24 de junio de 2010

Desde que llegó el socialismo… (y III)

Pon a volar el socialismo. Ejército Comunicacional de Liberación. Caracas, Venezuela.

Interrogarnos: ¿qué significa gobernar socialistamente?, puede que nos ayude a prevenir los estragos de un par de prácticas tan comunes como estériles: la primera, aquella según la cual – y sobre todo desde 2007 – todo acto administrativo, política pública, iniciativa legislativa, medida económica, institución o individuo, etc., es socialista porque se le etiquete o autodenomine como tal; la segunda, todo acto, política, iniciativa, medida, institución o individuo – salvo el zambo, y a veces ni siquiera – vinculado directamente al Estado constituye una traición al "verdadero" socialismo, porque no se trata más que del monstruoso, paranoico y devorador Estado burgués.

El asunto sobre el "verdadero" – y por tanto el "falso" – socialismo viene a complicarlo todo, puesto que nunca se ha tratado de socialismo a secas, sino de un "socialismo del siglo XXI" que, de hecho, reúne las más disímiles tendencias: desde el estalinismo más vulgar y ramplón, hasta las tendencias más libertarias y democráticas, que reivindican la postura anti-capitalista, pero sin ceder a la tentación autoritaria y anti-popular del primero; pasando, por supuesto, y entre otros, por el marxismo-leninismo – para algunos, creación del mismísimo Stalin –, el trotskismo – algunos con y otros contra el zambo –, el socialismo reblandecido, de corte liberal, y el infaltable ejército de oportunistas sin adscripción ideológica definida.

Necesaria autocrítica mediante, quienes nos inscribimos en la tendencia anti-capitalista, anti-autoritaria, democrática y popular, tal vez hemos perdido mucho de nuestro valioso tiempo intentando debatir con los estalinistas – que, desde que descubrieron la fórmula "Chávez es socialismo", ya no creen en nadie – o en denunciar a los oportunistas, cuando de lo que se trata es de analizar las prácticas de gobierno, o eso que Foucault llamaba "prácticas de gubernamentalidad".

Decía Foucault: "a todo socialismo llevado a la práctica en una política, no es necesario preguntar: ¿a qué texto te refieres, traicionas o no al texto… eres verdadero o falso?, sino simplemente, y siempre: ¿cuál es entonces esa gubernamentalidad… que te hace funcionar?". Dicho de otra forma: "¿cuál podría ser, en verdad, la gubernamentalidad adecuada al socialismo?... ¿Qué gubernamentalidad es posible como… estricta, intrínseca, autónomamente socialista?". Se respondía Foucault, al mejor estilo robinsoniano: "Hay que inventarla".

Como quiera que el socialismo es gobierno – y luchamos porque siga siéndolo –, entre celebrar porque el socialismo ya llegó y denunciar el "falso" socialismo, lo que corresponde es inventar el arte socialista de gobernar.

22 de junio de 2010

Los ochenta y el furor anti-partido

(Artículo escrito en julio de 2009, publicado en el número 7 de la revista Día-Crítica, que felizmente reaparece, luego de unos cuantos meses de ausencia).

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Carlos Andrés Pérez: fue inútil la acrobacia de la partidocracia.

Gramsci escribía sobre los partidos políticos que, en el caso de algunos de ellos, "se comprueba la paradoja de que están perfectos y formados cuando ya no existen, o sea, cuando su existencia se ha hecho históricamente inútil". Explicaba: "como un partido no es sino una nomenclatura de clase, es evidente que para el partido que se propone anular la división de clases su perfección y cumplimiento consisten en haber dejado de existir porque no existen ya clases". En Venezuela, hacia finales de la década de los 80, fuimos testigos de un singular fenómeno con dos expresiones muy claras: por una parte, las agudas contradicciones de clase emergían bajo la forma de profundas convulsiones políticas y sociales; por la otra – y en estrecha relación con lo anterior – nos asaltaba la creciente sospecha de que los partidos – y no sólo los partidos del status quo – se habían hecho históricamente inútiles.

Mi generación, la que bordeaba la mayoría de edad en los últimos 80, la que no se reconocía en la herencia de la "Generación Boba", creció cantando, bailando y deseando fervientemente que todos "los políticos fueran paralíticos", y entonando canciones contra el sistema, como aquella que retrataba a la gente de los cerros que, cansada y hastiada, le devolvía a la ciudad "una sonrisa al revés". Entre otras, estas canciones fueron – siguen siendo – genuinas expresiones culturales de un cierto desencanto, de un cierto cinismo, pero sobre todo de una furia indomable que se parecía demasiado al furor total que finalmente se apoderó de las calles de casi toda Venezuela el 27 de Febrero de 1989.

