30 de junio de 2011

En ausencia de Chávez...

Lo comentaba esta mañana con Gerardo y Marcela, conductores del programa radial Mientras tanto y por si acaso, que transmite La Radio del Sur (lunes a viernes, de 8 a 10 de la mañana): es preciso mantenernos prevenidos frente a cierta tentación de inmovilismo, como consecuencia de la ausencia temporal, y por razones de fuerza mayor, del comandante Chávez.

Nada más peligroso que cualquier forma de pasividad o las posturas contemplativas: dejar hacer, dejar pasar a ver qué pasa y quiénes hacen y deshacen. Nosotros no seremos de los que vean los toros desde la barrera. Las barreras hay que seguir derribándolas. Activos. Siempre. Permanecer activos no es comulgar con el voluntarismo ciego, sino mantener los ojos abiertos, aguzar los sentidos, afilar el sentido crítico. Mientras vuelve el hombre, que volverá, que el pueblo nunca se vaya y que la lucha nunca cese. Andar, caminar, avanzar, patear, subir, abrir. No es momento para cruzarnos de brazos. Solidaridad no es hincarse de rodillas. Bastaron trescientos años. ¿Doce años? Si ahora es que esto empieza. Si se trata se llorar, que se vayan a llorar los amos del valle ya saben dónde. Decir que todo el problema se reduce a Chávez, es otra forma de menospreciarnos. Todo indica que a Chávez ya no lo subestiman tanto. En lo que respecta al pueblo, el desprecio sigue siendo el mismo. Si se trata de rumiar dolor y culpa y venganza y odio y tristeza, que sean ellos. Si de rumores y cotilleo se trata, que se les vaya la vida en la lengua. Nosotros llegamos para romper el silencio.

Para decir presente.

29 de junio de 2011

(Serie música) Madrugonazo

1. No habían transcurrido ni tres semanas desde su implementación (17 de enero), cuando la Red de Apoyo por la Justicia y la Paz lanzó el primer pitazo, manifestando públicamente "su posición de rechazo ante los operativos que viene desarrollando en sectores populares el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), denominados coloquialmente 'madrugonazos', y manifiesta su preocupación por el incremento de denuncias recibidas en la Red de Apoyo referidas a casos de tortura". Agregaban: "Los operativos policiales de carácter reactivo realizados en las comunidades, bajo la supuesta premisa del 'combate al delito', no pueden nunca servir como justificativo para la vulneración de los derechos humanos reconocidos en nuestro ordenamiento jurídico, tales como la integridad personal, la libertad personal o la inviolabilidad del hogar". Además de exhortos a diversas instituciones, hacían un llamado a las organizaciones del poder popular: "A participar activamente en la contraloría social y no silenciar la denuncia de estos atropellos, sistematizar los casos y apoyar a las víctimas para que recurran ante el sistema de justicia para exigir las garantías debidas a sus vidas, su integridad y sus bienes".

Los compañeros y compañeras de la Red de Apoyo son lo que se llama gente seria. Gente luchadora y comprometida hasta los tuétanos con la radicalización democrática de esta sociedad. Nada que ver con el estilacho de las oenegés de cajita o maletín, listas para servir, es decir, para declarar en canales como Globovisión.

2. Luego, testimonios, como el que recoge la periodista Emma Grand en Ciudad CCS, el pasado 7 de abril: el de la señora Maribel Molina, madre de Daniel Zárate Molina, en silla de ruedas desde 2005 después de recibir cuatro tiros en la espalda por defender a su hermano en una pelea. Daniel Zárate "fue detenido el pasado 26 de enero de 2011 por la presunta comisión de microtráfico de drogas junto a otros dos jóvenes que se encontraban junto a él", durante un operativo nocturno realizado por la Guardia Nacional en San Agustín, Caracas. Según relata la señora Molina, su hijo pasó los dos primeros días en un puesto de la Guardia ubicado en Los Símbolos. Luego un mes en la Zona Policial N° 7 de la Policía Metropolitana. De allí a El Rodeo 1. Por presunto microtráfico. Los detalles de la historia (la certeza de que habrá muchas similares, la impotencia que produce no saber exactamente cuántas) dejan un muy mal sabor en la boca, por decir lo menos.

