea implica, entre muchas otras cosas, una revisión del "estado del arte" sobre fenómenos políticos considerados "malditos" por buena parte del estamento intelectual y la clase política latinoamericana, independientemente de su adscripción política. De esta forma, si decidiéramos tomar este camino, nos toparíamos inevitablemente con el denostado peronismo, un fenómeno que, si a estas alturas no nos hemos detenido a estudiar, es por nuestra proverbial miopía.
Al tanto de que, por regla general, las analogías históricas hacen ininteligibles fenómenos sin duda singulares, es imposible negar que uno y otro, peronismo y chavismo, sea por las fuerzas que lo impulsaron, sea por sus formas de expresión, o por otros motivos, son fenómenos de similar naturaleza.
Basta leer algunas pocas líneas de lo que escribía, en octubre de 1945, Aurelio Narvaja, el primero en usar la palabra "peronismo", según el gran Jorge Abelardo Ramos: "La misma masa popular que antes gritaba '¡Viva Yrigoyen!', grita ahora '¡Viva Perón!'. Así como en el pasado se intentó explicar el éxito del yrigoyenismo aludiendo a la demagogia que atraía a la chusma, a las turbas pagadas, a la canallada de los bajos fondos…así tratan ahora la gran prensa burguesa y sus aliados menores, los periódicos socialistas y stalinistas, de explicar los acontecimientos del 17 y 18 en iguales o parecidos términos. Con una variante: comparan la huelga a favor de Perón con las movilizaciones de Hitler y Mussolini. Identificar el nacionalismo de un país semicolonial con el de un país imperialista es una verdadera proeza teórica que no merece siquiera ser tratada seriamente".
¿Algo de lo que acaba de leer le parece familiar?
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