Políticos paralíticos. Desorden Público.


El sistema. Sentimiento Muerto.


La casi unánime incomprensión de la que hizo gala el amplio espectro de los partidos políticos sobre la naturaleza de aquel acontecimiento iniciático, vino a confirmar nuestra sospecha de que los partidos eran, como nunca antes, definitivamente inútiles: los de la derecha, por supuesto, que no sólo condenaron la furia popular, sino que celebraron la brutal represión de Estado; pero también los de izquierda: que se sumaron a la condena de la "irracionalidad" popular. La paradoja es clara: los partidos daban cuenta de su inutilidad histórica en un episodio histórico clave, de profunda conflictividad política y social y, en suma, de clases.

Cualquier propagandista podría sentirse tentado a resumir en unas pocas líneas lo que ocurriría en los veinte años siguientes: el dilema del neoliberalismo durante la década de los 90, que mientras abría fuego contra los partidos tradicionales, era incapaz de granjearse una expresión política sólida, que resolviera a su favor la severa crisis hegemónica del sistema político venezolano; del otro lado, el irrefrenable ascenso del chavismo y su triunfo en 1998: luego, la hegemonía del chavismo y sus fuerzas aliadas, y su creciente control de los cargos de elección popular; finalmente, la creación del Partido Socialista Unido de Venezuela.

Pero éste, que sería el final soñado de nuestro propagandista, suerte de "fin de la historia" revolucionario, no es sino la continuación de una historia que comenzó, al menos, hace veinte años. De lo que se desprende, en primer lugar, que toda construcción organizativa revolucionaria está en la obligación de reconocerse heredera de aquel legítimo furor anti-partido de finales de los 80, y que está en el origen del chavismo. En segundo lugar, es imperativo identificar y debatir ampliamente sobre las razones de ese mismo furor anti-partido: ¿la ausencia de democracia, y por tanto la exclusión política, en nombre de la democracia? En tercer lugar, revisar a cada paso – y rectificar oportunamente a cada paso en falso – la relación con otras formas de organización popular revolucionarias. Diríamos incluso: alentarlas, en lugar de pretender suplantarlas.

Tal vez sea necesario despejar algunas dudas: trazar la línea de continuidad entre el furor anti-partido de finales de los 80 y la tarea de construcción del partido revolucionario veinte años después, no desdice de la necesidad histórica de esta última. Todo lo contrario. Lo que señalamos es que esta tarea será en vano si procedemos como advertía Walter Benjamin que recomendaba Fustel de Colanges: "al historiador que quiera revivir una época que se quite de la cabeza todo lo que sabe del curso ulterior de la historia". Benjamin señalaba que el origen de este procedimiento estaba "en la apatía del corazón", en la que ciertos teólogos vieron "el origen profundo de la tristeza". "Historiadores historicistas", les llamó Benjamin, a los que oponía el rigor que debe hacer suyo el "materialista histórico": "La naturaleza de esta tristeza se esclarece cuando se pregunta con quién empatiza el historiador historicista. La respuesta resulta inevitable: con el vencedor. Y quienes dominan en cada caso son los herederos de todos aquellos que vencieron alguna vez. Por consiguiente, la empatía con el vencedor resulta en cada caso favorable para el dominador del momento. El materialista histórico tiene suficiente con esto. Todos aquellos que se hicieron de la victoria hasta nuestros días marchan en el cortejo triunfal de los dominadores de hoy, que avanza por encima de aquellos que hoy yacen en el suelo". ¿Cuál debe ser nuestra tarea? Benjamin responde: "cepillar la historia a contrapelo".

Subrayar, entonces, la importancia de trazar la línea de continuidad a la que nos hemos referido, para por no ceder frente a "la apatía del corazón" y cierta soberbia que nos puede conducir a creer que los furores de antaño justifican, de plano, todas las construcciones del presente, todos sus procedimientos. Porque puede suceder que en nombre de la necesidad histórica de construir un partido revolucionario, no hagamos más que domesticar y silenciar aquellos furores que siguen latentes. Resulta claro que, de incurrir en este procedimiento, estaremos ubicándonos del lado de los vencedores de siempre, cuando nuestra tarea continua siendo acompañar a los que fueron vencidos. "Cepillar la historia a contrapelo" no significa rendir homenaje oficial a nuestros muertos, sino mantener vivas las llamas de su herencia. De lo contrario, el partido revolucionario en construcción terminaría siendo, inevitablemente, un pertrecho históricamente inútil.