3. Por esos mismos días, y más adelante, varias protestas aisladas, no por ello menos dignas y oportunas, como algunos de los artículos publicados en el portal revolucionario el23.net, hasta que comenzó a circular, hacia finales de mayo, un Manifiesto contra la injusticia manifiesta, que lo mismo la emprendía contra esa "operación de limpieza social" que son los tales "madrugonazos", como ponía el dedo en la llaga que producen ciertos silencios: "la falta de actuación por parte de la izquierda en materia de políticas policiales y su desinterés basado en el peligro de caer en una postura de derecha ha hecho que el inmovilismo sea la actitud principal de este gremio". Se interrogaba (interpelaba): "¿quién puede quedarse indiferente al enterarse que centenares de jóvenes han sido 'sembrados' como buena muestra del carácter cuantitativo del principio de seguridad que nos quieren imponer?".

No conozco el destino del Colectivo contra los Madrugonazos, autor del referido documento.

4. Por último, ha comenzado a circular, en redes y por YouTube, una pieza potente, punzante, cruda, intitulada Madrugonazo. No sé quiénes cantan, pero está claro que pertenecen al bando de los que han llevado la peor parte: acoñaceados, vejados, humillados por los ejecutores del fulano operativo. Ahora, son ellos mismos los que hablan. Pónganle cuidado. Por allí dejan deslizar lo de la autocrítica. Sin ella no hay revolución que valga.

En cuanto al Madrugonazo, llámelo como quiera, pero no me venga a decir que es revolucionario.

Madrugonazo.


22 de junio de 2011

El Rodeo: Estado, mafias, revolución

1. El lunes 15 de abril de 2002 caminaba hacia el trabajo, por el bulevar de Sabana Grande, cuando pasé por el lado de un buhonero que gritaba exultante, difícil saber si en plena faena o como agitador político: "¡Cons-ti-tu-ción-de-la-Re-pú-bli-ca-Bo-li-va-ria-na-de-Ve-ne-zue-la-Pa-que-se-la-le-an-y-se-la-a-pren-dan!". Aquel librito azul, quién lo diría, lo habíamos defendido hasta con los dientes, nos lo habían arrebatado, había sido arrojado a la hoguera sangre y plomo mediante, y habíamos logrado rescatarlo por obra y gracia de una insurrección popular, todo durante los cuatro días precedentes. Es seguro que aquel lunes el librito azul olía a victoria, a trasnocho, a juerga popular, a ¡Volvió-volvió-volvió-volvió! Es seguro que aquel día todas sus letras brincaban y bailaban y todas decían lo que tenían que decir.

2. Si hay quien por conveniencia, distancia o traición dejó de creer en aquel librito, ese es su problema. Yo sigo creyendo en su promesa, en el horizonte que dibuja, en su potencia, librito imperfecto como toda obra humana, pero suficiente como para dar la pelea en el terreno que sea.

3. Nuestra Constitución habla de Estado democrático y social de derecho y de justicia; exige al Estado garantizar una justicia gratuita, accesible, imparcial, idónea, transparente, autónoma, independiente, responsable, equitativa y expedita, sin dilaciones indebidas, sin formalismos o reposiciones inútiles; compromete al Estado a proteger la vida de las personas que se encuentren privadas de su libertad, como procesados o condenados, cualquiera fuere el motivo.

4. A propósito de los sucesos en El Rodeo, de la muerte de veintiún presos y un familiar como consecuencia del motín del domingo 12 de junio, y sobre todo a partir de la operación que ejecuta la Guardia Nacional desde el viernes 17, ha ganado fuerza el discurso sobre la necesidad de que el Estado recupere el control o restaure el orden de las cárceles.

