27 de julio de 2011
¿Quién será el sucesor de Chávez?
Me llaman poderosamente la atención los crecientes quebraderos de cabeza a propósito del enigma indescifrable: ¿quién será el sucesor de Chávez?
Ni siquiera la escuestología, ese oficio a medio camino entre la ciencia y la superchería, ha sido capaz de ofrecer un pronóstico más o menos confiable.
Los practicantes de la opinología, tan ciencia, tan presta, tan versátil como la encuestología, dueños y señores del día a día, verdaderos dictadores de la agenda-setting, locuaces, vocingleros hasta el escándalo, plumas pugnaces, punzantes e hirientes; esa fauna florida que todo lo sabe y que dice todo lo que ve porque no es escaparate de nadie, ha terminado reducida a un coro inerme que reclama por el "secretismo" del gobierno. Reclamo vergonzoso éste que quiere decir: les imploramos por una señal de que el Presidente está moribundo, les pedimos un solo gesto de terremoto interno, de pelea fraticida, de tormenta intestina, de sangre, zancadilla o puñalada trapera. Aunque sea uno.
Si la referencia constante al "secretismo" traduce esa frustración que se ha apoderado de los bienpensantes que se precian de bien informados, al comprobar que los deseos no empreñan – les interesa un comino la salud del Presidente, y simplemente no desean creer que el hombre está ganando quizá la batalla más difícil de su vida -, la pregunta por la "sucesión" expresa el malestar por la "transición" que no llega. Transición hacia la democracia, por supuesto. Es decir, el fin de este régimen dictatorial, autocrático, totalitario, oprobioso, castrocomunista, criminal, irrespetuoso, delincuencial, horroroso, maligno… y magallanero.
Lo peor, y esto es algo en lo que no nos hemos detenido, son los estragos que, más allá de nuestras fronteras, provocan estas trampas caza-bobos de la retórica antichavista. Me explico: fuera de Venezuela hay gente que jura que el enigma sobre la "sucesión" de Chávez ocupa la atención de la mayoría del país: tal vez se imaginan a la gente deambulando por las calles, sin rumbo, golpeando sus cabezas contra las paredes, devanándose los sesos, impotentes.
Lo comprobé luego de que me entrevistara, hace algunos días, una periodista de la BBC. A la pregunta sobre el posible sucesor de Chávez, tuve que comenzar desde el principio: explicarle que Venezuela es una república y no una monarquía, que Chávez no era rey sino presidente electo democráticamente, es decir, que ocupaba ese cargo por voluntad popular, que era necesario que se interrogara sobre lo que había pasado con el pueblo durante los últimos doce años. En fin. La periodista no entendía nada. Sin duda, por estar leyendo a "los que saben".
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acepto que podamos ser vistos como dictatoriales, autocráticos, totalitarios, oprobiosos, castrocomunistas, criminales, irrespetuosos, delincuenciales, horrorosos y malignos, pero... ¿magallaneros? ¡NO!. Simplemente no lo acepto. RESPETO por favor, a dónde vamos a parar.
ResponderBorrarLeo, el caraqueño
La encuestología..ahhh esa ciencia que no es chicha ni es limonada. Donde se muestran resultados de una muestra "representativa" de un universo heterogéneo. De donde sacan conclusiones con 30 ensuestados de una población de 27 millones. Ese es el problema: encuesta no refleja realidades, refleja manipulaciones de quienes dirijen o son dueños de tales empresas de números (por lo general políticos disfrazados de estadísticos).
ResponderBorrarY cómo Hugo rompe paradigmas, esos encuestólogos y opinologos y mueleros de oficio andan como locos buscando de dónde agarrarse para no perder su poca y maltrecha credibilidad. Así, los más dateados se caen por su propia mentira y quedan en franco ridículo. Y peor son los periodistas que no van al fondo de la noticia sino le creen a un tweet o a un mensaje via BB pin de fuentes de dudosa procedencia. Por eso no entienden ná.
Saludos, otra vez la pegas, andas como de 8-8, jejeje. Abrazo.
Los ùltimos parrafos de tu artìculo son bastante lògicos o sea la respuesta a la entrevistadora de BBC, en cuanto a lo demàs, es verdad que hay muchos que estan pendientes de las sandeces de nuestra amaestrada oposiciòn. El perder el tiempo en anàlisis de lo que no ha de suceder, pues al no ser una monarquìa, lo de susecion esta de màs, como decìa Lina Ron, "solo el pueblo salva al pueblo" y solo èl, produce sus lideres, ya que èstos surgen de allì.
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