19 de junio de 2010

Natalicio

Papá.

Todos están bien: César Augusto sigue tocando la guitarra y, contrario a tus temores, eso no lo distrae de sus estudios de Medicina. Habla poco, como siempre, pero sonríe mucho, como nunca. Eso nos hace felices. Me contó que se leyó la Divina Comedia, de Dante, pero que sólo le impresionó el Infierno. Supongo que se terminó En el camino, de Kerouac. No te preocupes, es buen libro. Sigue prefiriendo el fútbol que el beisbol, pero igual es buen muchacho. Seguiremos llevándolo al estadio. Algún día, pronto, nos brindará las cervezas. Sin novia conocida, aunque tal vez haya preferido no llevarla a la casa. Quién sabe. Coro anda por Huelva, España, con su título a cuestas. No bien empezó en el trabajo, en Choroní, muy cerca de la casa, se fue becada a realizar un curso todavía no sabemos de qué. La verdad, no nos importa demasiado. Sabemos que le ha ido muy bien. Le encargué cierto libro de Bensaid, que por supuesto no ha comprado aún. Me preocupa, porque sé que se quedó sin dinero. Al menos eso dice. Aprovechó y se pasó por Francia, Portugal y Marruecos. Su gran dilema: una vez en Bélgica, visitar Alemania u Holanda. Tal vez Londres. Qué vida tan dura. Sí, está insufrible. Aunque, a juzgar por las fotos que de vez en cuando nos envía, el viaje le ha sentado bien. Se le ve sonriente y feliz. Sé que te trae recuerdos, pero no arruinaré la sorpresa. Mientras tanto, su cuarto, allá en la casa, en Maracay, es un verdadero desastre. Pero la idea es que jamás lo sepa, porque puede que le caiga mal. Rommel, trabajando mucho. Cuidando de todos. Riendo siempre. Hablamos con frecuencia, del beisbol, a veces de la política, es decir, de la vida. Los amores lo traen mal, pero no sé por qué sospecho que terminará bien. Se lo merece. Atesora tu viejo carro, que por alguna razón ya no provoca tantos dolores de cabeza. Dice que siempre lo estás cuidando, y le creemos. Sur está muy bien, entre sus diligencias y sus muchachos. Ahora mismo está en Puerto Ordaz, como quien vuelve al lugar donde comenzó todo, para sentirte más cerca, para volver a estar contigo, que estás con ella siempre. Aunque sabemos que te llora, es incapaz de disimular su sonrisa eterna, lo más hermoso que heredamos de ella. Nos dice que la acompañas y que le haces cosquillas, y también le creemos. Sandra Mikele es una gran sonrisa que camina. Está por terminar su tercer grado. Me gusta escucharla y conversar con ella, sobre cualquier asunto. Cómo ha crecido. Hace un par de meses, cuando volvíamos de la escuela, me habló de la pubertad y apreté muy duro el volante porque me tomó desprevenido. Espero que te sientas orgulloso cuando te cuente que aproveché el momento para explicarle, de una buena vez, que el sexo es una experiencia maravillosa. Me escucha, me cuida y a veces hasta me aconseja. Todos los días aprendo de ella. Es un milagro.

Qué te puedo contar de mí que no te haya dicho. Que hoy lamenté como nunca no haber tenido el tiempo suficiente para escribir tu historia y la de los tuyos, como lo acordamos aquel día que regresábamos a casa. Que te sigo escribiendo intentando llenar ese vacío infinito. Que hoy, el día de tu natalicio, el primero después de tu último día, no olvidamos que hoy somos y estamos por lo que tú has sido.

17 de junio de 2010

Suráfrica 2010: La imagen de la derrota

Como creyéndose asistidos por una mano divina, tal vez jurando por este puñado de cruces que acababan de marcar el gol del siglo, a minutos apenas del pitazo final, mientras veíamos al Diego abrazando a los suyos y celebrábamos su sonrisa victoriosa y los cuatro goles como si fueran los nuestros y todo el pueblo cantó ¡Maradó, Maradó! y llevó alegría en el pueblo, El Universal decidió que era el momento oportuno para predicar la palabra o, dicho en lenguaje periodístico, dar el tubazo: Rechazo a Chávez en el Argentina-Corea del Sur.

Justo a las 9:08 de la mañana, cual borracho impertinente que le baja el volumen a la música cuando la fiesta está en su mejor momento, en un desesperado y patético intento por llamar la atención. En realidad, la insulsa nota no dice nada, y más parece una larga leyenda de una fotografía de baja calidad que pretende servir de testimonio del rechazo universal contra el zambo: "Hasta en Sudáfrica, hay manifestaciones contra Chávez". Cuando es poco lo que hay que decir, hasta los signos de puntuación sobran.