5. Imposible esquivar la pregunta: ¿el Estado alguna vez ha dejado de tener el control sobre las cárceles? Nunca.

6. En las cárceles impera el orden impuesto por el Estado. De hecho, este status quo carcelario devela parte de la lógica de funcionamiento del Estado venezolano, y resume el conjunto de relaciones de fuerza sobre las que éste se funda.

7. Las imágenes de lo incautado en El Rodeo 1 ofrecen una pista del tipo de orden que prevalece en las cárceles: se trata, sin duda, de un orden fundado en la violencia. ¿De una violencia ejercida por quiénes y contra quiénes? Las armas y las drogas incautadas sólo han podido ingresar el penal con el concurso activo o la complicidad, según se trate, de funcionarios y efectivos, civiles y militares, que hacen parte, junto con otros actores del sistema penal, de las mafias carcelarias. El de las cárceles es un negocio lucrativo, violento, criminal hasta la abominación, que beneficia a una compleja trama de funcionarios y efectivos, a una pequeña parte de la población penal, y afecta no sólo a la mayoría de los presos, sino a los funcionarios y efectivos que han pretendido enfrentarlo.

Parte de lo incautado en El Rodeo 1

8. Habría que preguntarse si el status quo que impera en las cárceles, incluyendo la regularidad de los motines de presos que se disputan el control interno, no es la vía más expedita para garantizar la despolitización del conflicto, es decir, para evitar que los presos se organicen y luchen por sus derechos. Se trataría de un status quo que garantiza el control político sobre la población penal.

9. Si la vieja clase política opositora, que creció y se hizo fuerte al amparo de ese Estado criminal, violento y mafioso, hoy se pretende defensora de los derechos de los presos contra los atropellos del gobierno, no es porque le importe el destino de los presos. Lo que busca es retomar el control del gobierno en 2012, y recuperar todo el terreno perdido dentro del Estado. Para eso, debe adoptar una estrategia de desgaste: denunciar la ineficiencia de la gestión gubernamental. Si los medios privados entrevistan a los familiares de presos no es porque entiendan o se solidaricen con su rabia o su dolor, sino porque es preciso introducir todas las fisuras posibles en el seno del pueblo pobre, allí donde se concentra la base social de apoyo a la revolución bolivariana. Se trata, por cierto, de una impostura que les puede resultar cara: es sabido que el antichavista promedio es más proclive al populismo punitivo: tolerancia cero, plomo al hampa, etc. No conviene mucho exponerse tanto junto a los "miserables".

10. Contra este Estado criminal, violento, mafioso, anti-popular, insurgió la revolución bolivariana. Mal podríamos aparecer ahora como defensores de esa máquina infernal y despótica que engulle y escupe pobres, que criminaliza y produce criminales, tal cual las cárceles.

11. Todo discurso que disimule o silencie la realidad brutal de las mafias carcelarias (quiénes la componen), que silencie, invisibilice o criminalice a los familiares de presos, es un discurso funcional a la preservación del status quo en las cárceles; equivale a una defensa, de hecho, del aparato de Estado que hemos heredado, ese enemigo acérrimo de la revolución bolivariana, que bloquea e intenta neutralizar, en todos los frentes de lucha, la radicalización democrática de la sociedad venezolana.

12. Dicho discurso, que se ha colado en los medios públicos, es un serio obstáculo a los esfuerzos que actualmente realizan el gobierno bolivariano y otros poderes del Estado para controlar, efectivamente, la situación en El Rodeo 2 mediante el uso proporcional de la fuerza, pero también para crear otra institucionalidad penitenciaria y, más allá, para construir un sistema penal acorde con los principios constitucionales. Para quienes, dentro del chavismo, se han hecho portavoces de este discurso, no estaría de más una lectura de la Constitución Bolivariana. A ver si aprenden algo, diría el buhonero.

