4 de julio de 2011
¡Volvió!
Cada quien que saque su cuenta. Pero no recuerdo un fervor popular como el que vi hoy, a las afueras de Miraflores, a menos de cincuenta metros del Balcón del Pueblo. Las pasiones desbordadas. El apretujamiento. Una verdadera marea humana: mar picado, clima tempestuoso. La expectativa. La impaciencia. ¡Queremos ver a Chávez! Cuando finalmente aparece, es como el hombre que ha regresado de la muerte. Hay mucho de celebración, pero también algo semejante a la sorpresa contenida. La señora detrás de mí no pierde tiempo en aplausos que se los lleva el viento: lo encomienda a todos los santos, a todas las deidades, se persigna. Reza. Qué diferencia entre aquella entrega y las oraciones fingidas de los apoltronados. Aquí no hay protocolo ni cálculo alguno. Esto es como salga. Y el resultado es hermoso, genuino. Dale negra, pide por el hombre, que voy pegao ahí. Una vez más, el pueblo venezolano dictando lecciones: el amor se expresa en la calle, movilizándose. No encerrándose. Hay también algo de incredulidad, de duda angustiosa: algunos, aunque muy pocos, comienzan a retirarse apenas se asoma. Lo han visto y es suficiente. Como un latigazo que sale de las gargantas, lo mismo resuena el clásico ¡Volvió, volvió, volvió, volvió! en honor al hombre que ya una vez quisieron arrebatarnos la muerte y la traición, como el ¡Palante, palante, palante comandante! Todo aquel que ha estado en alguna movilización chavista sabe que incluso durante el discurso central, se impone el bullicio alegre, indomable: no hay desatención allí, sino fiesta continuada. Por eso, las palabras de Chávez no son escuchadas, sino celebradas. Hoy, en cambio, se ha alternado con el mismo bullicio un silencio atronador, conmovedor. El pueblo escucha atento, no quiere perder palabra. A Chávez se le quiebra la voz un par de veces. Es un roble. Es un duro. Ese tipo sí es arrecho. Pero no está para discursos largos. La segunda vez, el tipo parado en frente de mí se quiebra, baja la cabeza y confiesa en un susurro: "Nunca había visto a Chávez así". Le duele un dolor que no es ajeno, sino fraterno. Chávez nos duele hondo, como duele el amor cuando es verdadero. El mismo pueblo que ha desesperado por verlo, que ha clamado por su palabra, por su presencia, ahora grita, exige, manda: ¡Reposo, reposo, reposo! A lo lejos escuchamos: ¡Que descanse, que descanse! Lleva apenas media hora, pero es suficiente. Chávez se resiste, pero acata. Todos aquellos que no han entendido el significado de la palabra "interpelación", pues allí lo tienen. Acata disciplinadamente la orden popular. Porque lo necesitamos fuerte, al comandante. El hombre se retira y vuelve. Vuelve. Aplausos y consignas. Volviste Chávez. Volviste. Volvió, nojoda. Carajo compa, no te has ido. Estás con nosotros siempre.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.
ResponderBorrarEste blog ha sido eliminado por un administrador de blog.
ResponderBorrarHermoso.
ResponderBorrarEpale Compa!!!!
ResponderBorrarDe verdad que se me pone el corazón chiquitico y todo lo vi, lo supe y lo leí desde la distancia....
Tengo tiempo perdido por tu blog, no he podido leer los últimos posts (creo que los últimos 20 :$) He estado full. Pero la agitación, y la ansiedad me ha hecho hacer paréntesis en mi trabajo para estar al tanto de lo que pasa con el comandante. Al punto que hasta un par de twits le mande (yo no entiendo como usar esa vaina).
Y viejo, fue indescriptible el frío en la espalda que sentí cuando escuchaba la cadena, ya empezada, y decía lo del tumor cancerígeno. Creo que esa sensación de caída, de vacío momentáneo, como te quitaran el piso de repente, lo he sentido cuando he sabido de la muerte de personas cercanas. Nunca pensé que solo el saber la posibilidad de un enfermedad de un líder político generara esa sensación tan reservada a personas cercanas. Y creo que eso es amor. Y bueno, será otro el escenario y momento en el que, quizá, comente el tren de sensaciones subsiguientes, hasta una profunda admiración, a su retorno. Ser capaz de comprometerse tanto? Y no es fanatismo, es profunda admiración.
Ahora mas tranquilo, pero aún preocupado, celebro la llegada del comandante. Esperemos que acate la interpelación, y esto haya servido de lección a la plataforma política, a que tiene que sobrepasar al comandante, para que esta revolución se proyecte mas allá de los actores actuales... Que de verdad, como verdaderos revolucionarios, entiendan que se necesita que no dependa de un hombre. Pero que ello pase a ser algo mas allá de pura retórica.
En el otro lado, la derecha venezolana, hasta del lado colombiano, la cúpula episcopal colombiana parece darles lecciones de diplomacia a la venezolana. Porque dudo recen tan sinceramente como lo hizo la negra ayer... Pero las declaraciones quedaron mejor que las de la cúpula episcopal venezolana e incluso las del departamento de estado...
Hasta aquí lo dejo. Y por las entradas eliminadas, no puedo más que imaginar las barbaridades que pudieron haber sido escritas.
Un abrazo desde la distancia y Feliz 5 de Julio!!!!
Excelente!!!! Lo vivimos...
ResponderBorrary que se ponga las pilas porque no hay otra oportunidad
ResponderBorrarluis
Por toda esta gama de sentimientos pasamos. Una amiga me escribió diciéndome: estoy bañada en lágrimas, mami. Cuando corrí a ver la TV, el día que habló después de su silencio, yo lo único que decía era VIVA CHÁVEZ!!! Demacrado, yo diría como quien sale de ver a un fantasma, yo repetía ¡viva Chávez! creo que esa fue una especie de Oración colectiva a esa hora precisa. Con todo y lo que uno lo cuestiona, con todo y lo que uno se arrecha con él, sobre todo en estos últimos meses, existe, persiste, vive, un cariño indiscutible de parte nuestra hacia él.
ResponderBorrarNi qué decir que la Oposición jamás entenderá de esto. Esa gente no entiende amor.
Me gustó este escrito, compañero. En lo único que difiero contigo es con eso de que el amor duele cuando es verdadero. El amor no duele, no puede doler, pero en fin que no es tal punto la razón de tu post.
Abrazo pa ti.