El exagerado acercamiento hace que la imagen parezca fuera de todo contexto, y aún cuando puede ser perfectamente cierto que haya contaminado visualmente el Soccer City de Johanesburgo, le falta toda la gente que sin embargo sobra en un Mundial de fútbol. Tal cual el antichavismo, al que le falta toda la gente que le sobra a una democracia. La circunstancia hace de ella una imagen lánguida, triste y vacía que, como en la canción, parece más un llanto de amargura.

Lo que los megalómanos de El Universal desconocen es que Giorgio Mamani, el último futbolista combativo, se encuentra en Suráfrica para participar en el Anti-Mundial. Sus andanzas e impresiones pueden leerse, día a día, en Verboamérica, y también en Crónicas Sudafricanas. Un par de joyas del periodismo deportivo under y antisistema, un ejercicio de genio y virtuosismo narrativo como no se había visto en mucho tiempo.

Luego de la victoria ante Corea del Sur, Giorgio Mamani ha celebrado el abrazo del Diego a Demichelis, según relata Verboamérica:

"'Ese gesto promueve la opción por los pobres', explica Mamani a quien quiera oírlo.

'Esa es la imagen de la verdadera victoria: los medios no la repiten esa toma porque saben lo que quiere decir: es metáfora antisistema', reclama con su vigor.

Al finalizar el partido, el DT podría haber ido a abrazarse con Messi: el rey y su heredero. Maradona podría haber ido a colgarse de Higuaín sugiriendo que las viejas victorias se reviven en las nuevas figuras.

Pero no: Diego - con su enorme talento semiótico - fue a abrazar a Demichelis, al que erró. Y lo hace con todas sus fuerzas para fundirse durante varios segundos; muchos más que al resto. Es un dios, barbado y comprensivo, abrazando al ángel caído, al expulsado del altar del exitismo, al que falló y merece nuevas oportunidades.

'Lo hace porque Diego sabe lo que es equivocarse', sostuvo Mamani.

'Fijate lo que dijo en la conferencia pospartido: salimos fuertes porque un compañero había errado... el afecto es de agradecimiento... consensuamos... no ponemos una multa... hasta le pidió perdón a Platini', explica Mamani remarcando las condiciones como conductor de Maradona.

'Eso se me gusta de Diego: es un ganador que quiere e incluye a los perdedores', insiste ante los que sólo quieren alegrarse por los goles. 'Esa es la vía argentina a la victoria', repite".

Pero Verboamérica no ha contado toda la historia. Tampoco lo ha hecho Crónicas Sudafricanas. Giorgio Mamani, el último futbolista combativo, ha encontrado tiempo para seguirle la pista a los antichavistas de la lánguida pancarta. Los ha visto salir del Soccer City apesadumbrados, sin poder disimular la vergüenza y mucho menos las lágrimas rodando por sus mejillas. "No le hinchaban a los surcoreanos, hinchaban contra Maradona", nos cuenta. "Todo por su simpatía con Chávez. ¿Sabés que es triste? Llorar por la victoria de los otros, aunque los derrotados no sean los tuyos", explica. "Esa es la vía antichavista a la derrota", sentencia, antes de despedirse.

Si como dice Mamani, el abrazo de Maradona a Demichelis "es la imagen de la verdadera victoria", la triste y vacía pancarta antichavista es la imagen de la verdadera derrota.

Desde que llegó el socialismo… (II)

Al burócrata no le desee la muerte. Si desea combatirlo, aprenda a contar cómo lidia el burócrata con la vida y la muerte.

Identificar al viejo Estado como el enemigo a vencer no significa realizar la crítica del Estado en abstracto. Para decirlo con el Foucault de El nacimiento de la biopolítica, es necesario dejar de concebir al Estado como "una suerte de dato histórico natural que se desarrolla por su propio dinamismo como un 'monstruo frío' cuya simiente habría sido lanzada en un momento dado en la historia y que poco a poco la roería… una especie de gendarme que venga a aporrear a los diferentes personajes de la historia".