13. Por último, no habrá solución posible sin escuchar a los presos. Tal es el abc de la política revolucionaria: pueblo/sujeto, protagonista, que participa y tiene voz y rostro. ¿O acaso los presos no son pueblo?

19 de junio de 2011

Sesenta y seis

Con Papá.

Las cosas van bien, todo sigue marchando: César Augusto dándole a la medicina, a la música y a la lectura de manera simultánea, con algún énfasis en la primera. Últimamente he notado que también le mete al ron. Como que le va a gustar cuando sea grande. Duré meses buscándole el Medicina Interna de Harrison, que finalmente conseguí gracias al cuñado. Se la pasa con una bandita de imberbes aspirantes a médicos que son de lo más buena vaina, según Sur. Lo de imberbes va porque un par de ellos me llama señor. Todavía no entiendo por qué esa generación de muchachos se siente más convocada por el fútbol. Sigue siendo motivo de polémica en la casa. Igual, yo celebro con César cada victoria del Barcelona, no por el Barcelona ni por Messi, sino por mi panita César. Sin embargo, para que veas, uno de ellos nos acompañó un domingo a jugar pelota en La Placera. Paramos allí gracias a Elio, alias Carlitos Lugo. Imagínate tú. Te lo presento. Así se llama el nuevo amor de Coro. Parece que la cosa va en serio. Tanto (preparen las fanfarrias), ¡que Coro se mudó de la casa! Sí, nosotros todavía no lo creemos tampoco. Lo postergaron convenientemente, y no se instalaron hasta que no tuvieran aire acondicionado, cocina, cama matrimonial, televisor y nevera. Mentira, la nevera recién la compraron esta semana, y desde aquí celebré el primer vaso de agua fría de mi hermana en su nuevo hogar con un vaso de agua fría que me tomé como si fuera la primera cerveza una tarde de domingo en el barrio Santa Lucía de Maracaibo. Anda en la misma, siempre corriendo, trabajando y estudiando. Yo la veo feliz, y eso me alegra. El muchacho se ve un buen muchacho. Hasta medio cariño le tengo. Otro día te cuento cómo fue el recibimiento que le dimos la primera vez que llegó a la casa. Recibimiento que prácticamente fue por cuenta mía, porque si fuera por Rommel el tipo entra a sus anchas, como el que va a raptar sabinas. Cara de pánico que tenía el pobre Elio… dígalo Rommel. Ni hablaba, solamente al oído de Coro. El Rommel sigue trabajando duro, cargando con ese Cougar del 82 que es, según he comenzando a entender, no una chatarra con los frenos largos, sino una reliquia o un amuleto. Para tenerte cerca. La bandita de Rommel ya es célebre: una parranda de jodedores y bebedores de ron. De embarcadores también. Siempre dicen que se vienen con nosotros a jugar a La Placera, pero nunca van. Últimamente, ni siquiera Rommel. Vive peleando con Sur, para que Sur no sienta que le falta una buena dosis de pelea cada día. No hace falta, claro, y Rommel lo sabe, pero igual insiste. Sur siempre termina riéndose. No lo puede evitar. Nunca le faltan ni la risa ni la batalla, esa buena dosis de batalla cada día. Es nuestra guía luminosa. Tanto, que sobra cualquier otra palabra. El faro es Sandra Mikele, a juzgar por su tamaño. Es una niña inmensa con un corazón igual de inmenso, pero es mi niña de diez años. Pequeñiiiita. Cada vez anda más inquieta y le rinde tributo al desorden. Pero la miro de cerca cada día, no la pierdo de vista. Y sé que no hay nada de qué preocuparse. Está por terminar su cuarto grado y ya nos asaltan todas las dudas concernientes a su inminente vida de liceísta. Es un placer infinito escucharla hablar de amores. Sigue escuchándome y llamándome la atención cuando es necesario.