Si la "denuncia" de la monstruosidad del Estado burgués, de su ineficiencia infinita y de su insuperable capacidad para devorar las mejores voluntades, alcanza para una declaración de principios, hay que decir que no sirve para nada más. La "denuncia" fundada en principios, y por ello abstracta, permite "evitar pagar el precio de lo real y lo actual, en la medida en que, en efecto, en nombre del dinamismo del Estado, siempre se puede encontrar algo así como un parentesco o un peligro, algo así como el gran fantasma del Estado paranoico y devorador. En este sentido, poco importa en definitiva qué influjo se tiene sobre lo real y qué perfil de actualidad presenta éste. Basta con encontrar, a través de la sospecha y, como diría François Ewald, de la 'denuncia', algo parecido al perfil fantasmático del Estado para que ya no sea necesario analizar la actualidad".

Así, cada vez que creemos estar realizando un cuestionamiento radical, informado, actualizado del Estado burgués, de ese monstruo que frena el avance del proceso revolucionario, pero evitamos profundizar en el análisis concreto del tipo de gobierno específico que supone el funcionamiento de ese mismo Estado, no estamos más que incurriendo en la "elisión de la actualidad", como le llamaría el mismo Foucault.

Al limitarse a la "denuncia", nuestros "análisis" pecan por omisión. Cuando nos limitamos a dar por sentado lo que deberíamos ser capaces de explicar (cómo funciona el Estado, más allá de generalidades y consignas), nuestros "análisis" son, al mismo tiempo, expresión de malestar e impotencia. De allí a manifestar que todo cuanto se haga en favor de la radicalización democrática del proceso será cuanto se haga al margen del Estado, no hay más que un paso. Siempre resultará más sencillo reivindicar la lucha desde el afuera, que intentar comprender y explicar qué es lo que está sucediendo adentro.

Si de ubicación se trata, sospecho que para evitar despertarnos un buen día descubriéndonos irreversiblemente desubicados, bien sea jurando que la revolución se hace desde una oficina ministerial o compitiendo por ver quién es capaz de proferir la maldición más elocuente contra la burocracia, tenemos que comenzar a preguntarnos: ¿qué significa gobernar socialistamente?

10 de junio de 2010

Desde que llegó el socialismo... (I)

Siembra socialismo. Ejército Comunicacional de Liberación. Caracas, Venezuela.

Desde que llegó el socialismo, luego del arrollador triunfo electoral del zambo en diciembre de 2006, se produjo un notable giro táctico en el discurso opositor: progresivamente, el discurso abiertamente confrontacional y violento – y sus consignas destempladas del tipo "Chávez vete ya" – fue dejándole el camino despejado a otro montado sobre dos ejes principales: la crítica de la gestión de gobierno y la defensa a ultranza de la propiedad privada.

Si lo que estaba por constituirse o consolidarse – como se prefiera – era un tipo de gobierno socialista – con sus ministerios para el Poder Popular – era preciso demostrar todos los límites y el caudal de defectos de una institucionalidad cuando mucho incipiente que, por demás, amenazaba con combatir al capitalismo vernáculo en todos los frentes.

Lo que la oposición comenzaba a denunciar, y muy pronto lo hizo de manera sistemática, era lo que juzgaba como un "exceso" ideológico: un discurso oficial completamente alejado de los "problemas reales" del pueblo venezolano y, por supuesto, una gestión de gobierno que, inspirada en ese discurso, resultaría incapaz de resolverlos.

Esta "despolitización" del discurso opositor, que reclamaba menos "ideología" y denunciaba la mala gestión gubernamental, fue respondida por una suerte de "gestionalización" de la política: desde entonces, el gobierno nacional dedica buena parte de su empeño en “demostrar” que, contrario a las consejas opositoras, realiza una buena gestión cuando, por ejemplo, sanciona a los especuladores y combate el desabastecimiento inducido, garantizando que a la mesa del pueblo venezolano llegue la comida que la oligarquía le niega.

Con la ventaja que ofrece intentar un análisis en perspectiva, tal vez sea momento de reconocer que la defensa de la gestión de gobierno nos condujo, hasta cierto punto, a un callejón sin salida: a contramano de lo que fue una demanda histórica del chavismo, acabamos defendiendo un aparato de Estado esclerosado, ineficiente, excluyente, clasista, anti-popular. Un Estado que no es el nuestro, sino que recibimos en herencia de quienes hoy nos acusan de no saber gobernar – ciertamente, con el mayor cinismo, puesto que son el paradigma histórico del mal gobierno. Una máquina desvencijada que chirría y se estremece lastimeramente cada vez que, luego de un descomunal esfuerzo del voluntarioso funcionariado puesto a su servicio, logra quebrar su lógica de funcionamiento para llevarle algo de felicidad al pueblo.