En cuanto a mí, viejo querido, que sigo dándole sin desmayo. Que sigues con nosotros, en este día sesenta y seis de tu natalicio. Que sigo pensando en la historia de los tuyos que nunca podré escribir, pero que me he comprometido a pelear sin descanso por hacer la historia nuestra. En tu honor y por el nuestro. Las aguas están agitadas, mi viejo, pero no abandonaremos. Sé que me acompañas. Cuídame del agua mansa. La bendición.

15 de junio de 2011

Notas sobre la movilización del 7 de junio

7 de junio de 2011: el movimiento popular se prepara para marchar. Por Luigino Bracci Roa. Más imágenes y excelente reseña, aquí.


No fue una movilización más. Varios compañeros insisten en calificarla como un hito, un acontecimiento que marca un antes y un después. La discusión se detiene poco en el asunto de la cantidad de participantes: predomina la certeza de que nunca una convocatoria unitaria del movimiento popular sumó tanta gente. Fue plural y diversa en serio, más allá de toda retórica. Allí estuvieron presentes movimientos nacionales y pequeños grupos. No se habla de masa, a secas, al viejo estilo, sino de masa crítica: irreverencia y rebeldía, pero también disciplina. En otras palabras, hubo cantidad, pero también cualificación. Un punto de quiebre. Sin embargo, no hay asomo de triunfalismo. El balance de los compañeros se caracteriza por su lucidez. Se realiza inventario de fortalezas, pero se pasa revista de las debilidades, que abundan. En algunos frentes persiste el estancamiento, concluyen. Pero en líneas generales, el movimiento va en ascenso.

Imposible asimilar lo que ha significado la movilización popular del 7 de junio si no se le inscribe en una tendencia más general, que comprende el resurgimiento de la beligerancia y la deliberación crítica, la impugnación de la lógica del partido/maquinaria (incluyendo el amplio debate sobre las Líneas Estratégicas) y la incipiente rearticulación del movimiento popular. No pocas recientes escaramuzas, en apariencia aisladas, tienen lugar en este cuadro general de luchas, que no hay que perder de vista. No hay deliberación crítica, por ejemplo, sin medidas arbitrarias o manifestaciones de intolerancia, de la misma forma que no hay impugnación de la burocracia política sin la reacción emponzoñada de la misma burocracia. Excesos y arbitrariedades son el desenlace inevitable de la pelea que habrá que seguir librando. Pongamos los pies sobre la tierra.

Eso es lo que han hecho los movimientos el 7 de junio. Han salido a la calle, allí donde se construye la política. Han coreado sus consignas, han planteado sus demandas y han propuesto una agenda de luchas. Se dirá que falta, que aún no es suficiente. Pero antes de interrogarnos sobre el próximo paso, era necesario dar un paso en firme. Ese paso se ha dado.

¿Qué viene ahora? La pregunta tiene que quedar abierta. Tanto como es necesario que continúe y se profundice el balance colectivo sobre el 7 de junio, hace falta esfuerzo colectivo, de todos nosotros, los comunes, para decidir qué hacer (y qué no) en adelante.

Al respecto, el balance parcial de Piki Figueroa, de Tiuna el fuerte, aporta algunas claves para saber por dónde hay que ir. Contaba Piki que cuando se le acercaban a los jóvenes de barrio, malandrizados y pendientes de revolucionarla, que suelen acudir al núcleo endógeno cultural ubicado en El Valle, Caracas, y los invitaban a una movilización en contra de la criminalización de las luchas populares, los chamos no sabían si la consigna iba en contra o a favor de ellos.

Pista: lo que hoy se autorreconoce como movimiento popular debe proceder exactamente al contrario de como lo ha hecho siempre la izquierda más tradicional y conservadora: en lugar de largarse un discurso tedioso y prepotente sobre el pueblo "ignorante", preguntarse qué lo moviliza. Porque si algo está claro es que el enemigo es el mismo. En otras palabras: ¿cómo convertir la agenda de luchas del movimiento popular en una agenda popular de luchas?