Frente a la "despolitización" del discurso opositor, "repolitización" de la gestión de gobierno. Esta "repolitización" pasa por volver sobre nuestros pasos, hasta 2007; por convencernos de que con este Estado no habrá socialismo alguno, y que el socialismo seguirá siendo un horizonte del pueblo venezolano sólo en la medida en que identifiquemos, a cada paso, al viejo Estado como el enemigo a vencer.

4 de junio de 2010

We con the world: o sobre cómo reírse de los asesinados por el Estado israelí

Latma TV, un grupo de comediantes israelíes que produce material audiovisual para la Web, ha considerado oportuno reírse a mandíbula batiente a propósito de la masacre cometida por el Estado de Israel contra los activistas que el pasado 31 de mayo fueron impedidos de llevar alimentos, medicinas y materiales de construcción al pueblo palestino.

Cuatro días después, aún no ha sido posible siquiera contabilizar la cantidad exacta de muertos y heridos, tal ha sido el hermetismo de las autoridades israelíes. Sin embargo, desde el mismo día de los hechos las transnacionales de noticias han puesto en marcha una campaña global de desinformación, que persigue criminalizar a las víctimas y victimizar a los agresores. Así, por ejemplo, la brutal agresión de la que han sido víctimas los activistas a bordo del barco turco Mavi Marmara ha sido traducida como una "redada" (raid, en inglés), como si se tratara de un rutinario operativo policial para capturar a delincuentes prófugos.









Time, MSNBC, CBS News, BBC News, Yahoo! News, The Washington Post, The New York Times, Fox News, CNN: todos a cantan a coro: We are the raid (Somos la redada).


La prensa "hispana" (Univisión) dice presente: Somos la redada.


Digna representación venezolana (El Universal) se suma al concierto: Somos la redada.

El video de Latma TV, una parodia de la célebre We are the world (Somos el mundo), la canción escrita en 1985 por Michael Jackson y Lionel Ritchie, vuelve sobre la versión que ha difundido el gobierno israelí: no eran activistas, sino "terroristas"; estaban armados y tenían intenciones de "linchar" a los efectivos militares israelíes; en Gaza no existe tal cosa como una "crisis humanitaria".

Son dos estrategias que se complementan: mientras que Latma TV desinforma y criminaliza bajo la forma de la sátira política, las transnacionales de noticias satirizan el ejercicio periodístico criminalizando a las víctimas y desinformando sobre el crimen cometido por el Estado de Israel.

Va el video, intitulado We con the world (Engañamos al mundo). Más abajo, traducción libre. Dedicado a los legitimadores de las "redadas" contra los pueblos que luchan: a esto se reduce la "verdad" que venden al mundo.




Engañamos al mundo.
Llega el momento
en que necesitamos hacer un show
para el mundo, la Web y CNN.
No hay gente muriendo,
así que lo mejor que podemos hacer
es crear el bluf más grande de todos.

Debemos continuar pretendiendo, día a día,
que en Gaza hay crisis, hambre y peste
porque los millones de dólares en ayuda no cubren sus necesidades básicas
como queso y misiles para los niños.

Haremos que el mundo
abandone la razón
haremos que todos crean que Hamas
es la Madre Teresa.
Somos viajeros pacíficos
con armas y con nuestros propios cuchillos.
La verdad nunca llegará a tu TV.

Oh, les apuñalaremos el corazón
son soldados, a nadie le importa
somos pequeños y tomamos algunas fotografías con palomas.
Como nos enseñó Alá, por hechos no hay demanda
así que siempre sacaremos ventaja.

Haremos que el mundo
abandone la razón
haremos que todos crean que Hamas
es la Madre Teresa.
Somos viajeros pacíficos
con armas y con nuestros propios cuchillos.
La verdad nunca llegará a tu TV.

Si el Islam y el terror te levantan el ánimo
pero te preocupa que eso no sea bien visto
bien, bien, bien, bien, no te preocupes
todo lo que tienes que hacer es llamarte
un activista por la paz y la ayuda humanitaria.

Haremos que el mundo
abandone la razón
haremos que todos crean que Hamas
es la Madre Teresa.
Somos viajeros pacíficos
con armas y con nuestros propios cuchillos.
La verdad nunca llegará a tu TV.

Engañamos al mundo
engañamos a la gente
haremos que todo el mundo crea que las Fuerzas de Defensa de Israel son Jack El Destripador.
Somos viajeros pacíficos
con armas y con nuestros propios cuchillos.
La verdad nunca llegará a tu TV.

Engañamos al mundo (Bruce Springsteen : engañamos al mundo...)
engañamos a la gente (Bruce Springsteen: engañamos a la gente...)
haremos que todo el mundo crea que las Fuerzas de Defensa de Israel son Jack El Destripador.
Somos viajeros pacíficos
con armas y con nuestros propios cuchillos.
La verdad nunca llegará a tu TV.

Engañamos al mundo
engañamos a la gente
haremos que todo el mundo crea que las Fuerzas de Defensa de Israel son Jack El Destripador.
Somos viajeros pacíficos
con armas y con nuestros propios cuchillos.
La verdad nunca llegará a tu TV.

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We con the world.

There comes a time
when we need to make a show
for the world, the Web and CNN.
There's no people dying,
so the best that we can do
is create the greatest bluff of all.

We must go on pretending day by day
that in Gaza, there's crisis, hunger and plague
coz the billion bucks in aid won't buy their basic needs
like some cheese and missiles for the kids.

We'll make the world
abandon reason
we'll make them all believe that the Hamas
is Momma Theresa.
We are peaceful travelers
with guns and our own knives.
The truth will never find its way to your TV.

Oh, we'll stab them at heart
they are soldiers, no one cares
we are small, and we took some pictures with doves.
As Allah showed us, for facts there's no demand
so we will always gain the upper hand.

We'll make the world
abandon reason
we'll make them all believe that the Hamas
is Momma Theresa.
We are peaceful travelers
we're waving our own knives.
The truth will never find its way to your TV.

If Islam and terror brighten up your mood
but you worry that it may not look so good
well, well, well, well, don't you realize
you just gotta call yourself
an activist for peace and human aid.

We'll make the world
abandon reason
we'll make them all believe that the Hamas
is Momma Theresa.
We are peaceful travelers
we're waving our own knives.
The truth will never find its way to your TV.

We con the world
we con the people
we'll make them all believe the IDF [Israel Defense Forece] is Jack the Ripper.
We are peaceful travelers
we're waving our own knives.
The truth will never find its way to your TV.

We con the world (Bruce [Springsteen]: we con the world...)
we con the people (Bruce [Springsteen]: we con the people...)
we'll make them all believe the IDF is Jack the Ripper.
We are peaceful travelers
we're waving our own knives.
The truth will never find its way to your TV.

We con the world
we con the people
we'll make them all believe the IDF is Jack the Ripper.
We are peaceful travelers
we're waving our own knives.
The truth will never find its way to your TV.

3 de junio de 2010

La negativa de David Segarra

Gaza: entrada prohibida. Caricatura de Eneko, del 2 de junio de 2010.

A propósito de la masacre cometida por el Estado israelí contra los activistas que llevaban alimentos y medicinas a Palestina, Giorgio Agamben escribió una brevísima nota para el diario italiano Il Manifesto: "Mucha gente recuerda los versos de la poesía «Fuga de muerte», en la que Paul Celan evocaba en 1952 el exterminio de los judíos: «La muerte es un maestro de Alemania / te alcanza con bala de plomo y te alcanza certero». Es triste para quien, como yo, está ligado a la cultura judía, tener que decir que hoy «La muerte es un maestro de Israel». Más triste si cabe, porque los soldados que atacaron los barcos de los pacifistas no sólo actuaron como piratas en aguas internacionales, sino porque sobre todo actuaron como guardianes de ese campo de concentración que Israel ha hecho de Palestina".

Si es cierto, como ya había planteado el mismo Agamben en su libro Homo Sacer, que "el campo de concentración y no la ciudad es hoy el paradigma biopolítico de Occidente", acaso le corresponda a Palestina el dudoso honor de ilustrarnos hoy cómo el Occidente es inconcebible sin producción constante de "nuda vida", de esa vida "a quien cualquier puede dar muerte" de manera impune.

De allí tal vez la inusual brevedad de la nota de Agamben, porque es preciso evitar los rodeos: decir Palestina es decir impunidad. Impunidad genocida del Estado de Israel, alentada por lo que el periodista Robert Fisk calificó como "la cobardía de los políticos". En Venezuela, auspiciada por el atroz silencio de los que usualmente reclaman los buenos oficios de la Corte Penal Internacional o de los cascos azules de Naciones Unidas. Después de todo, "cualquier lugar de Venezuela es como la Franja de Gaza", escribe un connotado historiador antichavista, como si la ocasión fuera propicia para analogías brutales, como si la muerte fuera motivo de celebración.