"La desorganizacion convencional del pueblo es la organización anónima que acecha", escribía el poeta Carlos Angulo. Vayamos al encuentro de aquello que nos acecha.

3 de junio de 2011

Noticias de la movilización que vendrá


1. La movilización del próximo martes 7 de junio, convocada por diversas organizaciones que integran el movimiento popular, será uno de los sucesos políticos más importantes de los últimos tiempos en Venezuela. La iniciativa se inscribe en una campaña nacional contra la impunidad y la criminalización del movimiento popular, iniciada el 12 de mayo pasado. Unidad popular con Chávez, radicalización democrática de la revolución bolivariana, contra la agresión imperial, contra el reformismo y el burocratismo, además de los motivos que identifican la campaña, son algunas de sus principales consignas.

2. Viene precedida de un resurgimiento de la beligerancia y la deliberación crítica, atizadas por los resultados de las elecciones parlamentarias de septiembre pasado, siendo estos, a su vez, expresión de un proceso acelerado de burocratización de la política y predominio de la lógica del partido/maquinaria, fenómenos que incidieron en la desarticulación y desmovilización de parte importante de la base social del chavismo y, en los casos más extremos, en su hastío o indiferencia por la política.

3. Han sido poco más de ochos meses intensos, fecundos, de calibración de las amenazas, de apuesta por la audacia. El partido, no la forma-partido, sino el partido realmente existente, ha sido sometido a revisión, y de aquel proceso ya vendrá un balance. Pero más allá de esto, ha vuelto a hablarse de la política revolucionaria y de masas más allá del partido. Ha vuelto a hablarse de la necesidad de un Polo Patriótico que aglutine a las fuerzas dispersas, con la diferencia de que éste ya no podrá ser el viejo Polo, suma de partidos y espacio de repartición de cuotas de poder.

4. En este contexto, un maltrecho, desarticulado y debilitado movimiento popular ha venido realizando un encomiable esfuerzo unitario, de recomposición y articulación de fuerzas, de construcción de una agenda conjunta de luchas populares. Los siete puntos de acuerdo de la campaña contra la impunidad y la criminalización son la expresión más inmediata de este trabajo militante.

5. Este resurgimiento de la beligerancia y la deliberación crítica, esta revisión del partido realmente existente (la impugnación del partido/maquinaria, la discusión de las Líneas Estratégicas) y la incipiente rearticulación del movimiento popular, describen una tendencia, no exenta de múltiples riesgos, por supuesto, que apunta a la repolarización del chavismo, esto es, a la recomposición de fuerzas revolucionarias, a la cualificación del mismo proceso bolivariano.

6. Si hoy podemos hablar de esta tendencia, es en razón de un ingente esfuerzo colectivo que involucra a Chávez, como líder del proceso, y a los elementos más avanzados, lúcidos y comprometidos dentro del propio gobierno, en el movimiento popular e incluso dentro del partido.

7. Bien sabemos que muchas amenazas se ciernen sobre la revolución bolivariana, desde afuera y desde dentro. En las últimas semanas hemos vuelto a constatar que nuestra revolución no está exenta de profundas contradicciones. Si hoy no hay margen para la ingenuidad de los primeros años, si hoy sabemos el daño que pueden ocasionar los corruptos, los burócratas, los oportunistas, los policías del pensamiento, también es cierto que estamos obligados a identificar aquello que nos hace fuertes.

8. Nos hace fuertes el reconocimiento de nuestra propia fuerza y el conocimiento, al detalle, pormenorizado, de nuestros adversarios, de adentro y de afuera. Va dejando de ser tiempo de proclamas indignadas contra la "derecha endógena", de resentimiento contra la "burocracia", en abstracto.