"¿Cómo llegamos a este punto?", se interroga Robert Fisk. "Tal vez porque nos acostumbramos a ver a los israelíes matar árabes; tal vez los israelíes se acostumbraron a matar árabes". Por eso mismo, la negativa de David Segarra, según el angustiado relato de su madre, Cristina Soler, de firmar su acta de deportación si tal gesto implicaba el reconocimiento de haber ingresado de manera ilegal a Israel, es un gesto en primer lugar humano. Puesto que lo que está en juego, antes que nada, no es tanto el carácter humanitario de la flotilla de la que David formaba parte, sino la humanidad misma del pueblo palestino, puesta en entredicho, una y otra vez, por un Estado agresor, invasor, asesino.

Gesto que desde aquí te agradecemos, David, cámara.

2 de junio de 2010

El día en que Armando Galarraga no pudo lanzar juego perfecto

Sucedió el martes 2 de junio de 2010: el venezolano Armando Galarraga, ficha en Venezuela de los Leones del Caracas, lanzaba por los Tigres de Detroit contra los Indios de Cleveland. Lo hizo todo perfecto: llegó al noveno con apenas setenta y cinco picheos a cuestas.

Otros dos venezolanos, Miguel Cabrera y Magglio Ordóñez, le habían brindado todo el respaldo ofensivo necesario: Cabrera la había botado por el jardín izquierdo en el segundo inning, y Magglio había ampliado la ventaja en el cierre del octavo, con sencillo entre el central y el derecho, que impulsó a Austin Jackson. En la jugada se engomó también Johnny Damon, por error del jardinero derecho de los Indios, Shin-Soo Choo.

En la alta de la novena, ganando 3 por 0, a Galarraga le tocó enfrentar a Mark Grudzielanek, segunda base de Cleveland, a quien dominó con un solo picheo, una recta a 91 millas que salió disparada a lo profundo del jardín central, donde Austin Jackson realizó una gran atrapada. Vino a batear el receptor, Mike Redmond: slider de 87 millas, strike cantado; slider de 85 millas, primera mala; recta de 92 millas, foul, segundo strike; slider de 86 millas, rolling por segunda, tiro a primera, segundo out.

Galarraga había sacado el out veintiseis con ochenta picheos. Toda una hazaña. Sólo un bateador lo separaba del juego perfecto (juego sin hits, ni carreras, ni boletos, ni rastros de corredores del equipo contrario en las bases por las razones que fueran). Entonces le tocó el turno a Jason Donald, campo corto. ¿Cuántos lanzadores no han visto cómo se desvanece el sueño de un juego sin hits ni carreras en el último turno?

El venezolano le abrió con una slider de 86 millas, strike cantado. Repitió la dosis exacta: slider de 86 millas, primera mala. El tercero picheo también fue una slider de 86 millas: Donald conectó un rolling entre primera y segunda que tomó Miguel Cabrera, pasó a Galarraga y el tercer out estaba cantado. El detalle es que el umpire de primer base, Jim Joyce, no lo vio así. Joyce cantó el quieto, en lo que sin duda alguna será considerada una de las decisiones arbitrales más garrafales en la historia del beisbol. Ni siquiera Donald podía creerlo.

Momento en que Jason Donald conecta el batazo.
¡Out de calle!

La reacción fue inmediata: la noticia no sólo fue reseñada por la prensa especializada, sino que entró en el Trending global del Twitter, en Facebook comenzaron a multiplicarse las páginas que pedían la cabeza de Joyce y en Youtube decenas de usuarios colgaron el video/testimonio de aquella aberración.

La noticia reseñada por Yahoo! Sports MLB: "Perfección arruinada".

La noticia reseñada por ESPN Deportes: "Perfección manchada".


La noticia reseñada por ESPN: "¡¿Quieto?!".

La noticia reseñada por la MLB: "Tormenta perfecta".

En el Trending global de Twitter: "Armando Galarraga", seguido de "Perfect Game".

Según reseña ESPN, Jim Joyce al menos ha tenido la gallardía de reconocer que cometió un error que "le costó al muchacho un juego perfecto" (I just cost that kid a perfect game). Pero hay que decirlo: tratándose de una sentencia tan aberrante, el gesto de Joyce era lo menos que cabría esperarse.

En nuestra historia reciente, sólo una decisión supera en magnitud la desgraciada sentencia de Jim Joyce: aquella que tomaron la Polar y sus secuaces en diciembre de 2002, cuando paralizaron la temporada del beisbol profesional venezolano. Frente a ellos, ese mismo Joyce que provocó una oleada de legítima rabia en el pueblo beisbolero venezolano, queda como todo un caballero. A diferencia del desacertado Joyce, aquellos jamás tuvieron el coraje de reconocer su error.