9. Es tiempo de superar, en la medida de lo posible, la desconfianza mutua que se profesan funcionarios y movimientos. Entre los primeros predomina cierta tendencia a concebir a los movimientos como grupúsculos de resentidos, indisciplinados y pedigüeños. Entre estos últimos, aunque en menor medida, predomina la tendencia a concebir a los funcionarios como burócratas, incapaces y acomodados. Los hay de ambos, quién puede dudarlo: resentidos y burócratas. Con frecuencia se acusa la inmadurez política de los movimientos, su eterna incapacidad para comprender lo que implica ejercer funciones de gobierno. Pero estas acusaciones tienen su razón de ser, la mayoría de las veces, en la senilidad política de los funcionarios que creen poder gobernar sin escuchar al pueblo organizado.

10. Superar la desconfianza mutua entre funcionarios y movimientos no es evitar el conflicto. Se trata, al contrario, de gestionar el conflicto de la manera más democrática posible, partiendo de un acuerdo fundamental: la necesidad de empujar este proceso por la vía revolucionaria.

11. ¿Empujar por la vía revolucionaria en alianza con cuáles funcionarios? Principalmente, con los funcionarios que han entendido que la revolución no se hará desde el Estado, sino baipaseándolo; con el funcionariado que ha entendido que el socialismo no será posible defendiendo un aparato de Estado esclerosado, ineficiente, excluyente, clasista, anti-popular. Es en este contexto que tiene sentido hablar de la idea-fuerza: "nueva institucionalidad".

12. ¿Empujar por la vía revolucionaria con cuál movimiento popular? Con aquel que sea capaz de hacer inventario de sus debilidades, para superar los viejos vicios de lo que alguien ha llamado la izquierda exógena – conservadora, anti-popular. Un movimiento popular que asuma como tarea evitar el camino fácil de la autocompasión: la figura del militante triste que, en tanto que lucha contra la injusticia, considera la mayor de las injusticias el que nadie tome en cuenta su lucha; un movimiento popular que evite la automarginación: la figura del militante puro, preclaro, con "conciencia de sí" y siempre conciente de la inconciencia de los otros, superior moralmente, elite divina, minoría eterna, y que, por tanto, puede prescindir de su contacto con el pueblo pobre, a menos que sea para dictarle lecciones; un movimiento que combata el "ombliguismo", que no se siente a esperar que Chávez construya movimiento popular. A los movimientos les vendría bien una buena dosis de debate franco sobre estos y otros asuntos, con su respectiva redefinición, si fuera el caso, de líneas estratégicas.

13. Ni estatolatría ni "movimientismo". Ambos suponen la clausura de la política revolucionaria con horizonte estratégico. Ni ejercicio cínico y autoritario del poder ni la ingenuidad de los que renuncian a "contaminarse" con el poder estatal.

14. Chávez ha dado un importantísimo paso al fraguar la alianza con el Movimiento de Pobladores. Cuánto tiempo ha debido pasar, cuántas barreras han debido superarse, cuántos obstáculos persisten. Sin embargo, esta alianza, más que la conquista parcial de un movimiento particular, es un índice de la otra política posible y necesaria: popular y revolucionaria.

15. El mismo Chávez ha dado señas de la necesidad de multiplicar la interlocución: motorizados, buhoneros, jóvenes del barrio, etc. Entiéndase: la identificación de sujetos al margen, invisibilizados, tanto como la alianza con movimientos, tiene como propósito impulsar una política para el pueblo hastiado e indiferente. En este sentido, una y otra vendrían a ser tan importantes como el lanzamiento de nuevas Misiones (Agro, Vivienda, Trabajo) o el relanzamiento de las viejas (Barrio Adentro).

16. Por todo lo anterior, la del próximo martes 7 de junio no es una movilización más. Será uno de los sucesos políticos más importantes de los últimos tiempos, uno que entraña mucho de balance y prospectiva. Un capítulo clave en esta historia. Una demostración de fuerza de movimientos que la revolución necesita fuertes, ahora más que nunca. Como bien ha sabido verlo la gente de Tiuna el fuerte: una manifestación, que es también una fiesta, celebración. Una buena noticia.